Entre calles ✧ Bgyeom.©

17

Pasé la yema de mis dedos por su mejilla, paseándose así por su mandíbula. Mi mirada fue directamente a sus labios, los cuales ataqué con suma lujuria. Mi amado soltó jadeos cuando tomé con fuerza su cuerpo, el era tan delgado que para mí era muy fácil tomarlo. Lo llevé a su cuarto mientras ahora lamía su delicioso cuello, me senté en su cama con Yugyeom encima.

—Bummie...—Gimoteó— Basta, necesito decirte algo.

Paré con los besos y lo observé serio, él me devolvió una mirada temerosa. ¿Por qué temía de mí? Se supone que el no sabe de lo que hago, se supone...

—¿Qué pasa Gyeom? —Respondí con voz ronca.

—¿Sólo me quieres para esto? —Me preguntó débil— Es decir, ¿solo me quieres para tener sexo?

Me reí y negué con la cabeza. Quizás por ahora lo quiero para eso, aunque mi plan es otro. Yugyeom es mi método de no perder totalmente la cordura, él es el chico que me hace seguir sintiendo humano, y ahora que sé qué el está sintiendo algo por mí; todo se va a volver más fácil.

Besé con ternura sus labios y el correspondió.

—Kim Yugyeom, ¿por qué piensas que te estoy utilizando?—Le pregunté con una sonrisa sincera.

Su hermosa sonrisa volvió, negó con la cabeza y volvió a besarme. Yugyeom pasó sus besos hacia mi cuello, yo solo lo dejé hacer. Acaricié sus piernas con lentitud mientras mi chico comenzó a succionar mi piel.

Pero qué lindura, quiere dejarme una marca.

—Hoy me quedaré contigo toda la noche, ¿te parece?—Sonreí de lado

Dio un saltito sobre mí y me miró contento.

Oh, cuanta felicidad, lo amo. Me besó y yo le correspondí con fuerza. Por la mierda, esto es sólo mío, es increíble la forma en la que me tengo que ganar su amor, matando gente.

Matando gente, puedes tener al amor de tu vida a tu lado.

Y matar gente es lo mejor que puedo hacer.

—¿De verdad te quedarás, Jaebum?—Murmuró

Su respiración era acelerada, asentí y me acosté en la cama para que Yugyeom también lo hiciera. Besé cada parte de su hermoso rostro mientras le sacaba su ropa.

Bebé, si supieras cuanto te deseo.

Cuanto deseo besar cada parte de ti.

Cuanto deseo tenerte aquí para toda la vida,

Solo para mí.

( . . . )

Jaebum me tapó con las sábanas de mi cama, sonreí cansado, y el también me sonrió de la misma manera. ¿Cómo una persona me hacía olvidar mis preocupaciones y problemas en horas? Me acurruqué en su pecho mientras el daba vagas caricias en mi pelo. Tarareó una canción, la cual yo no conocía.

Cerré mis ojos por unos segundos, para descansar. Sonó el celular de Jaebum, dejó de darme caricias, tomó el aparato y le sonrió bobamente.

—¿Solji? ¿Qué pasa?—Dijo en un tono ¿coqueto?

Escuché la voz de una chica en la otra línea, se oía poco, pero entendía lo que esa Solji le estaba diciendo a JB.

—¿Estás en casa? Es qué Jeonghwa necesita ayuda con una tarea y la verdad, es que no entiendo mucho... Mmmh, esto es vergonzoso—Jaebum rió ante lo que decía esa chica—. ¡No te rías, niño! El punto es que, ¿podrías ayudarla?

Levanté una ceja y él me observó divertido, como sí yo; estando celoso, es gracioso. Jaebum suspiró manteniendo aquella sonrisa que me estaba hartando y le respondió:

—Oh, preciosa, no estoy en casa ahora. Me encantaría ayudar a Jeonghwa, ¿podría ser mañana después de almuerzo?—

—¡Sí, sí! Gracias Jaebummie, nos vemos mañana, pásala bien, sea lo qué estés haciendo—Lo último lo dijo en un tono extraño. Solji se rió y se despidió para así cortar la llamada.

Rodé los ojos y le di la espalda al pelinegro, abrazó mi cintura. Sentí su respiración tranquila en mi hombro, fue inevitable sonreír.

—¿Por qué te pones celoso? Es mi vecina, la pelirroja—Me explicó con un tono de diversión.

—Ajá, ¿Y quién es Jeonghwa?—Pregunté solo manteniéndome concentrado en mis celos.

Soltó una carcajada y su sonrisa estúpida no se iba. ¿Quién mierda es Jeonghwa?

—Es de tu clase, Park Jeonghwa, ahora creo que tiene el cabello anaranjado y es media enana—

—¿D-de mi clase?—Sentí mis mejillas arder.

Qué vergüenza, no había recordado que Jeonghwa iba en mi clase, nuestra relación solo es de compañeros, pero por lo que he visto en presentaciones, se ve buena chica, con una sonrisa tierna y al verla transmitía confianza. Vale, mis celos son estúpidos.

—Qué tontito—Besó mi frente.

Demasiado, a decir verdad.