Entrelazadas (Real-mente)

Entrelazadas

Interludio.
No se olviden de votar.
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El tocar su piel era fuego. Por donde pasaba las yemas de sus dedos sentía que quemaba. Los labios dolían placenteramente entre los dientes de su esposa. Su vientre abultado rozaba el vientre plano sobre aquella cicatriz que Kara se había ganado al caer del caballo. Sus dedos en un frenesí dentro de ella sintiéndose tan fascinada con la sorprendente habilidad de Lena. Otra vez esa lengua en la piel ardiendo por la mordida en su cuello. No podían controlarse era quizás el tercer día muy activo por la mañana, no habían salido estos dos días. Solo iban al baño y ya. La abuela no se preocupaba sabía sobre el apetito y si no fuera porque Lena estuviera embarazada ya estaría pensando que buscaban el bebe.

-No van a bajar otra vez -pregunto Alura con la copa de jugo en sus manos- ellas no tienen decencia alguna por nosotros.

-Son jóvenes y están ocupadas amándose, no veo el problema.

-Yo creo que lo hacen para enfadarme.

Torció la boca y cruzó los brazos. A veces Fiora pensaba que su hija era una adolescente terca.

-Hija por favor espero que tus emociones no se te suban a la cabeza, la semana que viene el viernes es mi cumpleaños y Alex también vendrá con Samantha.

-¿Por qué mis hijas tienen gustos por las damas? Dime Dios que carga estoy pagando.

-No seas ridícula. Ellas son felices y deberías estar orgullosas de tus hijas. Alex es una química de renombre y Kara una escritora famosa. Si bien ellas desean pasar su vida con mujeres como Samantha, lo sabes ¿no?. Ella es médico, salva vidas. Deja de rechazar por miedo.

-Lo intentó mamá -dejó que su madre acariciara la mejilla- pero ellas poco a poco me rechazan, me votan fuera de su vida.

-Tranquila que Alex suele ser más comprensiva y Kara es terca como tú pero puedo jurar que si ella no habla contigo es por el miedo a que termines hiriendo a Lena. Es la luz de sus ojos.

-No voy a insultar a esa mujer porque no vale la pena.

-Lleva a tus nietos en su vientre.

-No me importa -sonrió un poco ante la idea de verlos corretear por el jardín- madre..me pones en un dilema.

-Soy vieja y soy tu madre es natural que pueda leerte.

El desayuno pasó sin complicaciones. Las jóvenes bajaron cuando el plato de fruta tocaba la mesa del jardín.

Lena llevaba un vestido flojo floreado con zapatos rojos y los lentes cubrían el cansancio de ambos días. Kara un pantalón azul marino y una camisa blanca de dama con bolitas. Iban de la mano mientras platicaban sobre explorar un rato el castillo y el terreno.

-Abuela buenos días -checo su reloj y eran las 11:30.

-Hola fantasmita. Buen día Lena -sonrió al ver el collar de jade que había mandado en el anterior cumpleaños de Lena- sabía que ese collar era perfecto para ti.

-Buen día -habló para ambas mujeres, y ante la mención del collar lo tomo entre sus dedos- fue un maravilloso regalo, es una piedra muy particular era considerada como una piedra de la sabiduría. De hecho es una coincidencia cuando le propuse que se casará conmigo, busque una piedra que adornara su anillo y la indicada fue el Jade. Y el día que envío este hermoso regalo me recuerdo que Kara tiene esa misma piedra adornando su dedo -el anillo de compromiso brillo como la alianza- un hermoso regalo abuela ahora me pone en aprietos para su regalo número 78.

Tomaron asiento frente ambas mujeres. La madre de Kara estaba callada observando a su hija y su nuera. Sus pensamientos iban llenos de curiosidad sobre la relación de su hija con esa mujer.