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Capítulo 12: Para siempre.

Cuatro meses atrás.

-En la vida nada es seguro. Te despiertas un día, y en ese día todos tus sueños, todo lo que deseabas y amaste de una forma muy profunda se van, pero te prometo que lucharé para jamás irme de tu lado, pase lo que pase.

Las personas empiezan a cambiar, a envejecer, y cuando menos te lo esperas es el momento de despedirse. Lo que quiero y deseo en este momento es el ahora, el ahora de sostenerte en mis brazos y no dejarte ir. Mis sentimientos por ti son tan fuertes ahora, justamente en este preciso momento. Quiero que esto dure para siempre Alanna, quiero envejecer a tu lado mientras observamos a nuestros hijos crecer, y formar un familia. Lo inevitable pasará, uno de nosotros se marchara porque así es la vida, pero no dudes por un segundo que nos volveremos a encontrar.

-Así será. No importa a donde vayamos siempre estaremos el uno para el otro. No importa lo que pase, siempre tendrás alguien para ti, y esa seré yo siempre. Nunca te voy a dejar, te amo Owen.

-Lo sé.

-No me dejes... nunca.

-No lo haré.

*

Alanna camina lentamente por el corto pasillo hasta la entrada del patio trasero. Ella sabe que se encuentra Owen ahí, siempre permanece todas las tardes mirando el atardecer. Camina con sigilo, lo poco que puede, las lágrimas amenazan de salir de sus ojos y su respiración pesada hace que sus sentidos se vuelvan engañosos. Con los pasos que da recuerda el contenido de la carta que encontró en ese instante en la habitación.

Al llegar a lado de su esposo con la carta que sostiene entre sus manos lo mira con dolor. No puede resistir el impulso de gritarle, de exigirle que le diga que está pasando.

-No lo hiciste, dime que no lo hiciste. -Al llegarle la voz de su esposa a sus oídos Owen se sobresalta por la intensidad de su voz. Dolor e ira es lo que escucha.

-¿Hacer que?.- Pregunta tranquilamente mirándola.

-Dime que no lo hiciste. Por favor, dime que no.- Owen se inclina cerca de ella para quitarle la carta que sostiene entre sus dedos. Él sabe en ese instante a lo que se refiere. Le da un leve asentimiento confirmando todas sus sospechas. Le duele la mirada de su esposa, sabía que era inevitable. -Oh dios mio, dios mio. ¿Como pudiste hacer esto sin decirme?

-Quería decirte... te amo demasiado... no quiero herirte...

-Owen, no...no lo hagas.

-Pensé que de todas las personas lo ibas a entender mejor, no lo estás haciendo. Una vez me fui y regrese, esta vez volveré. Sabes que tengo que volver, lo estoy haciendo para ayudar, creí que me apoyarías de nuevo, pero no lo estas haciendo...