Capítulo 21. Secretos de Familia.

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No le dije a nadie sobre lo que había pasado con Jungkook, ni siquiera a Dahyun cuando me pregunto porque me hallaba tan rara la mañana siguiente, quizás una parte de mí no se decidía del todo si aceptar que eso había pasado o que simplemente había sido un juego de mi mente, era inútil negarlo...

Yo seguía enamorada de Jungkook a pesar de todo lo que me había hecho, pero aun así, debía volverme fuerte. No lo vi en toda la mañana del instituto, sabía que había asistido a clases ya que Dahyun me comento algo cuando había pasado cerca de la piscina, pudiendo tener una imagen de que él estaba en sus prácticas.

Temblé, aún tenía su buzo conmigo, solo que ahora se encontraba en uno de los cajones en mi habitación. Pase toda la mañana con Jimin, ya que Dahyun se inventaba montones de "accidentes" para dejarnos solos y poder conversar. Teníamos cosas en común, incluso nos reímos al recordar ciertos episodios de Bob Esponja cuando el tema surgió gracias a mí.

-Cuéntame algo de ti.- dijo Jimin sonreía mientras acariciaba la piel de mi brazo.

Respondí la sonrisa de una forma torpe, ¿Qué le podía contar acerca de mi melodramática vida que parecía ser sacada de una novela?

-Ya te lo dije todo. Vivo con mi mamá, fanática de Bob Esponja, me encantan los cachorritos y me aterran los vampiros.

-¿No eras fanática de Crepúsculo?- pregunto divertido.

-Corrección. Admito que Robbert Pattinson es uno de los cueros más cueros del mundo, pero la idea de que alguien clave sus colmillos en mi garganta no me hace mucha gracia.

Él rio ante mi respuesta.

-Ya me presente.- me queje.- Ahora te toca a ti.

Su gesto pareció endurecerse cuando le dije eso, por lo visto no parecía ser la clase de persona que le gustaba contar cosas relacionadas a su vida privada. Dejo de acariciar mi brazo para mirarme fijamente a los ojos, inconscientemente tuve el impulso de imaginármelos color cafés, tratando de configurarme a mí misma para pensar que el chico que me estaba acariciando y hablando tan dulcemente era de verdad el que yo quería. ¡Agh! ¿Cómo podía ser tan estúpida? ponerme a pensar en otro hombre cuando tenía a uno mejor delante mío, y que me quería.

-Haz la pregunta y yo la respondo.

-¿Cómo fue tu infancia?- pregunte cautelosamente.

Soltó un bufido, no ante mi pregunta, sino que parecía causar esa emoción por lo visto cuando recordaba su infancia.

-Sabes a la perfección que soy hermano de Jungkook, y se puede decir que siempre estuve bajo su sombra... en todos los aspectos, pero sobre todo para mi padre.

Preste ahora mucha más atención, podía el dolor pasado que esos recuerdos parecían causarle.

-En realidad Jungkook y yo somos medios hermanos.- explico.- Él es hijo del primer matrimonio y yo del segundo.- explico.- Jungkook tenía un año cuando él y su madre sufrieron un accidente en auto, sobrevivió pero su madre no lo hizo.

No pude evitar sentir cierta lastima cuando escuche aquel pequeño detalle, ¿Esa era la razón por la cual él era así?

-Papá sufrió mucho pero luego se casó con mi madre y me tuvieron a mí, pero mamá murió en el parto por lo cual yo no la conocí y prácticamente me creí solamente con mi padre y con Jungkook.

Hizo una pequeña pausa, toco ligeramente la piel de mi brazo, estaba helado.

-Jungkook era y es mejor que yo en varios aspectos, podríamos decir. Él era el hijo perfecto de mi padre ya que era muy bien nadador, excelentes notas desde pequeños, socializaba con tal facilidad que pronto los mismos socios de mi padre no dejaban de alagarlo, incluso desde pequeño. En la escuela privada donde estábamos antes él era el señor popularidad, tenía a las mejores chicas y la elite como mejores amigos. Y yo, bueno... no fui muy sociable, tenía buenas notas pero no contaba con las demás cosas que él tenía por lo que papá me dejaba de lado. Y bueno, mi relación con él nunca fue del todo buena, siempre había competencia entre nosotros y él todo el tiempo ganaba.

Me pegue a él con la intención de reconfortarlo.

-Pero luego fue cuando Jungkook empezó a cambiar... dejo de comportarse como el chico perfecto y empezó a hacerle la vida imposible a mi padre, siempre se metía en problemas e incluso, cuando papá se enteró que las cosas iban más que simple borracheras o fiestas inmediatamente lo quito de la privada para meterlo al instituto normal. Jungkook se fue haciendo más ajeno a nosotros hasta que el mismo le pidió a mi padre que le diera un apartamento aparte, y él se lo dio en uno de los mejores lugares de la ciudad. Y así se han mantenido las cosas hasta ahora.- suspiro.- Y por lo visto siempre se mantendrán así.

La duda quedaba aún dentro de mí, Jimin había dicho que Jungkook comenzó a cambiar de la noche a la mañana sin razón alguna para ponerse en contra de su padre, eso quería decir que no todo el tiempo había sido un chico sin corazón o sin sentimientos por nadie. Además, a cualquier niño sufría un indicio de bipolaridad (al menos yo quería excusarlo de esa manera), al ver que su padre se había casado después de que, ¿un año? de la muerte de su madre.

-¿Qué crees que le haya pasado?- curiosa, casi haciéndome la desganada.- Para que cambiara de esa manera tan radical.

Jimin levanto los hombros.

-No lo sé.- respondió.- Solo sé que algo debió pasar entre él y mi padre... porque Jungkook prácticamente le declaro la guerra.

Había algo raro en ese asunto, era fácil presentirlo después de haber visto varias películas de misterios y Scooby Doo. Quizás Jungkook se había enterado de algo sobre su padre, pero para que cambiara de ser el chico de alta sociedad con clase a ser un bravucón con cierta adicción a las drogas, debía haber sido algo realmente grande, muy grande y complicado. Era un secreto y la razón por la cual Jungkook es así.



Continuará....

Yo, drogada de amor - EL, borracho de odio (Adaptación) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora