Capítulo 13. Resaca.

46 4 0
                                    



En esos precisos momentos de tu vida una idea cruza por tu mente: "Por que Dios me odia" o muchas cosas más. Y justo ahora, ese era un preciso momento de mi vida.

Jungkook enarco una de sus cejas, pude sentir una extraña sensación en mi piel; por lo visto la persona-hombre que ayer no había reconocido parecía haber obtenido su verdadera identidad.

Solo una pregunta era la que yo podía formular.

-¿Qué fue lo que paso?

Él sonrió divertido ante mi pregunta para avanzar unos pasos hacia la cama en donde yo estaba, lucía una camisa color blanco cuyos primeros botones estaban desabrochados; parecía estar tranquilo mientras fumaba sin ningún apuro, observándome.

-Creo que es más que obvio lo que paso.- contesto.

Agache la mirada, él sabía que yo sabía lo que paso, al menos tenía idea de que ayer por la noche yo había perdido los estribos por completo y llegue a comportarme como una perra en todas las maneras. Incluso lanzándome sobre el chico que disfrutaba hacerme sufrir y que hace no mucho tiempo me había llamado perra.

-¿Dónde estoy?- cambie de pregunta.

Jungkook pareció dudar antes de responder, esta vez yo enarque una ceja.

-Estas en mi departamento... tuve que traerte acá.

-¿Por qué no me llevaste a mi casa?

-No estabas ni siquiera en las condiciones para responder si alguien te preguntaba tu nombre.

Le dirigí una mirada de pocos amigos, me chocaba demasiado que se pusiera en ese plancito de hacerme el día imposible teniendo en cuenta el terrible dolor de cabeza que tenía en ese preciso momento. De repente la idea de mis dos amigos hizo que abriera los ojos, tenía que hacer algo.

-¡Oh dios, Dahyun!- exclame preocupada.

-Ella está bien.- Jungkook respondió.- Se fue a su casa antes de que terminara la fiesta, creo que Jimin la acompaño.

No pude evitar pensar en lo mal que ambos se sentirían, Dahyun entendería a la perfección lo que había pasado pero con Jimin era completamente otra historia. Toda la imagen buena que el tenia de mí había sido cambiada a la imagen que todos los chicos en el instituto tenían de mí. Y eso no era nada bueno.

Intente pararme pero sentí un dolor de cabeza tan fuerte que me hizo tambalearme e imposible ponerme de pie, lleve una mano a mi cabeza y tome un poco de aire. Claramente esa no era la manera en que podía llegar a mi casa. Tan solo por un momento se me había olvidado que mi madre estaba esperándome.

-Dios, mi cabeza.- me queje.

-Cálmate.- hablo Jungkook con naturalidad.- Ya se te va a pasar.

Levante mi vista hacia él.

-Nunca antes había tomado en mi vida, lo hago por primera vez y mira lo que sucede.

Él levanto los hombros como si nada.

-¿Que se supone que sucedió?

Claramente mi paciencia ya no podía más con su cinismo.

-Sabes muy bien lo que paso.- recrimine.- Se supone que debería estar en mi casa no en tu departamento.

-¿Te arrepientes de estar acá?- rio.- Curioso porque ayer no tardabas de rogarme para que nos encamaramos.

-¡Eso es diferente! ¡Estaba ebria!

-Hanna.- susurro en voz baja.- No soy ningún estúpido.

-¡mira!- exclame exasperada.- No sé qué te dije ayer o lo que paso con exactitud ayer... no lo sé bien ni tampoco me acuerdo.

Paré por unos segundos.

-Solo sé que termine en tu departamento sobre tu cama.

Él se apoyó contra la pared escuchando divertido como me desahogaba sobre lo que había pasado ayer, y sí que lo hice a pesar de estar con la cabeza a punto de estallar. Al terminar él se cruzó de brazos y apago el cigarrillo contra un mueble cerca.

-¿Terminaste?

Yo no le conteste nada.

-Bien, ahora déjame decirte algo... borracha o no, accediste a venir conmigo a mi departamento y no dabas razón de donde quedaba tu casa. Luego de que te traje aquí buscabas alguna forma de acostarte conmigo.

Podía sentir mis lágrimas amenazando con salir.

-Y créeme no estás en la mejor posición para empezar a reclamarme de algo o venir con arrepentimientos estúpidos.

Por primera vez en mi vida no tenía la menor idea de que podía decir en mi defensa, algo que no había querido admitir era que aun estando borracha yo sabía que estaba teniendo contacto con Jungkook y que le estaba haciendo daño a mis amigos; pero aún así no me importo en lo absoluto.

-Gracias.- fue lo único que pude decir.

El rostro de Jungkook cambio completamente.

-¿Y a qué viene eso ahora?

Tome un respiro, hablar con ese chico podría ser realmente complicado.

-Porque a pesar de que estaba borracha tu... bueno, tu... no te pasaste de listo conmigo.

Hubo un silencio entre nosotros que pareció durar años.

-¿Crees que lo hubiera hecho sin tu consentimiento?

-Quizás deberías recordar lo que casi me haces en la otra fiesta donde fui invitada y tú estabas ebrio.

Otra vez su rostro cambio completamente a uno de enojo.

-¿Creíste que te iba a violar?- recrimino.

Abrí los ojos ante sus palabras.

-Me dejaste semidesnuda.

Callo definitivamente, cruce mis brazos, ahora la tensión había llegado de nuevo.

-Quizás sea mejor que me vaya.- dije ante el silencio.- Mi mamá debe estar preocupada.

Me pare de la cama y empecé a caminar directamente hacia la salida, antes de poder llegar a la puerta sentí como Jungkook me cogía del brazo y me estampo contra la pared.

-¿Quién te dijo que te podías ir?

El miedo paso como un escalofrió por mi espalda para ser suplantado por choques eléctricos.

-Jungkook ¿qué...?

Sus labios sobre los míos impidieron que completara la frase.

Continuara....

Yo, drogada de amor - EL, borracho de odio (Adaptación) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora