Cambio de género (TMNT)

Capítulo 73: Quiero intentarlo

Habían pasado algunas semanas desde aquel ataque de parte del clan del pie. Raphael había sanado completamente de todas sus heridas; claro que durante su convalecencia tuvo que escuchar todo un sermón de parte de su hermano genio por haber peleado cuando sus heridas internas no habían sanado todavía, eso sumado a que hizo toda una escena para no volver a usar la silla de ruedas que Donatello quería que usara mientras sanaba su pierna, y que tuvieron que recurrir a Casey para que lo convenciera de que por lo menos no saliera de cama en al menos unos días; y la prohibición de salir de la alcantarilla hasta que se recuperara. Si, todo una tortura para la tortuga temperamental. No obstante, no todo fue tan terrible, ya que pasaba mucho tiempo libre con Leonardo, la cual lo consentía con demasía. Durante ese tiempo, la pareja disfrutaba de las caricias del otro con total libertad en su habitación.

Una noche, mientras la pareja se brindaba caricias y besos apasionados.

L- R-rapha...

R- Que ocurre?

L- M-me gustaría intentarlo.

R- Intentar que?

L- Intentar ser uno contigo.

R- Estas segura? No quiero que te sientas presionada.

L- Es por eso que quiero hacerlo. Pienso que si lo intento, tal vez logre superar mi miedo hacia Garra de tigre.

R- Justo ahora?

L- Por que no? Ya todos deben de estar dormidos.

R- (Suspira) de acuerdo. Pero si te sientes mal, no dudes en decírmelo de acuerdo?

L- De acuerdo.

Raphael prosiguió a besar a su compañera mientras acariciaba sus piernas, después sus besos fueron bajando a su cuello y hombro sacándole pequeños suspiros. Sus manos viajaban de sus piernas a sus pechos y viceversa, siempre de manera lenta y cuidadosa. Cuando sus besos bajaron hasta su pecho decidió acariciar la intimidad de su compañera, sobresaltándola un poco.

R- Estas bien?

L- (Sudando un poco y nerviosa) S-si.

Raphael continuó con su tarea un poco más, pero cuando decidió introducir uno de sus dedos, la chica no lo soportó más.

L- (Alejando su mano) E-espera! (Sentándose y respirando agitada) L- lo siento, no puedo hacerlo (llorando).

R- (Abrazándola con cariño) Tranquila... esta bien... no pasa nada.

L- L-lo siento... en verdad lo siento.

R- Shhhh. No te disculpes, está bien.

Cuando el llanto de su hermana cesó, Raphael se separó de ella para mirarla a los ojos.

R- Te traeré un té para que te tranquilices, esta bien?

L- (Asiente).

R- Bien. Ahora vuelvo.

Raphael salió de la habitación directo a la cocina para prepararle el té a su novia, mientras esperaba que el agua calentara, se recargó en el pretil de la cocina mientras pensaba lo que había pasado.

R- (Suspira) ya no se que hacer. Necesito un consejo.

Luego de preparar el té de Leo y de calmar un poco sus ansias, regresa de nuevo a la habitación, donde Leonardo lo esperaba sentada en la cama ya más tranquila.

Raphael le entrega su té y permanecen en silencio unos minutos.

L- Gracias (Sorbiendo su té), lamento haberte hecho hacer eso. Seguramente estas molesto por no haber llegado a más.

R- No, no lo estoy. Se que esto es difícil para ti.

L- Pero ya debería haberlo superado. Ya ha pasado mucho tiempo y no he podido tener una buena relación contigo porque sigo teniendo miedo de lo que pueda sentir y de que esos recuerdos vuelvan a mi mente.

R- (Tomando su rostro) Escúchame Leo, Yo no estoy solamente contigo por tu físico, estoy contigo porque me gusta tu forma de ser. Mientras estemos juntos lo demás no me importa. Aún somos jóvenes, tenemos todo el tiempo del mundo para hacer lo que queramos. Ya llagará el momento en que podamos ser uno solo. Esperaré todo el tiempo que sea necesario.

L- Raph.... (Lo abraza) te amo.... No pude haber escogido mejor hombre que tú.

R- Yo también te amo Leo. y no se si sea el mejor hombre, pero ten por seguro que nunca dejaré de amarte... nunca.

L- Yo también.

R- Vamos. Será mejor que vayamos a dormir.

Ambos se recostaron en la cama para dormir abrazados, como ya era su costumbre, pero con la diferencia de que ahora sabían que pasara lo que pasara podían confiar en el otro, fortaleciendo así sus lazos y sanando sus corazones de las cicatrices que sus enemigos habían provocado.