Promesa (IwaOi)

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Ahí se encontraba Oikawa, sentado, con los ojos abiertos y las lágrimas bajando por sus mejillas mientras sostenía aquel suéter con el aroma de Iwaizumi.

"Tal vez sea la última vez que pueda sentir tu olor" pensó Oikawa mientras se levantaba hacia aquella camilla donde se encontraba su amado.

Sin importarle que alguien le viera se colocó sobre aquel cuerpo en letargo quedando con ambas piernas a los costados y su trasero en el abdomen del otro.

-Iwa-chan, eres malo- murmuró con una cara que daba miedo mientras que las lágrimas no paraban -Iwa-chan, lo prometiste- sacó el pequeño anillo de su dedo anular y lo colocó en la palma de su mano para encerrarlo en un fuerte puño.

-Iwa-chan, esto no es gracioso, despierta ya- habló con la mirada baja mientras escuchaba aquel aparato pitar indicando que el pelinegro seguía ahí.

-¡Iwa-chan!¡Lo prometiste!¡Lo prometiste!- comenzó a golpear el pecho del mensionado sin detenerse a pensar que Iwaizumi estaba hospitalizado -Prometiste que nos casaríamos cuando salieramos de la universidad- sus párpados comenzaban a temblar, no podía seguir soportando el tenerlos abiertos mientras lloraba.

En un momento dejó de golpear el pecho del otro y se preocupó al escuchar un único pitido reemplazar a los constantes -¿I-Iwa-chan?- su voz estaba temblando, no quería levantar la mirada para comprobar que aquel corazón había dejado de latir.

-Kuzokawa, deja de mojárme con tus malditas lágrimas y quíta tu trasero de mi- habló el pelinegro, había desconectado aquel aparato de su dedo ya que le molestaba.

-¡Iwa-chan!- gritó el castaño sintiendo como el alma volvía a su cuerpo -Iwa-chan malo, me diste un buen susto...además sabemos que te encanta mi trasero- dijo Oikawa ganándose un golpe por parte del bello durmiente.

-Lo que digas, ahora deja de lloriquear y quítate de encima Kusokawa, las enfermeras vendrán pronto por esta cosa y no quiero tener una erección para entonces-.

one-shots {haikyuu}Where stories live. Discover now