Capítulo VII - Perdóname

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Eran las 3 AM y un pelirrojo seguía dando vueltas en la cama. Durante varios días seguidos no había salido de su mente lo que había pasado en aquel parque. Finalmente se daba cuenta lo que había sentido Kenny al desconfiar de él, aún después de haber pasado tanto juntos... Ahora se sentía idiota, cómo pudo enojarse así si ni siquiera había escuchado su versión de la historia. O más bien la había ignorado completamente.

Se sentó en el colchón, despeinándose mientras su cabeza seguía dando vueltas. Se estaba desesperando al no recibir una sola noticia del rubio... Pero entendía que ahora era su turno de ir a buscarlo.

Tomó una campera bastante ligera y se puso lo primero que encontró en los pies, saldría a buscarlo.

No sabía qué debía decir o hacer cuando lo viera, pero ya no podía quedarse esperando a que siempre hiciera todo el mayor. ¡Era hora de ir a buscarlo él mismo!

Mientras tanto, un chico pobre jugaba con una pequeña cajita en su cama, lanzándola hacia arriba y atrapándola mientras miraba el techo.

¿Me habré pasado? Tal vez de verdad ya no quiere estar conmigo... ¿Y si solo estoy siendo paranoico? Tampoco lo he visto desde entonces, ¿significa que se rindió conmigo?

Soltó un pequeño suspiro. Su mente estaba confundida y sin duda no quería ser el que fuera hacia él de nuevo. Esta vez debía ser Kyle el que pidiera disculpas, pero... Mientras más tiempo pasaba el miedo de que no fuera a volver crecía en su pecho.

La pequeña cajita cayó una vez más en su mano pero ya no la volvió a tirar, solo se quedó observándola perdido en sus pensamientos.

Ni siquiera había podido hacer su último plan... ¡Y no era para nada estúpido! O eso quería pensar.

De pronto un sonido llamó su atención. Era el crujido se las hojas secas siendo pisadas fuera. Por suerte o desgracia, su ventana daba directamente a la calle. Siempre pensaba que era terrible, pues en un lugar como el que vivía debía estar atento a cualquier intento se robo. Pero al ver quién estaba fuera su corazón se detuvo por un momento.

Allí estaba Kyle, haciendo todo lo posible para pasar por la alta reja que separaba su desarreglado patio del resto de la calle.

No tardó nada en pensar lo que haría, pero aún cuando ya estaba vestido no tenía idea de lo que diría... Tal vez se limitaría a escuchar lo que sea que el pelirrojo tuviera para decir.

-Maldita sea...- Susurró desde el suelo, viendo con impotencia aquella condenada reja. Volvió a pararse, decidido a treparla, pero algo lo detuvo. O más bien fue una conocida y muy profunda voz.

-Entrar a casas ajenas sin permiso es un delito, ¿sabes?- Saltó del susto por tal interrupción del silencio que había, pero no tardó en girarse al reconocerlo. Un encapuchado bajaba de un árbol, con su traje gris, mirándolo desde la seguridad de las sombras.

Quería sonreír, pues siempre amó ver su marcado cuerpo resaltando en ese traje, su profunda voz aparentando ser alguien más y, sin duda, sus ojos azules brillando en las sombras... Y aunque los nervios le ganaran, haciendo que bajara la mirada, nada podía evitar la calidez en su pecho y la curva en sus labios.

-Ken- Negó suavemente. -Mysterion, ¿qué haces aquí?-

-Patrullando. ¿Y tu qué haces intentando allanar una casa?- Aquel súper héroe se iba acercando al menor, mirando con curiosidad sus rizados cabellos. Pero paró en cierta distancia, aún no estaba seguro qué quería hacer.

-Bueno, es algo tarde para tocar a la puerta y quería sorprenderlo, pero tengo la pequeña sensación de que él ya sabe que llegué...-

-Pues yo estoy muy seguro que no está en casa. ¿Qué tal si me dejas tu mensaje y cuando vuelva se lo digo?- Kyle levantó la mirada, respirando profundamente para no trabarse en lo que quería decir. Había practicado todo el camino, pero ahora que estaba frente a él se había olvidado todo y debía improvisar.

Promesa [K2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora