Promesa [K2]

Capítulo VIII - Promesa

Si es que al final me hago del rogar (???

Para compensar y también porque llegamos 1.22k de lecturas (bdinxkdkfkd) este capítulo es bastante más largo de lo normal!

Me tardé bastante en escribirlo y más en publicarlo xD Sorry ;u;

Sinceramente ver que habíamos llegado a tantas lecturas y que siguieran votando ma historia me hizo feliz y me inspiró para poder seguir ʚ♡ɞ

Los adoro, de verdad c': Disfruten el capítulo y ya no hago promesas de cuándo o con qué voy a seguir porque cambio mucho de ideas, depende de la inspiración que tenga en el momento (? Aún así ya está cerca del final uwu

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-Fue para que te callaras y me dejes terminar, pequeño judío impaciente...- Su tono denotaba una pequeña risa al ver aquella reacción en el de ojos verdes. Unió sus frentes suavemente, secando todo rastro de lágrimas en las mejillas ajenas. -¿Yo dije que no quiero estar contigo? Kyle, quiero que nunca vuelvas a desconfiar de mí ni yo de ti, quiero que veas cuánto te amo, no solo con palabras...- Sintió las manos del menor subir por su pecho, tomando suavemente su rostro.

-Lo hubieras dicho desde un principio... En serio me asustaste, pero no volveré a desconfiar de tu palabra, si hay algo que no quiero, es perderte...- Susurró dulcemente, mostrando una pequeña sonrisa en su cercanía.

-Solo eso necesitaba escuchar.- Aseguró el rubio, tomando la mano ajena que posaba en su rostro, para depositar un pequeño beso en esta. -Porque hay algo que quiero darte... Pero primero, déjame asegurarte que nunca voy a dejar de amarte. Que hasta en mi último suspiro pensaré en esa hermosa sonrisa que tienes y aún después de esta vida te buscaré por cielo, mar y tierra para volver a amarte. Nunca perdonaré al que te haga sentir menos y siempre estaré para secar tus lágrimas. Si caes, te atraparé, aún si terminamos juntos en el suelo, pues siempre te ayudaré a levantarte. En ninguna vida haré algo para herirte o hacerte dudar de lo mucho que te amo. Y por sobre todo, cada día te haré sentir como la persona más amada y afortunada sobre el mundo...- Con cuidado, sacó la pequeña cajita con la que jugaba anteriormente y la abrió. Las lágrimas volvieron a salir por los ojos del judío, pero esta vez eran por la emoción al escuchar cada palabra y por los pequeños anillos de oro que la cajuga contenía... -Acepta este anillo de promesa, donde recordarás, cada vez que lo veas, cada una de las promesas que acabo de hacerte. Cumpliré todas para hacerte feliz...-