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Cálido deseo.
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«Era un deseo cálido, sin maldad ni codicia o celos. El sentir de sus corazones que estaban conectados, sin que ellos se dieran cuenta».
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'Amar no es un trabajo difícil, lo difícil es confesar ese amor luego de arrastrarlo entre las sombras'.
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-S-sabes lo que me dijo esa mu... mujer? -balbuceó mientras intentaba mantener la postura-. D-dijo que era un as... asque...
En un mal movimiento se resbaló hacia atrás sin poder acabar la oración. Perdió el poco equilibrio que poseía, sin embargo unos brazos lo detuvieron antes de tocar el asfalto, sostuvo el pequeño cuerpo a la vez que lo ayudaba a caminar.
-¿Qué mujer?¿De qué hablas? Agh -resopló-. Mejor cállate, estos días han sido insoportables, y ahora ¡Me vuelves a llamar en este estado! -bufó molesto, frunció el ceño, odiaba que el más bajo descuidara tanto su salud-. Mira lo buen amigo que soy que he venido a buscarte para que no quedes tirado en la calle -negó, aún enfadado.
Con soberbia, sus palabras las dijo molesto, pese a ello no podría dejar al pelinegro tirado, de ninguna manera. Era un enfado más por el lado de la preocupación.
-Y-yo necesitaba de un amigo, tú eres mi amigo fiel, ¿no es así? -se soltó de su agarre y sonrió ya sin recordar lo que dijo hacía escasos segundos.
-Eres un asqueroso ebrio, aish -resopló y rodeó los ojos.
-¡Eso, Amy, la mujer del bar dijo eso! -gritó aturdiendo al otro-. Me dijo asqueroso, ¡Asque... asqueroso gay! -rió divertido.
Giró y buscó los ojos de su acompañante, extraviado se sentía como si estuviera caminando sobre charcos de agua resbalándose una y otra vez.
-Espera, ¿¡qué!? ¿Amy te dijo eso? Esa tonta, uf. -confundido observó al pequeño hombre frente a él y masajeó su sien-. Pero, incluso te lo pregunté, tú me lo negaste terriblemente, días atrás dijiste que no lo eras. No te entiendo, Taka -susurró lo último e intentó comprender.
Amy era una amiga del azabache cual de vez en cuando lo acompañaba en sus clásicas noches de bebidas y le hacía alguna que otra insinuación a este, logrando ser rechazada y a causa del alcohol el pequeño terminó confesando a quien quería de verdad.
