Prólogo

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-Ella ya no esta aquí y jamás volverá a estarlo. Debes aceptarlo, Seth. Si no lo haces te seguirá lastimando. -le dijo Andrew a su amigo- ya es hora de dejarla ir, hermano.

Una lágrima rodó por la mejilla de Seth, él no era un llorón, jamás lo había sido, pero desde su partida no podía dejar de sentirse miserable.

La quitó bruscamente de su mejilla y se dijo a si mismo que no debía llorar más, pero era inevitable no sufrir por alguien que amaba más que a si mismo.

-No puedo -declaró Seth-. Sé que fui un idiota, pero la amo. La amo mucho, Andrew. Ella era, es -se corrigió-. mi otra mitad, y simplemente no puedo olvidarla y "dejarla ir" -hizo comillas con sus dedos-. Como si nada hubiese pasado.

El otro suspiró, entendía a su amigo, de verdad quería a la chica. Pero ella fue quien decidió dejarlo y él debe respetar eso, él tampoco es un santo en todo esto.

-Cometiste un error -se lo pensó y varios segundos después, continuó-. Varios errores. Ahora debes pagar por ello, Seth. No puedes hacer como si ella fuera la culpable de todo esto, pero tampoco dejes que la culpa te carcoma. No eres tú el único culpable de todo esto, ambos lo son.

Seth se quedó estático, no podía moverse, quería llorar, gritar, romperlo todo. Obviamente no iba a hacerlo, él no.

-Vete -le dijo él a su amigo, necesitaba estar solo-.

En ese instante Andrew lo entendió todo. Decidió que lo mejor era dejarlo tranquilo para que piense. Entonces, se despidió.

-Buena suerte, hermano.

Andrew saludo a Seth en un gesto con la mano y salió de la casa de su amigo, se montó en su motocicleta y se marchó.

Seth, atónito por lo que dijo su mejor amigo, se quedo pensando. Andrew tenía razón.

Nosotros fuimos los culpables de este sufrimiento. Ambos nos lastimamos mutuamente, siendo, quizás, conscientes de las consecuencias, pero no nos importó, fuimos egoístas, unos idiotas y ahora lo estamos pagando. Se dijo, razonando las palabras de su amigo.

Se odió por todo lo que habían causado. Se maldijo internamente miles de veces por haber sido tan estúpido, y la maldijo a ella, por haberlo enamorado y haberlo dejado sin darle otra oportunidad. Sentía ya que no era él, que no era el mismo de antes, ella había cambiado su mundo, sus pensamientos y la forma de ver todo.

~Nena cuando te decía que eres la razón de que este vivo lo decía enserio~.

Hola! Soy Amy, un intento de escritora.
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Amy.

Mentiras Que DestrozanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora