5-Comienzan las mentiras

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-Ese chico tocó la puerta, pasó y se mandó solo, ¿lo conoces?

Asentí

-es el mejor amigo de Emm. Pasó algo con un tal Bran.

Ella me miró y susurró

-¿Sera su novio?

Yo suspiré.

-No lo sé, pero no lo creo.-respondí, sinceramente esperaba que no lo sea

-¿te gusta?- esa pregunta me tomó por sorpresa-.

-No sé nada de ella, la conocí hace dos semanas pero solo hablamos una vez. Es mala en matemáticas, tiene carácter fuerte, y quiere aprender guitarra. Es todo lo que sé de ella aparte que el chico nuevo es su mejor amigo. Y al parecer, ambos tienen dinero, mucho más que nosotros.

Y era la verdad, nosotros no éramos pobres, pero Max es millonario y Emm parece que tiene bastante dinero, o al menos sus padres.

Nos quedamos callados, pudimos oír un poco a Emm y Max discutiendo.

-Bran te matará.-dijo Max-.

-No lo creo, no es para tanto.

-¿y tu papá?-dijo Max-.

-Ya sabes que nunca está en casa- ambos suspiraron-.

¿quién es Bran? ¿por qué iba a matarla? ¿por qué no hablaron de su madre? ¿y sus hermanos? ¿quién era ella? ¿por qué quise invitar a mi casa y dejar pasar a mi habitación a una desconocida? ¿Emma me gustaba?

Tantas preguntas y no tenía ninguna respuesta a ninguna.

-Creo que Bran es su novio -susurró mamá-.

Yo suspire, tenía tantas preguntas, pero Emma Davis era solo una desconocida.

Entonces entraron.

-Oh. Hola, lo siento por haber pasado así, era muy urgente, de verdad lo lamento. Por lo general no soy así. Me llamo Max Harrison.

Se presentó a mi madre y ella asintió.

-Vale, no hay problema, Max. Soy Michelle Evans, la mamá de Seth.

No pasé por alto que estaban tomados de la mano.

Max sonrió y le extendió la mano a mi madre.

-Un gusto, señora Evans.

-Maxy, dile.. -Emm se calló, sabia que eso tendría que decirlo mi madre-.

Michi sonrió.

-Puedes decirme Michelle, por favor. -ni yo ni Emm ignoramos que no le dijo lo de Michi, lo cual me alegró, y creo que Emm se sintió especial.

-Bueno, Michelle, ya debo irme, pero Emm insiste en que quiere quedarse -Max miró la hora en el reloj de mano-. Ya son las seis, espero que no les moleste.

Mamá y yo negamos con la cabeza.

-No, no hay problema, puede quedarse cuanto tiempo quiera.

Max asintió y Emm sonrió a mi madre, él beso la cabeza de Emm y se acercó a mi madre, le dio un beso en la mejilla y ella se sonrojo, traidora. Me extendió la mano y yo la tomé apretándo su mano. Me soltó y fue hasta la puerta.

Mamá se levantó y se acercó a él.

-Te acompaño hasta la puerta-dijo mi madre y Max miró a Emm y luego a mi, desconfiado. Luego volvió a mirar a mi madre y asintió, ambos salieron de mi habitación.

Yo miré a Emm, ella estaba parada y yo sentado, corrí la guitarra para que ella se siente, hice palmaditas con mi mano al lado mío y ella me miró extrañada.

Mentiras Que DestrozanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora