Alcor ζ [GOT7]

10. prince

Dedicado a arroba javriska que no la menciono porque no y fue (?)

Pairing: jjproject + 2jae
Género: hurt/confort
Narración: primera persona; Jinyoung
Advertencia: muerte de personaje

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No quise dejarle, no planeé nunca abandonarle de esta manera. Teníamos planes, muchos nuevos proyectos, sueños que deseábamos hacerlos realidad juntos. Pero yo debía marcharme, aun si no quería, debía hacerlo. Debajo de un sinfín de besos que esparcí por su cuello, le dije que él estaría bien, que el dolor pasaría algún día y podría dejarme ir sin tristeza impregnada en sus recuerdos. Con otra cantidad semejante de besos que dejó en mi frente, me prometió hacerlo, cubierto de lágrimas que procuré limpiar con mis manos.

Y yo le creí, porque él nunca me había mentido.

Aquella mañana el día me recibió con el cielo de un lindo tono celeste iluminando mi próximo camino.

Sería difícil, pero no imaginé lo fuerte que nuestro amor había sido hasta que volví a verle en su departamento. Seguía vistiéndose con las mismas prendas viejas que alguna vez quise arrojar a la basura, con el cabello tan corto como nunca antes lo había visto. Quise abrazarle. JaeBum me seguía reteniéndome aquí, en su mundo, recordándome a cada instante del día e intensificando el ambiente nostálgico con su llanto nocturno. No podía sentir dolor por él, sin embargo la sensación de querer tenerle entre mis brazos hasta calmar sus espasmos me invadía de pronto, sólo pudiendo ser capaz de recostarme a su lado para verle dormir cansado de llorar.

Mi alma se iba desgastando conforme sus días transcurrían, llevándose consigo rastros de momentos vividos entre los dos. Si mi alma desaparecía, los recuerdos en los vivos también lo harían, y eso incluía la mente de JaeBum. Imagina despertar un día y ver cientos de fotos de algo que jamás has vivido Verte a ti mismo reflejado en un papel y no poder rebobinar al pasado. Y eso a JaeBum le destruiría aun más teniendo en su poder decenas de fotografías juntos.

Dicen que los ángeles llegan cuando menos te lo esperas, y que se quedan donde sientan comodidad y protección.

YoungJae fue uno de ellos.

De carácter noble, aura vibrante y espontáneo, sentí su presencia antes de que pisara una baldosa del edificio donde JaeBum residía. Está de más decir que los muertos, nuestras almas, no pueden intervenir con los vivos de ninguna manera, no obstante una travesura siempre es permitida
(lejos de lo que fui en mi vida terrenal) y esa mascota blanca fue mi arma ideal.

Él llegó a eso, a iluminar la habitación oscura donde cada día JaeBum decidía encerrarse. Abrió las cortinas, permitiéndole disfrutar lo que se perdía por no intentar siquiera avanzar. Abrió las ventanas, mostrándole nuevos rostros motivados por conocerle. Le sonrió, curando milímetro a milímetro las abiertas heridas que hasta ahora no se preocupaba en sanar. Iluminó y se deshizo de los vestigios amargos.

El último día le prometí que no me iría de su lado hasta que él fuera feliz nuevamente.

Y cumplí.

Sus afilados ojos ya se cerraban, los mismos que en vida besaba antes de dormir. Él sostenía a YoungJae sobre sus piernas y acariciaba su cabello armonizando su sueño. La escena era pura. JaeBum estaba listo de nuevo para seguir, y yo finalmente descansaría en los recuerdos.

Juraría que por un instante él me vio parado frente a ellos, que por una milésima porción de tiempo sus pequeños ojos encontraron los míos. Que a través de un suspiro se despidió de mí regalándome el obsequio más bello de la vida y que llevaría incluso más allá de ella: su sonrisa.

 
 




😭(?)