CAPÍTULO 5

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Caminé con paso decidido, mientras Edward iba un poco más adelantado que yo para guiarme. Esos eran los pequeñísimos detalles que tiene alguien del siglo XX. Si lo piensas, es hasta ridículo que nadie se de cuenta de que hablan más anticuado, que no comen ni beben nada, añadiendo que sus costumbres no son de esta época. Como abrir la puerta para dejar pasar a la chica primero, correr la silla como hizo Jasper antes a Alice... En fin, muchos creen saber TODO de ellos, cuando no saben ni donde viven.

-¿Puedo preguntarte algo?-dijo Edward mirándome fijamente con esos orbes oscuros, casi negros.

-Clarop-contesté marcando la p.

-¿Por qué te escapaste de tus padres? No es que me quiera meter pero, hay que ser muy valiente, tener recursos y un buen plan para que te salga bien.- Ja! Así que es cotilla... Es una maruja que en vez de tener puesta la oreja está atenta a cada pensamiento que le involucre o importe.

-¿Nunca nadie te ha obligado a hacer algo que no querías? No como ir al colegio o hacer las tareas, si no algo que es malvado, y que no hace bien ninguno. Bueno, pues mis "padres", di así los puedo llamar, me obligaron a hacer ese tipo de cosas, manipulándome  y mintiéndome. En esos momentos yo era una enana asustadiza, que quería no estar sola, por lo que aunque no quería hacerlo, me vi obligada a ello-conté apenada con un tinte en mi voz meláncolico.

Edward me escuchó atento y no dijo nada, pero me dio un abrazo raro en los hombros. Sí de esos que se dan lo tíos. Muy raro.

Llegamos a una gran puerta, la cual estaba debajo de un letrero viejo que decía Biología. Entramos rápidamente y la clase estaba solamente con unas pocas sillas ocupadas. 

No me dio tiempo a reaccionar cuando un ventilador me dio de lleno en la cara. Había estado camuflando mi olor pero, eso no impedía que me distrajera momentáneamente al tropezarme con una asquerosa mochila en el camino. El viento apenas me tocó el rostro cuando ya lo había apagado con mis dones, aunque una pequeña ráfaga imperceptible para los humanos, pero no para los vampiros, se escapó de mi alcance y solo pude interceptar el olor de mi sangre, para que Edward no me abriera la primera vena que pillara para beberme como a una cocacola.

Instintívamente cerré los ojos para no ver su expresión. Los abrí y ni me paré a ver su cara. Andé tan rápido que la diferencia entre correr, ni se hubiera notado. Me dirigí hacia la última mesa a la derecha, en el asiento que tenía mas cercano.

Respiré profundamente y dirigí mi mirada hacia él. Seguía parado donde lo había dejado, con una cara que si no fuera por la situación, me hubiera dado hasta risa. Ahora había más gente por lo que estaba llamando un "poquito" la atención.

Suspiré, me levanté y fui hacia él. Lo cogí del brazo y los arrastré, literalmente, hasta el asiento a mi lado. Bravo Bella, ahora no es solo raro tu olor, si no también tu fuerza.

Me pateé mentalmente. Estúpida, idiota, tonta, impulsiva, metomentodo, listilla, tarada...

Un señor mayor con unas gafas y rostro amable, entró por la puerta interrumpiendo mis insultos hacia mi persona. Puso en su mesa una plaquilla en la que ponía : Sr. Banner. 

-Hoy vamos a analizar las fases de la mitosis de la punta de una raíz de cebolla-un coro de lastimeros "Oww" se escuchó de mis compañeros. Me provocó una pequeña risa. Humanos, siempre tan vagos.

Empezó a dar a cada pareja. Con mis prisas, se me había pasado el hecho de que las mesas eran de dos. 

Nos entregó un microcopio y me presenté como la alumna nueva. Era simpático y me caía bien, por el simple hecho de querer inculcarnos su materia y que se nos quedara algo, algo que veo improbable, aunque para él algo probable...

Estaba nerviosa. Tenía que afrontar a Edward, pero un problemilla era que en mi sueño había podido leerle la mente, pero cuando lo intenté en la cafetería antes, nada más establecer la conexión me sobrepasaron un montón de pensamientos y era como escuchar una música,parecido a heavy metal, a todo volumen. Solo el hecho de intentarlo me daba dolor de cabeza y creo que a el también, más confusión por no saber el por qué. 

Así que, no podía podía, debía ni quería provocarme ese dolor innecesario por saber que pensaba. Aunque ahora, me interesaba bastante.

-¿Qu-que..?¿Co-omo..?-empezó a balbucear, muy tiernamente por cierto.

-No actues raro Edward. Yo te lo explicaré todo pero antes, quita de tu cara esa expresión y no saques conclusiones equivocadas, ¿de acuerdo?-pedí con impaciencia.

Un asentimiento, que podía provenir del ser más tonto de la Tierra, fue lo que me respondió.

-Te lo contaré después a la salida de clases. Hay un parque cerca de mi casa al cual sólo van niños pequeño por las tardes, así que no habrá nadie, ¿entendido?-no le dí tiempo a responder. Agarré el microscopio y le fui diciendo als respuestas con apenas mirar la lente. Con eso al menos ganaría un poco de tiempo para que no pudiera pensar claramente sobre lo que había sucedido, que por un maldito ventilador no debía...

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HOLAAA DE NUEVO! Os a gustado? si ? no? está como el culo de una vaca? es brillante como una lucecita en navidad?... Okno.

Comenteen abajo, estaría más feliz... 

BYEES 

El Milagro del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora