CAPÍTULO 9

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-¡Dios! Es que ese chico es un sueño-comentó con ojos soñadores.

Suspiré-Ya…

-Ojalá no hubiera muerto-su voz denotaba tristeza.

-Bueno, al menos no dejó a alguien con las ganas-dije levantando mis cejas con picardía.

Clare se sonrojó y me miró con incredulidad-¡Bella!

-¿Qué? El chico era guapo, inteligente, dulce y gracioso. Si no lo hacía ella, lo hacía yo-sonreí.

Clare sonrió con lástima-Y pensar que algo tan real es solo un personaje.

Reí-Bueno, mi querido Ansel tampoco está nada mal-defendí.

-Bella, es que se supone que son el mismo-dijo como si estuviera loca.-Augustus Water, es el chico que siempre querré.-sus ojos soñadores estaban otra vez entornados.

Rodé los ojos-Yo me conformo con encontrar a un Gus con la mitad de cualidades-supiré.

Nuestra conversación había acabado con nuestros gustos por la literatura. Si era que nos gustaban los clásicos, la picardía de los de ahora eran un punto a favor. Eso y los constantes amores y tíos buenos. Y divergentes y adolescentes con iPhones.

En la comida, le pregunté mas sobre su relación con Derek y Marie. Nada mas escuchar como se llamaba su tía, supe que era una Swan. Era casi normal que cada mujer Swan tuviera el nombre Marie. Isabella Marie Swan. Marie Rebbeca Swan. Margaret Adele Marie Swan y etc…

También no pude evitar preguntar por sus dones. Los cuáles no eran muchos pero muy intensos. La telepatía era su fuerte aunque también tenía unos cuantos que se podían resumir en : meterse en la cabeza de alguien. No leía sus pensamientos, pero se podía meter en su cabeza y hacer lo que quisiera. Cambiarte tus recuerdos, inculcarte unos nuevos, ver lo que has vivido, tus sentimientos, e incluso, controlarte con solo mirarla a los ojos. No los había usado casi nunca, pero su tía le animaba a practicar con ella. Eso sí, luego todo volvía a la normalidad.

Lo más extraño de Clare, es que sus dones se podían usar con cualquier cosa. Con un perro hasta con el Presidente de Estados Unidos.

Claro estaba que también era veloz, fuerte y extrasensorial. Oía, veía, escuchaba y sentía mas que la mayoría. Mas que yo incluso. La diferencia entre ella y yo era que poseía mas dones por poder ser como un camaleón. Cuando sentía alguno cerca, lo copiaba. Era muy de tramposa pero ese era mi fuerte.

Un movimiento captó mi atención. Clare estaba acariciando, otra vez, su notoria barriga.

-Lo quieres, ¿verdad?-pregunté suavemente.

-¿Uhuh?-parecía que la acababa de sacar de sus pensamientos.

-Al bebé, lo quieres.-ya no pregunté, afirmé.

-Por supuesto-rebatió sonriendo-Es algo mío, algo producto de amor.

-Y otras cosas-dije pícaramente.

Al contrario de lo que pensé que Clare haría, sonrió torcidamente-Mas de las que sabes.

Me quedé con la boca abierta mientras ella andaba por delante de mí. Cuando salí de mi estupor, solté carcajadas. Las cuales iban acompañadas por las suyas.

-¿Y tú qué?-cuestionó todavía con esa sonrisa suya.

-Yo, ¿el qué?

-Que si tú… Ya sabes.. Si..-dijo enfatizando con sus manos como si fuera obvio.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2015 ⏰

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