capitulo 2

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Alex sabía que debía dejarla ir, empujarla por la puerta del frente y quizá cazarla después... cuando su bestia no lo estuviera conduciendo tan fuerte, demandando que reclamara a la mujer en sus brazos y que produjera un montón de cachorros para que él los protegiera. Pero simplemente no
podía. Sólo porque su cuerpo lujurioso y su esencia intoxicante llamaban a su león y a él como nunca nadie lo había hecho, no significaba que él pudiera hacer lo que le viniera en gana y menos con una humana inocente.
Sí, los cambia formas eran conocidos, pero el mundo no lo sabía todo... no sabían sobre los emparejamientos, la luna, la conversión de la gente... nada de eso. Pero todo lo que el gato quería era revolcarse en su esencia y asegurarse de que se quedaban enredados hasta que tuvieran un solo olor. Joder, la idea hizo que su pene palpitara en sus jeans y justo cuando lo hizo, su pequeña mano apretó entre sus piernas de nuevo, provocando inmediatamente un jadeo por parte de Alex.

"Maya..." el levantó el agarre que tenía sobre ella, pellizcó su pezón,absorbiendo cada gemido de sus labios y deleitándose con su satisfactoria respuesta.
Ella se arqueó en su toque, como presionando su exuberante pezón dentro de su posesión.
"Por favor..." oh, diablos. El no podía resistir una mujer cuando le rogaba,
especialmente no una que su bestia dolía por reclamar como propia. Con el
pensamiento de reclamar, el dolor traspasó sus encías, sus caninos extendiéndose en su boca, mientras un profundo y bestial gruñido se formaba en su pecho. Mierda, la bestia en su interior de verdad la quería, que buen rollo que el hombre también lo
hacía.
Con un gruñido el cayó en sus rodillas, su boca a la altura perfecta para chupar sus pezones. Maya era una cosa tan hermosa y todo lo que él quería hacer era envolverla el algodón y mantenerla segura... por siempre. Ella sería suya. Tan solo que aún no lo sabía. Tan solo hacía un momento él había comenzado a darse cuenta de ello.Alex no perdió tiempo en capturar un pezón, chupando la protuberancia en su boca y dándole vueltas con su lengua. Con su otra mano se dirigió al otro pesado
montículo, pellizcando gentilmente la firme protuberancia.
Por momentos el aroma embriagador de ella lo rodeaba, enredándose alrededor de su polla como algo viviente, masturbando el erecto miembro que dolía entre sus piernas. Alex besó su camino hacia el otro pezón, dándole la misma atención que le dio al primero, raspando uno de sus caninos sobre la piel sensitiva, gruñendo cuando
ella cernió sus dedos a través de su cabello. El león quería enterrar sus dientes en la suavidad de su piel, reclamando fuertemente a Maya mientras la pasión los rodeaba.
Nunca había escuchado de una marca de emparejamiento puesta en el busto de una mujer, pero al parecer eso a su león le importaba una mierda.

Maya lo jaló contra su pecho, forzando más de su carne dentro de su boca y a
cambio, él le dio lo que al parecer ella le estaba demandando. La bestia quiera
complacer a su compañera, dándole lo que fuera que ella deseara. El hombre ignoró los pensamientos de"compañera" que le daba su león. Alex la quería tanto como su gato interior pero estaba retrasando estos pensamientos pues sólo le robarían atención a la hora de controlar los rugidos dentro de su cabeza.

La bestia impaciente no estaba contenta. La quería a ella. Y ahora. Con un 'pop' Alex dejo su pezón fuera de su boca, y levantó su mirada para encontrarse con la de Maya .
Una sonrisa satisfecha se dibujó en sus labios cuando vio la pasión de ella, sus
parpados pesados y la necesidad descarada danzando en sus hermosas facciones. La excitación hizo enrojecer su piel y esos bien amados pechos se habían sonrosado por sus tenciones. El quería morder cada pulgada de su piel de porcelana, dejar su marca
para que otros machos vieran que esta hembra le pertenecía.
La esencia almizclada de su crema lo tentaba, atrayéndolo más y más cerca, a la unión de sus pernas. Mientras él había jugado con sus exuberantes pechos, ella había ampliado su postura, la parte inferior de su vestido, se estiraba tirante entre sus muslos. Agachándose hacia adelante, doblando su cabeza, presionando su barbilla
justo sobre su montículo, frotándolo hacia atrás y adelante. Su mirada se concentró en ella,Alex esperó por reacción atentamente. La tela los mantenía separados, pero él
sabía que la presión le daría algo de placer. Maya jadeó y se estremeció, sacudió sus caderas contra su toque.

El Es Mi Leon (Terminada)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora