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Tras su liberación los barbaros se agolparon alrededor de la hoguera para calentarse. Xiaomei, se acercó a Zoé para pedirle agua y comida para la pequeña Pearl y Zoé con gusto se la entregó; sin embargo se percató que no era la única que necesitaba alimentos. Todo el grupo estaba sediento y hambriento. Así que  algunos regresaron al campamento por suministros.

---Y ¿Ahora qué?--- Preguntó Diego---No podemos entregarles nuestras provisiones. ¿Y la misión?

---- La misión casi está concluida. Estamos a pocos kilómetros de Monte Mitchell. Ahí esconderemos el teletransportador y regresaremos a Draco 1. Contestó Zoé.

---Pero ¿Y todas estas personas?  Preguntó Sally

---Tendremos que verlo con el consejo. No creo que exista problema en que tengamos más invitados a Draco 1. Señaló Zoé.

Justo terminó de decir lo anterior cuando vio llegar a Travis junto con Paco desde su campamento. Por su semblante parecía enfurecido.

--¿Qué sucede Travis? Preguntó Zoé.

---¡Sucede que robaron las piezas del teletransportador! ¡También se llevaron a Irina y a los demás!. Gritó Travis evidentemente molesto.

---Dime Paco ¿Qué sucedió?

---Fue otro grupo de hombres rapados, creo que nos venían siguiendo. Yo alcancé a esconderme pues estaba orinando en una orilla. Solo alcancé a ver que se llevaron a los demás y las piezas del teletransportador. Cuando vieron lo que pasó con los suyos salieron huyendo hacia el norte.

Zoé se giró hacia la pequeña Xiaomei y le preguntó en su dialecto si sabía a donde los llevaban los adoradores de la muerte. La niña le contestó que los llevaban al valle de la muerte, el cual estaba más al norte, pero que desconocía exactamente donde se encontraba.

--- Descansaremos unas horas y saldremos a buscar su rastro---  Propuso Zoé---Su ciudad no debe estar tan lejos. Tenemos un mapa de antes de la pandemia. Buscaremos en todas las ciudades.

---- ¿Y qué harás al llegar? ¿Tocarás a la puerta y pedirás que te den a los rehenes? Preguntó Travis con sarcasmo.

----No, pero si vieron lo que les pasó a los otros, nos temerán, pues saben de lo que somos capaces.

Así que la propuesta de Zoé se sometió a votación y todos estuvieron de acuerdo, pues además no tenían otra alternativa. Zoe, Paco, Sally , Diego y Mohamed irían a rescatar a los rehenes, mientras Travis y los demás se quedarían en el improvisado campamento que habían instalado a las faldas de Monte Mitchell. Por suerte, conservaron los caballos y monturas de los adoradores de la muerte  aunque no sabían muy bien andar a caballo, tendrían que aprender sobre la marcha. Por su parte Xiaomei rogó a Zoé para acompañarla y prometió serle de ayuda, a lo que Zoé asintió, pues ella conocía mejor la zona que ellos por lo que tuvo que dejar a la pequeña Pearl junto con las mujeres de su aldea. Al otro día, casi al amanecer partieron rumbo al norte, al llamado "valle de la muerte".

Zoe activó una brújula que señalaba el norte, así que tomaron un serpenteante sendero. Mientras sentía el choque de su caderas sobre el corcel estuvo tentada en buscar vehículos antiguos y conectar un alimentador solar que traía consigo, pero pensó que ello quizá llamaría demasiado la atención con la guerra civil que estaba llevándose  tanto en la Tierra como en el espacio.

Después de dos horas se detuvieron. Zoé se preguntó si se dirigirían a la dirección correcta, miró para todos lados y no se apreciaba ninguna ciudad o valle. Todo era inhóspito. Bajaron de las monturas para descansar las posaderas y tomar un poco de agua. Xiaomei permanecía a su lado, sonriente y callada.

---Para mí es imposible reconocer algo. Todo cambió después de doscientos años. Es como si estuviera en otro planeta.  Mencionó Sally.

----Quizá si nos guiamos mediante las antiguas autopistas podríamos llegar. Propuso Diego.

-----No entiendo, hemos viajado al Norte todo este tiempo según la brújula. Debimos haberlos alcanzado. Dijo Zoé.

---No debe estar lejos. Debemos seguir buscando. Animó Mohamed.

--Los caballos tienen sed. No podrán aguantar mucho tiempo así y no veo fuentes de agua por aquí cerca.

Mientras seguían conversando, Xiaomei alertó a Zoé de que alguien se aproximaba. Todos se pusieron en alerta.

----¿Quién anda ahí? Grito Zoé en el dialecto que utilizaban en la Tierra

De pronto, una persona salió de entre los matorrales, traía consigo otro caballo. Dicho personaje era alto y corpulento. Su rostro lo cubría una máscara metálica con un vidrio polarizado a la altura de los ojos y tres orificios para la nariz y la boca. Su atuendo se complementaba con una especie capucha del cual sobresalían algunos largos cabellos que mostraban algunas canas.

---No teman. Vengo en son de paz----Dijo el extraño en dialecto común---Mi nombre es Newman.

Zoé lo miró unos momentos. El extraño vestía como los hombres de las ruinas que alguna vez los atacaron.  Sin embargo, era más corpulento y alto que aquellos. Su voz grave se escuchaba distorsionada por la máscara metálica que portaba. Tras la misma Zoé se imaginó un rostro desfigurado por los tumores en la piel y entendió la razón de que tratara de ocultar su rostro.

----Buscamos a un grupo de adoradores de la muerte. Llevan a varios rehenes consigo.  ¿Los has visto? Preguntó Zoé.

---- Los vi pasar por aquel cerro hace poco tiempo. No siguen los caminos usuales para evitar las patrullas de los hombres del cielo. Van rumbo al valle de la muerte. Yo los puedo guiar.

---Nuestros caballos tienen sed. ¿Conoces algún lugar en donde podamos darles de beber?

---He encontrado un pequeño manantial cerca de aquí que podría serles de ayuda. Dijo Newman  con tono amable. 

Los miembros del grupo aún estaban recelosos, pero la oportunidad de tomar agua les parecía atractiva. Siguieron a Newman algunos metros y encontraron un pequeño páramo con un sorprendente chorro de agua que fluía del centro. Todos se lavaron la cara y llenaron la cantimplora, para luego darle oportunidad  a los caballos.  Sally se acercó a Zoé : "¿vas a dejar que nos lleve al Valle de la Muerte?" Preguntó. "No tenemos una mejor opción, además creo que me inspira confianza."

Después de descansar  un poco, Newman se subió a su caballo y llamó a los cuatro jinetes: "Vamos, no deben ir muy lejos"

EL LIBRO DE XIAOMEIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora