suicidal thoughts //c.r -Anna

Capítulo 09. Sólo fue un sueño.

Antes que nada mil disculpas por no haberla seguido, la deje algo abandonada y no subí capítulos como agradecimiento a los 2,000 leídos. Lo siento :c

Buaaano, espero disfruten de este capítulo, lo haré lo más largo posible ^-^

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9.

— ¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar?—me pregunté confundida.

Parecía una casa, me encontraba en el pasillo, era largo y muy oscuro. De repente, escuché algo, algo que me dejó en un estado de shock...

—Duérmete mi niña, duérmete ya,

Quédate tranquila que tus sueños velaré.

Nunca te sientas sola porque ahí siempre estaré...—esa voz, logré reconocerla y rápidamente fui tras ella a través de aquel largo pasillo que parecía sin fin.

Una puerta blanca se encontró al final, y por el pequeño cartel color rosa crema pegado a ella logré reconocer. Mi habitación.

Me asomé a la puerta que se encontraba entreabierta y, ahí pude ver algo que me sorprendió completamente, algo que no creía posible.

—Mamá…—pronuncié con un hilo de voz. Y rápidamente tapé mi boca con una de mis manos para no soltar un sollozo.

—Ella no es tu madre, tu madre está muerta al igual que tu padre, y es tu culpa…—una voz lejana soltó como un susurro cerca de mi oído derecho.

— ¡Mentira! ¡Ellos no murieron por mi culpa, no!—chillé molesta dándome vuelta para encontrarme con esa persona, pero no estaba.

— ¡Claro que sí, es tu culpa!—volvió a susurrar con una pequeña risa acompañada.

— ¡NO!—negué tapándome los oídos con ambas manos.

— ¡TU CULPA!, ¡TU CULPA!, ¡TU CULPA!, culpa, culpa, culpa…. —esa voz resonaba en mi cabeza molestándome.

— ¡NOO, NO ES MI CULPA!—grité abriendo los ojos y encontrándome en mi habitación toda sudada.

Respiré hondo y exhalé mirando a cada rincón de mi pequeña habitación, que ahora se encontraba a oscuras.

—Tranquila, solo fue un sueño—suspiré cerrando los ojos y recostándome por la cabecera de mi cama.

Abrí los ojos luego de unos minutos y me levanté de la cama acercándome al gran ventanal que tenía en mi habitación, mis pies descalzos tocaban el frío piso dándome un escalofrío cada vez que daba un paso. Cuando llegué frente a la ventana, abrí las cortinas logrando sorprenderme con el clima, iba a llover y eso no me lo esperaba.

Caminé hasta la baranda y me apoyé sobre esta. La vista hacia afuera era maravillosa, el lugar daba paso a un amplio jardín con verde césped y un gran bosque con arboleda gigante. Inhalé cerrando los ojos e intentando abrir paso a mi imaginación, y creo que esa no fue la mejor idea que tuve.

«No intentes llevar una buena vida cuando sabes que no la tienes»

Nuevamente esa voz llegó a mis pensamientos, eso era lo que más temía, tenía miedo de pensar y dejarme llevar.

«Escúchame y hazme caso, este mundo no fue hecho para ti, tírate desde aquí y verás que al morir una nueva vida mucho mejor que esta te esperara. Vamos, hazlo»