Una infancia no tan feliz (1/2)
San: Bueno, ahora adelantaré unos 2 años que no tienen nada que destacar. Pero lo que se viene después lo compensará, créanme.
_______________________________________
NARRADOR P.O.V
2 años, todos decimos que es bastante tiempo, pero cuando uno se pone a pensar sobre lo que ocurrió en su pasado recuerda cosas que, aunque hayan pasado hace 2 años o más, se siente como si hubieran pasado ayer. Ahí es cuando uno se da cuenta de la rapidez con la que avanza el tiempo. Pero si se decide ir más allá y analizar todos esos recuerdos, se arma una proyección cinematográfica en la mente a la que el cuerpo reacciona inconscientemente; expresando felicidad, vergüenza, tristeza, enojo, euforia, etc.
Y en el caso de Susana y Lisandro no había excepción, tenían una sonrisa victoriosa al recordar como hace no mucho lograron salvar a su pequeño hijo de, actualmente, 2 años. Juan habrá perdido ese asalto, pero Lisandro no estaba tan tranquilo, lo conocía bastante bien como para saber que cuando se propone algo, batalla incansablemente hasta conseguirlo.
La última vez que lo vieron fue a las pocas semanas de que la pareja salió del hospital, en el bautismo del niño. Al ser ambos padres Cristianos, decidieron hacer ese "ritual" con su hijo a la vez que asignarían a los correspondientes padrinos.
Y como predijo Juan, él fue seleccionado como el padrino del niño. Y cuando llegó el momento en que le entregaron al niño para que lo alzara y lo abrazara con "cariño", Lisandro tuvo que contener sus monstruosas ganas de ir y arrancarle a su hijo de los brazos. Aunque los 5 minutos le regresaron al niño.
Pero hasta el momento no volvieron a saber nada de él ni de algún plan o estupidez, lo que les permitía respirar con tranquilidad. Sin bajar la guardia por supuesto.
Pasaron otros 2 años, pero si había cosas para destacar. En primeras, empezó a asistir al jardín de infantes o preescolar a sus 3 años. Demostraba tener un gran potencial con su inteligencia al saber resolver problemas fácilmente, para esa edad era algo a tener muy en cuenta.
Lo segundo, se empezó a correr la voz de un niño que tenía ojos que cambiaban de color como si nada, pero aquellos que no hayan conocido al niño no se creían el cuento. Sus compañeros y maestras obviamente sabían de eso, y lo trataban como a una persona normal. Pero como nunca falta, habían 2 mujeres de 30 años, maestras del niño, que no compartían ese pensamiento. Veían al niño como un mutante, un ser salido del Averno, todo menos alguien normal; por consiguiente tenían un trato indiferente con el crío. Y por si fuera poco, eran conocidas de Juan, su padrino de bautismo. Un día el hombre las convocó para conversar, y se sorprendieron al ver que coincidían en ideales. Las mujeres propusieron armar un plan para secuestrarlo y venderlo, pero el hombre les negó eso. Era debido a que su hija, Cecilia, era prima y muy cercana a Santiago.
Aunque de todas formas acordaron que cuando se les presente la oportunidad, no dudarían en aprovecharla.
Pasó otro año, un día, a sus 4 años, el niño sufrió algo en mitad de una clase. Las maestras explicaban sobre los colores y le preguntaron a la clase si habían entendido, todos respondieron que sí, salvo Santiago, el cuál tenía la mirada fija al pizarrón. Le hablaron, le pasaron una mano en frente del rostro, pero no respondía. Lo agitaron un poco, y el niño se calló al piso aún inmóvil. Y para empeorar las cosas, empezó a convulsionar en el suelo. Con un gran terror, todos corrieron en busca de ayuda.
El director propuso llevar al niño al hospital en su auto, nadie se opuso y pusieron manos a la obra.
No entendían nada, hace unos pocos días el chico estaba de lo más bien como si nada hubiera pasado, pero el día anterior tuvo una jaqueca que, afortunadamente, duró unas pocas horas hasta que desapareció sola. Sin embargo, eso no era motivo para que de un segundo a otro se desmayara de esa forma. Mientras trasladaban al niño al auto pensaban los motivos para que algo así haya pasado.
Nuevamente y sin previo aviso, el niño comenzó a convulsionar violentamente en los brazos de las maestras que lo cargaban. No perdieron el tiempo y fueron a toda velocidad al hospital más cercano e ingresaron al niño al área de urgencias. Ni bien pudieron, llamaron a sus padres, los cuales vinieron tan rápido como pudieron para ver el estado de su hijo.
ESTÁS LEYENDO
Cuesta Arriba
Science FictionLa vida es como una escalada Cuesta Arriba. Cuando te topes con un obstáculo y caigas, es decisión tuya levantarte o no. La vida está llena de obstáculos, y la mía no fue una excepción. Es aquí donde pienso detallar mi evolución, mi escalada por la...