Chapter 6

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Bienvenida al inframundo, y tentaciones mortales.

Aquella noche fue un tanto... extraña para Santiago. Él sabía muy bien lo que había hecho: usar a su prima como material de inspiración para sus fantasías eróticas. Estaba asqueado de si mismo por sentir esas cosas hacia alguien de su misma sangre. Se recriminó mentalmente por un buen rato al despertar (a eso de las 08:00), hubiese continuado si no hubiese sido porque sus primos lo sacaron de sus pensamientos al empezar con su escándalo matutino, una hora más tarde desde que Santiago despertó.

Son: ¡Buenos días manga de vagos!

Tom: Buenos días también perezosa.

San: Oigan, entiendan que algunos tenemos el sueño más liviano que otros. A la otra procuren no hacer tanto ruido, casi me quedo estampado contra el techo del susto que me dieron.

Mentía, el susto no fue por algún brusco despertar. Fue porque al pensar nuevamente en su prima sus hormonas salieron al ataque y provocaron una reacción en su parte baja. Al escuchar el alboroto, saltó rápidamente a cubrirse para ocultar aquel bulto en su entrepierna. Lo de anoche no solucionó nada, más bien lo empeoró. Se maldecía mentalmente por eso. El remedio había resultado ser peor que la enfermedad.

Tom: Con que tienes una erección matutina ¿eh primo?

Santiago se sonrojó un poco ante aquel comentario, y el hecho que lo habían atrapado.

Son: *disgustada* Ustedes los hombres son extraños y asquerosos, tú mejor oculta eso si no quieres conocer el dolor.

San: ¡¿Y yo que culpa tengo?! *sarcástico* Ni que el verte a vos me dejara así.

Ahora la sonrojada era Sonia, los cambios corporales la estaban afectando de golpe, y es que a pesar de su corta edad la naturaleza estaba sonriéndole al dotarla de unas muy generosas curvas.

Son: Eres un...

Antes de que ambos primos empezaran a los golpes, Tomas se metió en el medio.

Tom: Bueno, bueno, más les vale a los dos que vayan bajando unos cambios. Sonia, no sé de donde el cambio de humor tan repentino al bromear con Santiago y su "duro despertar", pero el no tiene la culpa de eso. Y Santiago, ni se te ocurra volver a hacer un comentario así de tu prima.

San: ¿Y vos sos quién? ¿alguno de mis viejos?

Tom: No te pases de listillo amigo.

San: Che, ¿se despertaron teniéndomela jurada?, primero una que me quiere mandar a la mierda por un comentario tuyo, y ahora vos regañándome por un comentario hecho a modo de chiste. ¿Saben qué? iré primero al baño a tomar una ducha helada, necesito calmarme.

El chico fue hacia donde guardaba su ropa y buscó algo para usar por el resto del día. Al levantarse, el bulto entre sus pantalones se hizo visible ante sus compañeros de cuarto.

Tom: ¡Apa! Agarra más confianza cuando tengas tiempo.

Son: *más sonrojada* ¡Hey, cúbrete! y ni se te ocurra estar más de 15 minutos encerrado ahí dentro, pajero.

San: Estaré allí lo que se me cante, además por algo dije una ducha con agua fría.

Luego de la discusión en el cuarto de los primos, la mañana de aquel Sábado transcurrió de lo más normal y tranquila posible. Luego del desayuno el trío pudo hacer las pases y disfrutar aquella mañana al máximo. Fueron a una cancha de básquet local y practicaron algunos tiros por un buen rato hasta que llegara la hora del almuerzo. A eso de las 13:30 los chicos emprendieron el viaje de regreso a la casa, pero cuando entraron la atmósfera que se encontraron dentro de la vivienda no fue de lo más agradable que digamos: los padres de Santiago al parecer estaban recomponiéndose después de un rato de estar llorando, Zack estaba en su cuarto con un estado de ánimo peor todavía.

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