Donnie y April
—Mi-mía…
Su corazón comienza a latir rápidamente y sus manos tiemblan mientras detiene la transmisión y la salva en la pequeña memoria, pero su mente está tranquila, llena de la alegría que poseen aquellos que han encontrado la solución a sus problemas y por lo tanto, han hallado la paz. Y es que lo que #12 ha captado… es oro.
Quizá diamante.
Tal vez oro incrustado en diamantes.
O simplemente su salvación.
Así que deja escapar un pequeño gritito de felicidad y baila un par de segundos antes de ordenar el regreso de tan preciosa cucaracha y metraje.
Los minutos corren largos y desesperantes, la emoción hace aún más difícil y torpe la maniobra de quitar la pequeña mochilita, y recuperar el archivo se siente como la operación informática más tardada de su vida; pero al reproducir el video original en su laptop el alivio es tan inmenso que comienza a llorar con torpeza.
—La vida es hermosa —murmura entre suspiros, reproduciendo una y otra vez los últimos segundos del video—. Tan hermosa… bellísima.
Con un sonrojo mezcla de felicidad y vergüenza ante su exacerbado sentimentalismo, se limpia las gotitas saladas que escurren por sus alegres mejillas y toma su tphone pues, hoy es un buen día para el amor.
Thung, thuuung… April tarda en contestar.
Thung… no importa, el video es precioso.
Thu…
—¿Donnie?
¡Ah! precioso pero privado, así rápidamente baja el volumen casi por completo, de modo que sólo el alcanza a escuchar.
—¿Donnie qué pasa, estás allí?
—Oh sí, sí, este… —se aclara un poco la garganta y así elimina la torpeza de su voz nacida de la prisa y los nervios, tornándola varonil y sensual con ayuda extra de una ligera risita—, sí April, aquí estoy.
—¿Estás bien? suenas extraño…
—¿Sí? Emmm, lo siento… —Ríe, carraspea un poco—. Oye April, me preguntaba si… bueno… ¿qué estás haciendo?
Apenas termina la pregunta se palmea la frente, frustrado ante su propia timidez; pero se obliga a mirar el video.
—Veo televisión, no tengo otra cosa qué hacer.
—¿Televisión? ¿Qué hoy no… tienes noche de estudio con Casey?
"—¿En serio nunca habías venido a unos columpios?
—No, no tenía razón para hacerlo… creo que son tontos.
—¿Tontos? —Casey se levanta del columpio y se pone de pie sobre el asiento, meciéndose lentamente mientras mira a su interlocutor—. Tonto es que vengas a unos por primera vez y no lo intentes."
—Sí —responde la chica, y el bufido que le sigue da fe de lo harta que está—. Pero el idiota me canceló, otra vez.
Donnie suelta un segundo el tphone y se cubre la boca para acallar otro grito de felicidad, mira al techo y con el índice señala a Dios, haciéndole saber que es el mejor del mundo, y que lo ama.
—Vaya, pues, sí que es un idiota, mira que cancelarte… ¿y no te dijo por qué?
"—¿Para qué? Sólo te meces y ya —De un ágil salto, Raphael abandona su posición en cuclillas sobre el tubo central y se cuelga de el con las manos, después comienza a mecerse de adelante a atrás—. ¿Ves? ahora yo soy un columpio, y luzco igual de tonto que uno de ellos.
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RaseyWins
أدب الهواةCasey no puede negarlo más: ama a Raphael y está dispuesto a todo con tal de estar a su lado. Sin embargo, puede que su mayor desafío no sea Raph, sino un "qué dirán" muy peculiar y quizá hasta peligroso. Art by Nina Cat.