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Cuando acomodó un poco su cuerpo se percató de que su brazo izquierdo estaba adormecido y que la causa de ello era que el rubio lo estaba usando como almohada

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Cuando acomodó un poco su cuerpo se percató de que su brazo izquierdo estaba adormecido y que la causa de ello era que el rubio lo estaba usando como almohada.

A veces a Enji le toma unos segundos recordar que la soledad que años atrás inundaba su departamento ya no existe, así era desde que ese mocoso universitario ingresó (pese a sus advertencias) a su vida.

Era irónico porque después del desastre de su anterior matrimonio la idea de una nueva relación había sido eliminada, o así fue hasta que Hōku vino y le ayudó a arreglar varios aspectos de su casi desechada existencia.

Enji dudó un momento, más al final empezó a acariciar los cabellos del más joven quien estaba hecho un ovillo con las sábanas cubriéndolo casi por completo. Verle ahora tan tranquilo de alguna manera le era reconfortante también.

Hay algo en el chico que a Todoroki le agrada. Tal vez sea su vitalidad que contrarresta perfectamente con su actitud o -aborrece admitirlo- que gracias a él puede recordar esa cálida sensación casi olvidada: la de sentirse amado.

Observa cómo el menor pone su mano sobre la suya después de unos minutos de caricias y pese a estar aún somnoliento sonreírle con ternura.

—Buenos días.— saludó apretando más su agarre —¿Te alistarás para trabajar cariño?

Por un momento el mayor piensa decirle que no, porque en parte siente pereza de ir a hacer las mismas cosas en la aburrida empresa de su padre, de una u otra forma siempre termina haciendo el trabajo de los demás que parecían volverse más incompetentes cada día. Y más aún los fines de semana.

Sin embargo, ve que son casi las ocho y que Hōku a regañadientes intenta eliminar el sueño con uno que otro bostezo, después de todo tiene algunas clases de recuperación.

—Supongo.

Sin ninguna otra opción Enji decide levantarse liberando finalmente su brazo, observa por un momento la habitación hasta que siente a su acompañante apoyarse en su hombro.

—Gruñón.— susurra el rubio viéndole divertido.

Enji suspira aburrido, antes de inclinarse, sabe perfectamente lo que el otro desea, aún más cuando siente como sus dedos se enredan en sus cabellos y ambos caen de nuevo sobre la cama en medio de un beso.

Mentiría si dijera que despertar de ese modo no le era agradable.

✧RUTINE | ENDEHAWKS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora