¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si bien el clima era un asco allá afuera, dentro de su departamento las cosas estaban mejor que nunca.
Hōku escuchaba el sonido de la regadera encendida en el piso de arriba y con una diminuta sonrisa en el rostro continuó preparando la cena.
Bueno, más que preparar era servir lo que habían ordenado, la comida tailandesa de aquel restaurante ubicado a unos calles de su hogar eran un gustillo culposo que ambos compartían.
Cuando escuchó los pasos de su pareja dirigiéndose a la sala ya tenía todo listo por lo que, con ambos platos en las manos se dispuso a arreglar parte de la mesa, Enji estaba sentado en el sofá y el televisor había sido encendido, de todos modos le tocaba al mayor elegir que película ver.
—¿Quieres una cerveza?— preguntó el menor tras pasarle su plato y verle comer, se dirigió nuevamente a la otra habitación tras ver qué asentía ante la propuesta.
Sacando del refrigerador dos latas regresó a la sala y prácticamente se desplomó sobre el sofá.
—Gruñón...— habló alargando la 'o' lo más que pudo —Déjame usarte de almohada...
—No.— respondió secamente mientras veía la televisión —Dije que no... Por lo menos déjame comer...
El menor rió, eso último indicaba que había accedido así que se recostó sobre el pelirrojo y también procedió a comer.
—¿No es esa la película que vimos la semana pasada?— cuestionó admirando una de las escenas principales.
—Es la que tú viste la semana pasada.— recalcó el mayor.
Hōku volvió a reír recordando cuando invitó a Mirko y se la pasaron en una maratón de películas por casi dos días seguidos.
—Quiero elegir la siguiente ni bien esta acabe.— aclaró con un pequeño puchero por tener que verla de nuevo mientras le daba un sorbo a su bebida.
