Capítulo 2.
Thorin disfrutaba de la tranquilidad que gozaba después de días de camino. Pese a los cantos de aquellos hombres y el jaleo de sus compañeros, él se sentía infinitamente más tranquilo en ese momento que podía gozar de un momento de privacidad. Sus sobrinos le habían abandonado para practicar con las armas fuera, con la excusa de perfeccionar armas todavía un tanto desconocidas para ellos, como Fili con el arco y Kili con los cuchillos hoja corta.
Aunque le hubiera gustado supervisar aquel entrenamiento, no podía abandonar la taberna. La dichosa criatura diminuta se había extraviado escaleras arribas tras una misteriosa conversación con Keone, el tabernero. Y no podía permitir que se escapara, así se lo había exhortado Gandalf una vez le había comentado que aquella joven estaba verdaderamente loca. Thorin se sentía frustrado con aquello, él no era quién para tener que cuidar de una desamparada joven, por muy extraña y especial que Gandalf la encontrara. Él, aparte de ese inusual cabello, veía a la joven bastante ordinaria, sin demasiadas aptitudes además para la lucha. Definitivamente, sería una carga para la compañía, pensó Thorin.
Sus pensamientos divagaron cuando una figura de su misma altura vestida de negro se sentó a su lado, a varios asientos de distancia. Keone le sonrió desde el otro lado de la barra y fue inmediatamente a atenderla, con una jarra ya en su mano.
—¿Vino de uva morada? —preguntó.
—Veo que mi hermana también se dedica a beber entre sus viajes —Thorin observó tras la voz ronca e intimidante, un tono amable—. Por supuesto, querido Keone. Muchas gracias.
El tabernero se apoyó en la barra, al lado de la figura. Thorin pensó en un principio que su rostro y sus manos ibas igualmente tapados, pero descubrió que no era así. La piel del hombre era negra como el ébano, mostrando blancas cicatrices tirantes en sus manos. Con desconfianza, Thorin se dispuso a escuchar la conversación entre el tabernero y el extraño humano, pues Thorin nunca había visto a alguien con la piel de tal color.
—Hacía mucho que no venías por estos páramos, Neus. ¿Tanto cuesta encontrar a esos desgraciados?
El llamado Neus rio, bebiendo un largo trago de vino que casi vació la jarra.
—El que he traído es, bueno, era —rio suavemente— un alto cargo dentro de la política de Gondor. Cazarlo ha sido complicado incluso para mí, llevaba una gran seguridad. He de suponer que se ha corrido la voz de las desapariciones de todos sus compañeros cazadores.
—Me extraña que gente como ellos pertenezcan a tales clases sociales. No son más que asesinos —espetó en voz baja el tabernero, mirando a todos lados para que nadie le escuchara.
Thorin, con la vista perdida dentro de su jarra, sentía como todo su cuerpo respondía a una extraña sensación. A su lado, Neus vació la jarra y se la tendió de nuevo a Keone.
—En realidad, no es de extrañar. Todos ellos se hicieron con riquezas inmensas tras el saqueo, además del hecho de que las privaron de su mayor bien para venderlo al mejor postor. Cuando se separaron, tomaron diferentes caminos y quedaron en no hablar de ellos a nadie. Con riquezas es fácil optar a altas posiciones políticas. Lo cual a nosotros nos beneficia de todos modos. Mientras más rico, más conocido.
Keone le brindó un apretón de hombro mientras le servía otra jarra de vino. Thorin se percató de que evitaban pronunciar ciertas cosas, como si el hecho de hacerlo fuera prohibido.
—Sin embargo, el anterior fue problemático de encontrar.
—El corsario de Umbar fue listo en no desperdiciar las riquezas en tonterías, pero no del todo.
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Ámbar (El Hobbit)
FanfictionAnârtari, solían llamarla los elfos. Fuego maldito, era su nombre para los hombres. Sin embargo, para los enanos no tenía nombre, ni existencia en la Tierra Media; ella es un suspiro en el viento para ellos, hasta entonces. Gandalf está harto de que...