Estaba esperando a el doctor, en un tiempo debía irme y ya con un poco de esfuerzo había logrado ponerme la ropa que prepare en un bolsito chico.
Tu estabas en la cuna, te coloque en un conjunto blanco ya que al verde lo habías vomitado, primera vez que pasaba.
Me dirigí al baño y lave con jabón neutro tu conjunto, lo coloque en una bolsita y decidí que al llegar a casa lo colgaría para secarlo.
Sali de allí y lo guarde en el bolsito para después cerrarlo.
Me senté a esperar, te coloque en mis brazos, tus ojos cerrados y tu respiración tranquila me transmitían mucha paz.
Últimamente estaba muy sensible, lo note cuando solté una lágrima al sonreír viéndote.
Tocaron la puerta, permití que entrasen, el doctor estaba allí con una cantidad de hojas, seguro para firmar.
—Muy bien...—leyó un poco—Helena, al parecer todo está bien contigo y tu bebé —. Te miro y sonrió con algo de ternura
—¿Ya me darán de alta?—. Pregunté
—Así es— El asintió— Pero primero debes firmar unos papeles—.
—Esta bien—. Te coloque de nuevo en la camilla, coloque el bolso de cruzado en mi cuerpo y te tome a tí.
—¿Alguien vendrá por ti Helena?—.

ESTÁS LEYENDO
Isaías
Short Story¿Que pensarías si te digo que a esta historia no la narra el protagonista?