Isaías

Primer mes/ Parte dos

Estaba empezando a ponerme nerviosa o sofocarme, creí que me daría un ataque.  Pero luego pensé en ti, en tu rostro, tus ojos que todavía no tenían un color exacto pero aparentaban ser marrones, pero no un marrón común, tenían algo que los hacia muy hermosos. Quizás lo diga porque soy tu madre, pero para mi siempre fuiste precioso
Me calme, luego de imaginarte, esperandome.
Tenía que ver como salir sin que el me vea o no salir. Estaba acompañado, quizás si me toque atenderlo no me reconocería, hacia ya más de un año que no lo veía.
Aunque yo no había cambiado mucho, solo subido de peso un poco  como era de esperarse. Pero el, estaba algo cambiado, tenía un nuevo corte de pelo y además su mirada se veía menos altiva.. No quería hacer especulaciones, lo había visto por menos de cinco minutos y ya había deducido ese tipo de cosas.
Trate de buscar a mi supervisor para hablar con el, si tenía que hacerlo le pediría que me descontará una hora pero debía irme de inmediato.
Rob, como se llamaba el, estaba haciendo cuentas en su oficina con la puerta abierta. Golpee con sumo cuidado, el me miro y sonrió, era un señor serio pero conmigo se comportaba.. Bien
No sólo conmigo, con la mayoría de empleados, tenía una fachada de hombre duro, pero era comprensivo cuando era adecuado.
Esperaba que en ese momento lo fuera.
Entre y me pare a un costado de su escritorio
—Helena, ¿ Que te trae por aquí?, deberías estar atendiendo mesas,perderas propinas —. Dijo un poco confundido
Aclare mi garganta— Señor, perdone le este avisando ahora, se que hay que avisar con antelación pero me surgio algo con Isaías— El te conocía, tuve que llevarte una vez y trabajar contigo ahí— debo irme en este momento, si quiere puede descontarme la hora, y con las propinas no lo se, tengo las mías aquí—.
—Esta bien— Dijo en voz tranquilizadora— puedes irte, pero el próximo día que entres tendrás que quedarte una hora más, no puedo hacer preferencia por más que sea una emergencia y una hora antes—. Alzo sus hombros
Asenti y di gracias, camine hacia la puerta de servicio, busque mi bolso y salí para caminar hacia casa, estábamos a un par de cuadras... Pero tenía que pasar por las ventanas que daban a la calle para pasar y tu padre estaba sentado justo al lado de la puerta.