Nervios/Parte dos

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Estaba agitada, con mucho calor y para agregarle más cosas al día además de haber visto a tu padre, no había nadie en casa... Mi corazón empezó a acelerarse más de lo que ya estaba, lo sentía palpitar casi en mi garganta.
Pensé las peores cosas, tenía mucho miedo.
¿Y si el me vio? ¿Y si me siguió? ¿Y si logró dar contigo antes de haberlo visto yo en mi lugar de trabajo y vino antes por ti? Tenía ganas de llorar como una bebé, hacia mucho tiempo que no me sentía débil y desprotegida. La última vez fue un momento parecido pero estaba con el.
Me senté en el piso a llorar, se que cualquier otro hubiera comenzado a gritar y pedir ayuda porque no encontraba a su hijo, pero en este momento me sentía bloqueada. Aunque había algo que me decía que estabas bien quería llorar igual, quería gritar y llorar, quería tenerte en mis brazos.
Eras mi calma, y no te tenía en ese momento para poder serenar mi corazón y cabeza.
Llore, solté todo el dolor que venía acumulando y no quería transmitirte, trate de no gritar para no llamar tanto la atención pero no se si eso funcionó.
No se cuanto paso cuando sentí unos pasos acercarse a mi, una voz y unos llantos de bebé.
—Calma, ya estamos llegando y falta poco para las tres —. Era la chica que te cuidaba, Isabella
Me levante rápido, ella me miro asustada, te llevaba en una mochila porta bebé que había comprado hace poco, al parecer solo habían ido a comprar ya que ella también cargaba unas cuatro bolsas.
Tu llorabas.
—¿Señora, que le pasó?—.
Te cargue en mis brazos para calmarte y calmarme yo también.
—¿Otra vez media hora antes?—. Le respondí con otra pregunta
Ella se puso a abrir la puerta y cuando lo hizo entró y mientras acomodaba las cosas que compro hablaba.
—Si, pero usted me dijo que lo dejase llorar, la gente me miro como si lo estuviera haciendo sufrir, pero ya me voy acostumbrando a las miradas entrometidas—. Soltó una pequeña risa
Ay Isaías.
Te mire con cara de regaño y tu seguías con tu berrinche.
Si, berrinche.
Ya estaba más calmada y comencé a reírme un poco.
Te preguntaras ¿Porque se ríe si estaba llorando? La respuesta es que siempre hacías lo mismo
El doctor me dijo que debía darte leche cada tres horas, alimentarte de esa forma, pero tu eras impaciente y media hora antes llorabas por comer .
Siempre media hora,ni un minuto más, no uno menos.
Parecía que llevabas un reloj en tu pequeña cabeza el cual siempre te hacia levantar a llorar por comida cuando aún no era la hora.
Isabella y yo al principio nos asustamos y preocupamos, hable con el pediatra y el me dijo que te dejara llorar porque si o si tenía que alimentarte cada tres horas.
Cambiando de tema y hablando un poco de el, era un hombre que parecía muy amable y también me preguntaba mucho de mi vida diaria y personal cosa que me pareció extraña. Pero eso es otro tema.
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Sigo sintiendo que al capítulo le falta algo, pero tenía que actualizar ya.

IsaíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora