13 || yoongi

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Eran las doce de la mañana y me encontraba en el Genius Lab, mi estudio de producción, como era costumbre pues era allí donde pasaba la mayor parte de mi tiempo trabajando ya fuera haciendo o perfeccionando la música que componía. Sin embargo, ese día mis dedos tocaban con pesadez las teclas de mi piano y nada, absolutamente nada, conseguía sonar bien para mis oídos.

Me sentía como si estuviera atrapado en esa habitación en la cual siempre me encantaba estar hasta el punto de frecuentarla más que mi propio dormitorio en casa, llegando incluso a comer y dormir allí en muchas ocasiones. Pero en esos momentos estaba agobiado y frustrado, con unas ganas terribles de irme de allí porque mi cabeza parecía estar gravemente afectada por algo que me impedía trabajar y eso, la causa, era Yeri.

Siempre había escrito las canciones que quería cuando y como quería ya que esa era mi pasión en la vida, con la excepción de algunos días que, como es común en todo el mundo, solo te apetece dormir y perderte a ojos de todos para descansar, y básicamente ese había sido yo estos diez días desde la última vez que la vi, el mismo día que por fin me atreví a besarla y pasamos la noche juntos, con su presencia repetidamente en mi mente sin descanso aún sin poder creerme que me estuviera haciendo esto por segunda vez.

Si bien era cierto que la primera vez que Yeri me pidió un tiempo fue por el bien de ambos ya que rompimos por una causa irrelevante a nuestros sentimientos y hablarnos solo nos haría más daño, lo pasé terriblemente mal y no surgió ningún efecto porque aún continuaba, y continúo ocho años después, enamorado de ella. Y ahora que ya la había recuperado después de tanto tiempo esperando, estábamos en la misma situación y no tenía ni idea de si debía de nuevo esperar casi otra década o si quizás ya era el momento de olvidarla de una vez por todas.

Sin embargo, no pude profundizar mucho más en mis pensamientos cuando el estruendoso sonido de un timbre resonó por toda la habitación y yo, sobresaltado y con el corazón en un puño, no pude hacer más que voltearme corriendo con la absurda esperanza de que tal vez quien se encontrara tras aquella puerta de cristal opaco fuera Yeri con las ideas más claras que nunca.

Así que me levanté de un golpe y fui hacia allí, mas cuando giré el pomo no fue a Yeri a quien me encontré sino a uno de mis compañeros en Bangtan; J-Hope, por lo que me limité a mirarlo de arriba abajo decepcionado antes de darle la espalda dejándolo pasar.

—¿Desde cuándo llevas aquí? —preguntó Hoseok, cerrando detrás de él la puerta mientras seguía mis pasos hasta el escritorio.

—No sé —dije, de vuelta a la silla y volviéndome hacia el monitor de mi computadora—. Tal vez una hora.

—¿Has comido algo? —Negué, con mis ojos yendo de un lado a otro de la pantalla pese a que no estaba haciendo nada en particular—. Nosotros acabamos de ir y te hubiéramos traído algo pero pensábamos que estabas con Yeri. Aunque parece que últimamente no la ves mucho, ¿no?

No era una persona a la que no le gustara bajo ningún concepto compartir sus pensamientos o sus problemas con sus amigos pese a que era un tanto reservado en esos temas. Pero, a pesar de que les había hablado a mis compañeros de Yeri, aunque tampoco hizo falta tomar la iniciativa porque en cuanto se filtró una foto nuestra en internet me acribillaron a preguntas, aún no le había contado a nadie lo que ocurrió en su casa más que nada porque ni yo mismo lo conseguía asimilar aún.

—Hemos discutido —murmuré, aún sin mirar al chico al que podía ver que estaba junto a mí por el rabillo del ojo—. No creo que la vaya a ver por un tiempo.

Tiempo. Esa era la palabra que más me atormentaba últimamente.

—¿Quieres hablar de ello, hyung? —dijo Hoseok, y como no contesté tras una pausa continuó después de un suspiro y cruzándose de brazos—: Ella no era solo una amiga, ¿verdad?

Moví negativamente mi cabeza, girando la silla para estar frente a él.

—Ya os dije que fue mi novia en Daegu cuando tenía diecisiete años —contesté, y él asintió dando a entender que me escuchaba—, y que rompimos porque tenía que mudarme a Seúl para entrar a Big Hit, sin saber nada de ella durante todos estos años hasta que me llamó hace casi seis meses.

—Sí —repitió.

Despegué los labios, pensativo, sin saber por donde continuar ya que cada uno de los momentos desde que vi por primera vez a Yeri habían sido importantes para mí, volviendo a casa siempre con una sonrisa en los labios. Sin embargo, decidí guardarme esto solo para mí e ir a lo más reciente, saltándome los primeros meses donde quedaba con Yeri con la excusa de hacerle compañía pues estaba sola en la ciudad, aunque realmente lo único que quería es recuperar el contacto con ella aunque fuera solo como amigos.

—Bien, pues, acabé enamorándome de ella de nuevo —solté, sorprendiéndome a mí mismo por ser tan claro con mis palabras y consiguiendo que los ojos de Hoseok se abrieran como platos—. No sé en qué momento pasó, pero simplemente un día la vi y sentía exactamente lo mismo que cuando aún éramos pareja.

—¿Y qué ha pasado? —preguntó, cuando yo agaché la mirada avergonzado mientras me rascaba la nuca—. ¿Por qué os habéis peleado?

—No, no nos hemos peleado —aclaré, frunciendo el ceño y dejando caer mis brazos en mi regazo—. Lo que ocurrió fue que me declaré y le confesé mis sentimientos y ella, aunque sentía lo mismo, me dijo que tenía que pensarlo.

—A ver, si os gustáis mutuamente, ¿qué hay que pensar?

—La fama, supongo —respondí, suspirando—. No quiere tener una relación conmigo porque ahora soy un idol y estaría expuesta a los medios de comunicación.

Hoseok bufó, llamando mi atención, y lo miré. Parecía centrado en hallar una solución para intentar ayudarme en la situación, pero no había ninguna otra que esperar por Yeri ya que me negaba a presionarla por mucho que quisiera estar con ella, y Hobi también pareció darse cuenta de ello cuando posó una mano sobre mi hombro y me sonrió tristemente para reconfortarme.

—Buena suerte, hyung.

Asentí, otra vez girándome hacia mi ordenador para intentar trabajar sin éxito mientras escuchaba la puerta abrirse a mis espaldas dando por terminada la visita de Hoseok que, aunque no hubiera encontrado una respuesta sobre qué hacer ahora, me había ayudado a quitarme un pequeño peso de encima al hablar de ello.

Tal vez era hora de dejar de esperar por otros ocho años a mi primer amor.







first love❞ || min yoongi [SUGA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora