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Sintió el frío viento chocar contra su espalda, el cabello cubrió su cara por completo, escondiendo aquel rostro que cosquilleaba ante la desaparición de su antifaz y entre lágrimas, cerró los ojos esperando el impacto que nunca llegó.

Las garras se aferraron a ella, obligándola esconder su cabeza en el cuello de aquel héroe que había ido en su rescate y que desesperado la aferraba a él.

Chat Noir podía ser atrevido, demasiado bromista e incluso irritante. Pero también estaba dotado de una inigualable agilidad y justo en esos momentos, era lo que Marinette más agradecía.

Aterrizaron con fuerza sobre el frío pavimento, las piernas del felino se flexionaron y por poco cae, viéndose obligado a retroceder hasta chocar con la pared más cercana en aquel oscuro callejón y arrastrarse hasta el suelo aún con la chica en brazos. — No te preocupes mi lady. — Murmuró intentando tranquilizar los sollozos de la muchacha, incluso cuando su propio cuerpo temblaba ante los vestigios del pánico. — Mis ojos están cerrados, lo prometo.

Marinette tardó unos segundos en volver a respirar, con sus azules abiertos a más no poder y las lágrimas presentes en sus mejillas. Más, cuando por fin logró articular una mísera palabra, descubrió que no había ninguna otra más adecuada que un mudo "Gracias" en forma del más suave beso en la mejilla de su contrario. — Calculé mal mi tiempo. — Dijo con la voz quebrada. — Lo siento.

— No te disculpes Ladybug. — Ronroneó el chico. — Estoy aliviado de haber saltado a tiempo.

Los pies de Queen Bee aterrizaron unos segundos después, había vuelto a transformarse para descender con mayor facilidad, quedando paralizada al percatarse de la realidad, la muchacha que descansaba en los brazos de su compañero no era otra sino la que había robado su corazón desde hacía tantos años.

Inmediatamente retrocedió, cubriéndose los labios incrédula de lo cruel que podía ser el destino con ella.

La azabache le dió un vistazo rápido, volviendo a esconderse entre los brazos de su salvador.

Estaba increíblemente avergonzada, había besado a la última persona que imaginó y por más incorrecto y alocada que fuera tal acción, no se arrepentía.

Marinette simplemente no tenía idea que hacer con todos los sentimientos que hacían estragos en su interior. — Puedes irte si quieres. — La voz del chico la sacó de sus alocados pensamientos. — Mantendré mis ojos cerrados hasta entonces.

Ella asintió conmovida por su compañero. Sin duda, no pudo desear a alguien mejor.

Volvió a besar su mejilla y la sonrisa en el rostro del chico no se hizo esperar. — Gracias. — Susurró a su oído antes de levantarse y salir del callejón. Sin despegar en ningún momento los ojos de la rubia que recelosa, la escudriñaba al mismo tiempo.

— Se ha ido. — Dijo Bee al aire. — Ya, abre los ojos.

Chat Noir despegó sus párpados, levantándose de un salto. — Dios, eso sí que me asustó. — Comentó llevándose una mano al corazón para luego suspirar aliviado.

— ¿Por qué no la viste? — Preguntó la abeja bastante confundida. — Era la oportunidad perfecta para saber quién era y lo desperdiciaste.

— ¿La oportunidad perfecta? ¡¿Estás de broma Queen Bee?! — Su mandíbula estaba tensa, sus ojos llenos de furia y de a poco, comenzaba a creer que le había entregado el Miraculous a la persona equivocada. — Ella casi muere.

— Y- yo lo sé pero...

— ¡No! — Volvió a gritar. — No lo sabes, no tienes idea de lo que casi provocas.

— ¡Lo siento! — Contraatacó con su voz imitando el tono del chico. — Créeme cuando te digo que yo no quería que nada de esto ocurriera, lo lamento... realmente lo lamento. — Apretó los dientes insatisfecha ante la falta de respuestas. — Aún así no entiendo.

— Cuando Ladybug esté lista, ella misma me dirá cuál es su verdadera identidad, confía en mi y por nada del mundo destrozaría algo que me ha costado tanto conseguir.

Y fue entonces cuando Bee comprendió que ella no estaba ni la mitad de cerca que aquel chico en traje de cuero y que quizás aquella lucha ya la había perdido hace tiempo.

Intentó huir de la reprimenda de Chat Noir, ha decir verdad ya estaba harta. Pero las garras aferrándose a su brazo se lo impedían.

— Oh no, no te vas a ir aún. — Declaró interponiéndose frente a ella.

— Sal de mi camino, Chat. — El felino negó y a ella no le quedó otra que saltar entre los edificios junto a sus ojos llorosos, sin terminar de creer como el destino podía ser tan cruel con ella.

— Soy un pésimo amigo. — Se dijo a si mismo en la soledad del callejón. Quizás ambos se estaban dejando llevar demasiado por sus sentimientos.

§

Los días pasaron y Marinette comenzó a ausentarse a clases. Chloé observaba su lugar vacío durante los descansos, durante las lecciones e incluso a la hora de salida. Adrien no fue ajeno a ello y curioso se acercó a su mejor amiga.

— ¡Hey! — movió su mano frente al rostro de la rubia que parecía estar pendiente de su teléfono.

— Adrien... — Habló apenada y algo intimidada.

Sabía cuales eran los sentimientos de Marinette hacia el rubio y lo último que quería era perder sus oportunidades, aquellas que cada vez parecían más lejanas.

— ¿Estás bien? — Adrien depositó una mano en su hombro, dando el apoyo que Chat Noir era incapaz de entregarle a Queen Bee.

Chloé había evaluado la situación, no era tan tonta después de todo.

Estaba en desventaja, sabía cuán odiada era por la Dupain y sin embargo sentía que correr aquel riesgo era necesario. — ¿Recuerdas tu oferta de hace días? — El chico elevó una ceja confuso. — Quiero que Marinette se enamore de mi. — Dijo apretando sus puños. — ¿Puedes hacerlo? ¿Por mi?

Adrien estaba atónito, ¿tanto se había decepcionado Chloé de la verdadera identidad de la heroína como para dejar aquel amor de lado? No lo sabía con exactitud, pero la incógnita lo mataba.

A pesar de que sabía que habían piezas que no encajaban, decidió ayudar a su amiga. Puesto que si Marinette llegaba a caer ante Chloé, significaba que el camino hacia Ladybug quedaría libre.

— Confía en mi. — Musitó trazando un plan en su cabeza. — Ella va a darse cuenta de cuán especial eres, Chloé. — Sentenció sonriente, por fin estaba ayudando de la manera correcta a su mejor amiga.

Y al mismo tiempo, sin darse cuenta, agotaba sus posibilidades.

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¡Gracias por leer! ❤️ los amo mucho ;;

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