Arco uno: Pandora.
La cabellera castaña de movía con agilidad entre los edificios medio destruídos, con flexibilidad envidiable se escurría entre los espacios mas estrechos y lograba pasar al otro lado.
Pandora llegó al extremo norte del distrito, sus ojos lo veían todo y al mismo tiempo nada en particular, justo en ese momento no pensaba en nada, prefería mantener su mente tranquila y dejar de hacer desastres. Su mirada de paseó por los edificios en ruinas, los autos destartalados y el polvo cubriéndolo todo, parecía una ciudad fantasma, pero la castaña aún podía recordar los días gloriosos de aquel lugar, aún en su mente perturbada guardaba las imágenes del paisaje de una ciudad esplendorosa.
Todo fue culpa de ese hombre, si él jamás hubiese pisado este distrito, entonces Pandora no hubiera perdido el control y está ciudad seguiría en la cima de todas las otras.
Se agachó para abrazarse a sus rodillas y calmar el gruñido de su estómago, quizá, sólo quizá debió comerse el pastel de vainilla.
Unas palmadas en su cabello le hicieron elevar la vista. Zero la miraba con una sonrisa pintada en los labios.
-Escapaste de nuevo- suspiró y puso sus manos en su cintura.
Zero había tenido que atravesar todo el distrito corriendo en cuanto encontró al gato blanco merodeando. La castaña se puso de pie mientras su vista se enfocaba en el gato blanco junto a el cenizo.
-Chismoso- murmuró.
-No es su culpa que escaparas, debes de dejar de poner en este tipo de situaciones a tu padre-
-No quiero irme- sus ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente.
Zero la atrajo hacia sí mientras la abrazaba, era como una hermana menor, y definitivamente odiaba verla triste. Pandora no era el tipo de niña que de ponía realmente triste por las cosas que pasaban a su alrededor, siempre estaba encerrada en ese pequeño mundo suyo dentro de su cabeza que las cosas reales pasaban a segundo plano.
-No llores, no te irás- trataba de calmarla, pero no lo estaba logrando.
El piso comenzó a moverse, era ligero y casi imperceptible.
-No quiero irme, no quiero irme, no quiero irme... - lo repetía como si eso fuese a salvarla.
El movimiento comenzó a intensificarse, primero las ventanas que algunos edificios aún conservaban comenzaron a reventar, luego el edificio donde Zero y Pandora de encontraban comenzó a desplomarse.
Zero se apresuró a la salida mientras arrastraba a Pandora, salieron justo a tiempo. La nube de polvo se elevó cubriendo bastante terreno, Zero se esforzó por no respirar demasiado; de su mochila sacó una botella de agua, estaba por la mitad pero aunque fuese poca serviría. Mojó su camisa y la pañoleta que llevaba la castaña atada al cuello, cubrió primero a Pandora creando una máscara para poder sobrevivir a aquella nube de escombros, luego se cubrió a sí mismo con su camisa.
-Cierra los ojos o podrías quedar ciega- le ordenó a la castaña mientras tomaba su mano y comenzaba a alejarse del lugar.
Zero no siempre fue así, es decir, no siempre fue bueno afrontando situaciones de peligro, cuando era sólo un niño lo único que podía hacer frente a algún riesgo era llorar, quedarse paralizado y vomitar, oh que opaca época.
El chiquillo de cabello cenizo se sumergía en su propia melancolía, pero actualmente no era de esa manera, había superado esa "etapa" para convertirse en lo que era hoy en día, un joven centrado y capaz.
Ambos salieron de la nube grisácea y se alejaron unos cuantos metros mas allá para poder respirar aire fresco.
-Me duele- mencionó la castaña mientras veía con atención su mano.
Una marca violácea se expandía por la muñeca de Pandora, era como si su sangre se estuviese cuagulando poco a poco, era un efecto dominó.
Zero cubrió la mano de Pandora con las suyas un tanto asustado, la sostuvo demasiado tiempo.
-Perdón, fué mi culpa-
Pandora ladeó la cabeza como si no entendiera en lo absoluto lo que estaba pasando.
-Pandora mírame- le ordenó al ver la mirada perdida de la chica- ¿Cómo te sientes? -
Pandora enfocó su vista en Zero, pero pronto se perdió de nuevo, como si pudiese ver a través del chico frente a ella.
-Siento como si fuese a morir, mi padre se pondrá triste, el tendrá esa mirada de nuevo-
-Pandora concéntrate, debemos volver a ca... - su frase quedó incompleta.
Zero cayó al piso, se sentía paralizado. Pandora se arrodilló junto a él tratando de buscar lo que le estaba provocando ese estado.
-Pandora corre-
La chica negó con la cabeza rápidamente.
-Pandora Iwā quedas bajo la custodia del distrito cinco- una voz demandante se elevó por sobre el sonido de las aves.
Pandora cruzó las piernas para sentarse de manera cómoda en el piso.
Zero seguía inmóvil, inútil.
-Pandora es enserio, vete- murmuró hacia la chica en un intento de captar su atención.
-Quiero otro gato, uno que sea de color púrpura-
El cenizo se resignó en cuanto escuchó esas palabras, Pandora se había perdido dentro de su mente.
El sonido de varios pared de zapatos chocando de manera uniforme y simétrica contra el pavimento hizo que Zero se forzara para mirar hacia atrás. Todo un pequeño ejército se acercaba hacia ellos. Maldijo en voz baja.
- ¿Qué pasa mensajero? ¿Acaso necesitas ayuda? -
La voz infantil hizo que Zero rodara los ojos fastidiado.
-No hay nada que temer, hemos llegado- otra voz interrumpió.
Oiru hizo una pose "heróica" tipo el ave fenix. Gamu delante de su compañero hizo una pose manos y piernas al estilo Sailor Moon.
-Te castigaremos en nombre de la oscuridad del distrito siete- la de cabello rosa dijo solemne.
- No necesito su ayuda saben- Zero los interrumpió con una mueca.
Gamu rodó los ojos esta vez.
-Te dije que le daríamos una paliza a alguien, no es por tí amigo mío- Oiru sonrió mientras se adelantaba.
Gamu siguió a su compañero de cerca, ambos iban en contra del pequeño ejército.
- ¿Por qué... - Zero cerró la boca al ver la expresión de Oiru.
-Pronto podrás moverte, más te vale que corras- Oiru frunció el ceño.
Zero asintió mientras volvía la vista hacia Pandora, esta estaba recostada en el piso fingiendo hacer un ángel de nieve.
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Zero ゼロ [BNHA] CANCELADA
Fanfiction❝En un mundo oscuro, los rayos de esperanza son peligrosos.❞ AU. Futuro distópico donde no existen personas sin poderes. No tiene padres, no tiene un hogar, no tiene recuerdos, pero tiene algo que la humanidad parece haber perdido, tiene esperanza...