CAPÍTULO 13

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Un ligero ronroneó abandonó los acolchados labios de aquel delgado hombre, quien batió las pestañas con pereza mientras se tiraba sobre su estómago en aquella amplia cama de sábanas revueltas.

Sonriendo amablemente, entrecerró los ojos ante el resplandor del pequeño teléfono móvil entre sus dedos. Abriendo su bandeja de entrada, leyó el mensaje que había llegado hacía apenas un par de segundos.

ChanYeol— 9:36 AM

¿Cenamos esta noche?

Escribiendo una afirmativa, se vio a sí mismo girando sobre su espalda, quedando de frente al techo mientras se permitía cerrar los ojos y mordisquear sus delgados labios. Por alguna razón, podía sentir una ligera sensación enfriando sus entrañas, misma que se intensificaba conforme los segundos pasaban. Por más extraño que pareciese, podía sentir la ansiedad y la anticipación, las expectativas de aquella cita que apenas le había sido pedida. ¿Podía tratarse acaso de una reunión formal como aquellas a las que el mayor estaba acostumbrado, o se trataba de algo más sencillo que fuese acorde con él?

Levantándose de la cómoda cama, pasó por alto el constante e irritante ronquido proveniente del joven de cabellera blanca a su lado, sólo para dirigirse al sencillo baño de azulejos blancos. Ese día debía cumplir con una jornada doble en la academia de danza, por lo cual debía apresurarse para llegar antes de que su molesta mejor amiga comenzara con las incesantes llamadas y los cargados mensajes de voz.

Ronroneando profundamente, permitió que el chorro de agua empapase sus lacios cabellos del color del algodón de azúcar mientras las yemas de sus dedos se encargaban de regar la espuma proveniente de la barra de jabón con aroma a miel. Su mente rememoraba el momento hacía un par de noches, justo cuando pudo haber confundido al mayor con alguien como él, libre y desordenado.

No podía evitar pensar en la declaración que había hecho el mayor cuando su mente estaba perdida en los efectos de aquel cigarrillo de hierba. Podría unir su vida permanentemente a él. ¿Qué tan cierto era? ¿Y qué tan importante era aquello para él?

Esa noche había yacido entre los brazos del pelinegro luego de que hubiesen hecho el amor lenta y suavemente. Sintiendo sobre su piel las dedicadas caricias y los apasionados besos, así como también había escuchado los tiernos murmullos que prometían tanto.

Saliendo del cuarto de baño, llevando nada más que una toalla alrededor de sus estrechas caderas, su mirada encontró los traviesos y risueños ojos marrones de su hermano pequeño, quien yacía sobre la deshecha cama mientras sostenía entre sus dedos su móvil.

—¿Qué haces?— gruñó lanzándose contra el rubio, viendo cómo éste se retiraba mientras una ligera risa abandonaba sus labios— Sehun..

—Así que en verdad pasó.— canturreó mientras seguía alzando el móvil sobre su cabeza y moviéndose alrededor de la habitación, evitando que el otro alcanzase el aparato.

— Sehun...— gruñó— Devuélvemelo, ahora.

—Bien.— sonrió tendiéndole el aparato, sintiendo cómo el otro le arrebataba el pequeño objeto.

—¿Leíste mis mensajes?— gruñó incrédulo mientras revisaba la pantalla— ¿Cuántas veces lo he repetido ya?— le riñó— ¿Qué te da el derecho?— exigió saber.

—Tranquilo, hermano.— río tirándose sobre la cama.

—No es broma, Sehun.— murmuró— Sabes que no me gusta que te entrometas en mis cosas.

—Bien...— murmuró un tanto más serio— Solamente fue una pequeña travesura.— sonrió tensamente antes de suspirar.

—Harías bien si me dejaras un momento...— murmuró dándole la espalda.

ATYPICAL PRINCESS  [CHANBAEK~BAEKYEOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora