Muchísimas gracias a todos por leer y comentar. Me hace muchísima ilusión. Empecé esta historia como una forma para consolarme por lo triste y oscuro que lo veía todo en lo que se refiere a Luis y Aitana y aunque nunca fue mi intención que fuese oscura, supongo que fue tomando su propio cuerpo. Pero si os sirve de algo, yo, como lectora, odio los fanfic con final triste, que para eso ya está la vida real. Veremos como avanza la cosa. Ah, y paciencia con Aitana, aunque a veces no lo parezca es del bando de los buenos. Una vez más muchísimas gracias por vuestros ánimos!
BARCELONA, FEBRERO 2018
Hasta que conoció a Vicente, Aitana no había necesitado jamás ganarse la aprobación de nadie. El amor de toda su familia, y de sus padres en particular, fue incondicional desde el mismo momento en que nació. Y había tenido una suerte similar con sus amigos.
No hay que saber mucho de psicología para darse cuenta de que lo que le llamó la atención de él en un primer momento, fue precisamente eso. Vicente era un reto y a Aitana, como a todas las personas de carácter, le atraían enormemente los desafíos.
Por eso, satisfecha de si misma por haberle conquistado, no apreció todas las minúsculas estratagemas, fuese él consciente o no, que Vicente ponía en práctica para seguir siendo un desafío para Aitana y que ella no perdiese interés. Y la mayoría de ellas pasaban por socavar la confianza de su novia en si misma.
Visto desde fuera eran jóvenes, y atractivos y tenían intereses comunes, así que era difícil percibirlo.
Ahí nació la necesidad patológica de Aitana de agradar a los demás.
Y a ello apeló Vicente cuando, una tarde de febrero, en medio de una cena, Aitana intentó dejarle.
En realidad, ya lo había intentado un par de veces antes, pero él no se había dado por enterado y ella había preferido dejarlo estar. Creía que eso le debía al menos.
- ¿Tienes idea de lo que todo el mundo va a decir de ti? Los programas, las redes sociales, las revistas, te van a poner a caer de un burro.
Aitana escondió la mirada en el plato. Se lo podía imaginar. Había leído y escuchado algunas cosas. Pero al fin y al cabo ella tenía la culpa, merecía ser la que se llevase la peor parte.
Pero estaba decidida a romper esa relación. No porque estuviese enamorada de Luis (encoñada fueron las palabras exactas de Vicente) como su novio la acusaba.
Sino porque Luis estaba enamorado de ella. Y por su forma de querer.
Aitana decía muchas veces las palabras te quiero, pero siempre cuando estaba segura de que se las iban a decir de vuelta.
Luis se había lanzado a tumba abierta a declarar sus sentimientos, sin freno, sin importarle lo que pudieran decir de él y sin arrepentirse. Sin esperar nada a cambio.
Y eso le parecía espectacular.
- ¿Estás dispuesta a romper una relación de dos años por algo que no sabes cómo va a terminar?
Ahí ella sintió una chispa de irritación.
- Es que no rompo esta relación por él, Vicente- inspiró fuerte para tener valor- La rompo por ti.
Esa afirmación desató otra larga serie de reproches sobre la calidad de uno (él) y de otro (Aitana) como pareja. Aitana no dejaba de mirar a su alrededor con pánico a que alguien los pudiese escuchar y esa conversación estuviese en las redes sociales al día siguiente. Había elegido ese sitio público precisamente para evitar escenas incómodas.
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6 años y una vida
أدب الهواةHace 6 años Luis Cepeda y Aitana Ocaña cometieron un error y tuvieron que separase. Pero el destino tiene la manía de imponer su voluntad.