capítulo 4

385 26 2
                                        

Salgo del espeso y cruel pasado, después de aquello mi mente cambio, Damon y Stefan tenían razón al mantenerme alejada de todo eso ¿Cómo hubiera salvado incluso a alguien? si cuando un chico guapo me prestaba atención yo automáticamente pensaba que era mi héroe y no veía más allá de la superficie  al monstruo que era.

 No puedo llamar aquello “amor” sino más atracción que otra cosa lo que sentí por Klaus, y tengo que admitir que no he pensado en él después de su rápida huida, controlé mi mente y me concentré en lo que era importante.

Pero ahora sabiendo que él se encuentra cerca, esos sentimientos juegan y dan vueltas por mi mente.

Respiro hondo, calmando así mis propios sentimientos mientras veo como Elijah atraviesa los pocos metros que le hace falta para parase delante de mi.

-Juliette Collingwood –dijo de modo de saludo.

Asiento.

-Elijah Mikaelson –digo con una sonrisa –que desafortunada sorpresa.

El levanta las cejas un poco sorprendido pero una pequeña sonrisa toca sus labios.

-ya veo, ¿Qué te trae a nuestra ciudad? –dice dándome una reverencia y dejándome pasar para estar en un lugar poco transitado.

-¿vuestra ciudad? –digo confundida.

-Tenemos una especial de preferencia en esta ciudad desde hace mucho tiempo –me explica caminando sin rumbo fijo.

-así que… ¿estáis aquí todos los originales? –un ruidito en mi mente me dijo que no debería ir hasta ya.

Elijah se quedó parado, me gire sobre su cuerpo y me quede mirando a toda la gente desde un punto donde no molestaban. A mi lado Elijah se queda mirando a la multitud como alguien que mira algo que es inferior a él pero también queriendo entrar en esa multitud despreocupada. En este momento pienso que la eternidad no es tan agradable como se suele decir.

-Solo estamos Niklaus y yo. Rebeckah ha tenido…ciertos problemas. –sé que hay algo oculto pero no tengo intención de indagar.

Klaus está aquí y no quiero verle. Es hora de irme.

-gracias por tus palabras Elijah no os estorbaré, mañana es mi vuelta a la universidad así que tengo que encontrar a mi amigo –digo en modo de despedida, pero Elijah no quiere eso todavía.

-me preguntaba porque los Salvatore decidieron dejarte ir, es interesante –dice mirándome fijamente tratando de descifrar un enigma.

Mantengo mi cara de póker. Mis ojos en él, mi cuerpo calmado, solo mis hombros suben un poco.

-el interés suele acabar con el tiempo –digo neutro.

Elijah se caya un momento.

-buenas noches Juliette, espero que disfrutes de esta noche–con eso y una inclinación desaparece.

Cierro los ojos y suspiro, solo quedan unas horas y ya está, solo eso. Un recuerdo se me viene a la mente, una palabra, un nombre: Stefan. Necesito encontrarlo, necesito alejarme de esto.

Camino y busco, pero no lo veo por ninguna parte, pasan unas horas y estoy agotada, he estado mirando por todos los sitios, aunque manteniendo cuidado de no encontrarme con Klaus, suspiro  y me doy por vencido, quizás Stefan ya ha encontrado a alguien con quien pasar un buen rato y yo no me tengo que preocupar, sonrió por él y me voy sola al hotel.

Cuando giro la calle que da al hotel, sé que algo anda mal, el ambiente está cargado de algo que no es de este mundo, no hay nadie por ninguna parte y el viento está soplando fuertemente es entonces cuando la veo.

Esta vestida de un vestido muy elegante, es un color muy exótico que combina muy bien con su piel dorada, su cabello no tanto, esta salvajemente suelto, el viento sopla y lo hace levantarse.

Su cara está libre de cualquier maquillaje y sus ojos me están mirando directamente.

-Qetsiyah –digo parándome con las manos en cada lado de mi cuerpo –veo que el infierno no te soporto mucho más.

Qetsiyah me da una sonrisa, una sonrisa victoriosa, una sonrisa que hace que mi comentario flote sin importancia por el aire.

-hija del cielo ¿pensabas que te ibas a librar de mi tan fácilmente? –Dice con una inclinación de su cara –¿dejándote libre camino con Stefan?

Un miedo se apodera de mí, me congela,  esta no es una visita de cortesía, pienso. Qetsiyah en sus últimos días de viva se obsesiono con el pareció tan impresionante que tenía Stefan con su amado que la traiciona. Silas la mato, pero no me sorprende que haya vuelto, y eso me lleva a pensar que…

-lo tienes –no es una pregunta. Es una afirmación. Yo lo sé y ella lo sabe.

-no deberías haberlo dejando solo –hace un pequeño puchero que queda ridículo en ella –fue tan fácil engatusarlo… los aliados de tus amigos vampiros me ayudaron mucho, esta ciudad esta plegada de vida sobrenatural –me da una mirada de auténtica victoria y desaparece.

La rabia se apodera de todo mi ser, me dejo llevar por ella, me dejo que me guie a donde están ellos. A donde esta él. Y lo mataré.

mi peor error tiene nombre: Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora