Un año más tarde...
Los días pasan, los meses también. ¿Cuánto tiempo falta para volver a verte? Este es mi primer año sin ti, trate que fuera lo más tranquilo posible, trabaje en todo lo que se me ocurría con tal de no tener que pasar el día entero pensando en tu ausencia, ahora cada noche pasaba horas y horas en la gran biblioteca que dejaste a mi cargo, así consiguiendo sentirte aunque sea un poco más cerca.
Me he preguntado en varias ocasiones ¿dónde estarás?, ¿Qué estarás haciendo?, ¿estarás viviendo en un lugar digno de tu grandeza?, tengo mil preguntas, que necesitan respuestas. Ahora todos los días son iguales, despierto, desayuno con el patriarca y voy a la villa a cumplir con mis deberes, he dejado de ser una niña, sin un propósito, más que ser la reencarnación de la Diosa atenea, ahora poseo una vida real. Una vida dedicada a la sociedad a mí amado Santuario. En una de mi tantas visitas al gimnasio, para ver las sesiones de entrenamiento que aún se mantenían, mientras observaba mi mente comienza a recordar, aquellos días en que aun te encontrabas con nosotros, donde logre admirar tus jornadas matutinas junto al caballero de la casa de Acuario, Camus. Esa manera de demostrar quién era el más fuerte, a tal punto de llegar a sudar, tus brazos descubiertos mostrando tus firmes músculos, aquellos que aún recuerdo sujetando mi pequeña cintura, tu cabello húmedo, que se pegaba en tu frente, dificultando en varias ocasiones tu visión, llegando a más de alguna ocasión detener el entrenamiento para amarrártelo en una coleta alta, causando la risa del caballero de la otra casa, provocando la tuya también. Ni te imaginas cuantas veces desee poder acariciarlo, y aun mas tu cuerpo, recorrerlo con mis propias manos.
Recuerdo todo de ti, tu voz, tu mirada, tu sonrisa aquella que en muy pocas ocasiones compartiste conmigo, pero que disfrute en más de una ocasión desde la lejanía. Recuerdo tu aroma, aquel que aun puedo percibir en cada rincón de la casa de géminis.
Ya terminando el día, me dirijo como cada noche a la tercera casa del zodiaco, en mi camino me encuentro al caballero de virgo.
-Diosa Atenea, ¿qué hace usted tan tarde caminando y sobre todo sola?- dice el caballero. Shaka el caballero de virgo al igual que saga, siempre ha sido uno de los santos más respetados por mi parte, su sabiduría y valor me han dado fuerza espiritual en cada momento, en cada batalla. Por ello sentí una confianza absoluta hacia él. – Voy a la casa de géminis, saga me permitió entrar a su biblioteca privada-
-entiendo, durante este años en varias ocasiones, la vi caminar hacia la casa de géminis, aunque siempre me pregunte el ¿Por qué?- dice el rubio. –Ya la ausencia de saga, se ha hecho notar durante este año- menciona. Solo recordar su ausencia es doloroso, pero a su vez, siento que yo misma he tenido un gran cambio dentro de mí, ya no soy solo una "Diosa" que necesita ser rescatada un par de veces, he dedicado mi tiempo a la lectura y a aprender diversos temas fundamentales para mantener al santuario y a las villas a su alrededor en armonía. Algo así como administración y política. Con ayuda del patriarca Shion, hemos estado firmemente trabajando en las necesidades de cada una. Durante este año, hemos creado nuevas escuelas, un gran hospital, se levantaron nuevos comercios. Todo para que dentro del mismo territorio las personas puedan vivir en paz. Siento que Saga estaría orgulloso de lo que se ha logrado en este año, ya que su deseo es lograr lo mejor para todos.
-si shaka, yo también lo extraño, pero siento que algún día volverá- con esas palabras retome el rumbo a la casa de géminis, nuevamente para una noche de lectura.
A la mañana siguiente, comencé un nuevo día con aún más fuerza que el anterior, ya con mi rutina establecida, partí lo más rápido posible a mi templo, en el cual durante este año solo pasaba para cambiarme de vestuario, tomar una ducha y desayunar. Sentía que hoy iba a ser un gran día, que algo bueno ocurriría. Tenía esperanza.