Capitulo II ( Presagio )

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| Nayeon |

"Llorarás lágrimas de sangre por lo que me estás haciendo"

Despertó, los ojos de Nayeon se posaron fijamente en el techo de su habitación y en su rostro se dibujaba una clara expresión de disgusto, no sabía porqué, pero cada cierto tiempo tenía pesadillas, si, pesadillas muy recurrentes con lo que había pasado casi siete años atrás, ahora la Nayeon de veinticuatro años viviría uno de los días más importantes de su vida y justamente unas grandes ojeras estaban bajo sus ojos y es que cada vez que soñaba con aquella chica, su rostro amanecía complemente horrible.

— "lágrimas de sangre" ¿Cómo se me ocurrió decir semejante estupidez? ¡Ah! qué vergüenza.— Llevó sus manos hasta su cabello y revolvió este seguidas veces tratando de olvidar tales palabras, porque de lo que le había dicho, aquellas eran las que más le avergonzaban. — ¡Y claro, de paso le das un beso! Bien hecho Nayeon, la vergüenza te perseguirá por el resto de tu vida, estúpida.

— ¿A quien demonios le hablas? — La puerta de su habitación se abrió bruscamente y tras de ella apareció la joven quien es su compañera de departamento.— A veces sinceramente, muy sinceramente pienso que deberiamos dejar de vivir juntas, eres...rara Nayeon.

— Tsk ¿y a ti quien te dio permiso para llegar, entrar a mi habitación y de paso ¡sacar mi ropa! — De la nada una almohada voló desde su cama hasta en donde se encontraba la joven de melena y un poco más alta que ella, almohada que dió a su espalda.

— El derecho de ser tu mejor amiga, todo lo tuyo es mío y todo lo mío...es mío, por supuesto, además, que te quejas si ni siquiera usarás esto hoy. — Levantó su mano y ahí estaban los jeans favorito de Nayeon.— Tu traje está ahí intacto.

— Bien, solo llévate eso y sal de mi habitación, quieres.

La más alto la observó de reojo y de inmediato supo que era lo que sucedía, llevaban años, desde su infancia siendo amigas, Jeongyeon la acompañó en los momentos más difíciles de su vida y claramente sabía cuándo algo le afectaba, especialmente cuando se trataba de ella.

— No dejes que eso te afecte, la entrevista de hoy es muy importante y lo que menos quiero es que luego llegues llorando por no pasarla.

La joven salió y tras de ella la puerta sonó al ser cerrada, Nayeon de inmediato se levantó de su cama, tomó un veloz baño, se alistó y luego de casi una hora y media estaba completamente lista.
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— Bueno señorita Nayeon, acá en su currículum sale escrito que sabe hablar japonés con fluidez ¿Tomo clases o vivió en Japón como para hablarlo con fluidez?

— Tomé clases y durante un tiempo mantuve contacto con una persona japonesa, con ella aprendí a manejar mejor el idioma y cuando perdí el contacto tomé las clases para no perder la costumbre, creo yo que le manejo casi a la perfección, claro, nunca será como si fuera originaria de Japón, pero puedo mantener fluidas conversaciones.

Luego de aquella incómoda pregunta y también incómoda respuesta, llegaron muchas más con respecto a lo que ella había estudiado en la universidad, cosas relacionadas con la literatura y demás.

— De las últimas preguntas, nosotros en estos momentos no estamos buscando gente para trabajar en Corea, somos una compañía que trabaja en distintos países de Asía y la central y más importante está en Japón y usualmente allá hay muchos trabajadores coreanos y acá muchos japoneses, quienes trabajan en edición de libros, mangas o revistas ¿Estaría dispuesta a viajar si fuera necesario?

Nayeon lo dudó por un minuto, pero no creía tener tanta mala suerte como para encontrarse nuevamente con esa persona.

— Tengo total disponibilidad, un trabajo en esta compañía siempre será bienvenido.

Como miel y abeja. MinaYeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora