Capítulo quince. Logan

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"Cuenta regresiva"

Me desperté de la siesta para ir a trabajar al hotel esa tarde y, cuando por fin me dispuse a salir después de tanto pensarlo, mi papá me atajó en la entrada para decirme que tenía que hablar conmigo.

Fruncí el ceño y lo seguí hacia el living de nuestra pequeña casa. Me senté a su lado en el gran sofá y lo miré expectante.

—Logan, sé que esta idea te parecerá genial, pero para mí es algo extraño.

—¿Qué ocurre? —pregunté preocupado, pensando en que cualquier cosa que le pareciera mal a él también me lo parecería a mí.

—Bien, sabes que hace años dejé de ir a conferencias de surf porque tu madre murió —asentí recordándolo.

Esperaba que pronto pueda volver a hacerlo. Cuando mi padre volvía de aquellas famosas conferencias, el brillo en sus ojos era totalmente distinto. Se encontraba con gente nueva, famosa y que le daba miles de ideas para seguir con su negocio. En otras palabras, volvía totalmente renovado.

—Entonces sabes que tengo que renovar el negocio, la pequeña escuela que montamos. Ha estado escaseando clientes, nuestra competencia es cada vez mayor y tenemos que hacer algo para arreglarlo.

—Claro, pero...

—No me interrumpas. Por primera vez en mucho tiempo iré a una para ver qué puedo sacar de nuevo luego de tantos años, conocer a nuevos profesionales, traer bastantes y nuevas ideas, ya que hace mucho que no voy.

—¿Y eso dónde es?

—En California.

¿California? ¿Saldría de la isla para ir a una conferencia? Si bien no me parecía genial la idea, concordaba en su opinión de que era algo extraño. Nunca salimos de Hawái, nunca. Ni siquiera para estas conferencias, que usualmente se montaban aquí en la isla, pero al parecer había cambiado mucho estos últimos años... los lugares de surf ya no eran los de antes y eso me apenaba.

Hawái era único, no podía imaginarme otro lugar mejor que este para surfear... pero tal vez esta isla era para gente conocedora, tal vez había gente que necesitaba ser principiante en otros lugares.

Además, que mi padre se aventure en esto solo me daba mala espina. Quería ir con él.

—Y no, no puedes venir junto. No necesito una niñera, creo que estoy lo suficiente mayor como para arreglarme sólo.

—Pero papá, esto es ridículo. Nunca has salido de la isla.

—Y tú tampoco, así que no hay diferencia —lo miré no muy convencido—. Estaré bien.

Lo miré por un largo rato, esperando a que me diga que me estaba jugando una broma o algo para finalmente decirme que podía ir junto.

No era el hecho de conocer otros lugares, sino que no me gustaba la idea de que vaya solo. Siempre hemos sido los dos, y que ahora esté por su cuenta hacía que quisiera arrancarme la cabeza.

—Mira hijo —dijo mientras acunaba mis manos con las suyas—, no me va a pasar nada, estaré bien. No sé cuántas veces tengo que repetírtelo. Soy yo el que tengo que preocuparme por ti si vamos al caso, lo mejor es que te quedes con esa chica y la cuides. Sé que se ha quedado sola, ¿qué haría sin ti?

—Puedo conseguir alguien que la cuide.

Sin embargo, mi comentario no se ajustaba a lo que yo sentía en ese momento. Paula se había quedado sola y yo tenía que cuidarla, no quería que nadie más lo haga. Pero, por otro lado, estaba mi padre. No podía ponerlo en la balanza...

Entre las olas te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora