Viviendo en el aire | Al aire #0.5

Prólogo.

Veo la llama ondear alto tocando el cristal, me relaja su color, lo que implica ser quemada por ella, el dolor siendo parte de ti, me gusta observarla porque puede ser inocente donde está pero si la tocas puede ser mortal, quiero ser como ella, como una llama, quiero que cuando un hombre me toque con sus asquerosas manos éstas se quemen, que huyan del miedo cuando me vean.

Quiero verme inocente donde esté, pero cuando me toquen pueda convertirme en la cosa más mortal que puedan tocar.

—¿Berry? ¿Qué estás haciendo?

Apresuro a apagar la llama pero sé que Apple me ha visto. Apple me observa con curiosidad, su piel más pálida de lo normal está llena de moretones, me da tristeza verla así porque ella es mi reflejo, no somos muy diferentes, solo somos parte de una ensalada de frutas en el menú.

—No has visto nada—susurro con tranquilidad, sé que ella no dirá nada, es confiable.

—Entiendo, no he visto nada para los demás, pero enserio quiero saber por qué haces eso. Es raro, Berry.

—Me tranquiliza—le digo encogiéndome de hombros, lo hace, demasiado—, me mantiene cuerda.

—Si sigues haciendo eso creo que voy a considerar que no estás muy cuerda que digamos.

Quizás no lo estoy, pero no le digo eso, no quiero asustarla, podría delatarme si lo hago.

—¿Qué quieres, Apple?

—Tu dueño está aquí—me mira con lástima.

Aborrezco las miradas de lástimas, aborrezco que digan que es mi dueño, lo aborrezco a él con toda mi alma.

—Él no es mi dueño—ladro hacia ella, pero Apple no reacciona de ninguna manera solo se encoge de hombros sin importancia.

—Yo solo te doy el mensaje de Madame Paulette.

—Madame Paulette puede irse al infierno—pero Apple no escucha mis palabras, ella ya estaba demasiado lejos para entender mis susurros de agonía.

Con mucho dolor me alejo del frasco con el humo de la llama ya extinguida, lo escondo detrás de mí closet para que esté a salvo de todos. Empiezo a cambiarme con mi uniforme habitual, algún par de bragas limpias, un brasier transparente y un liguero, más nada, no se me permite ninguna bata y si me lo permitieran no la usaría, no vale la pena para nada, mi ropa interior estaría tal vez cinco minutos en su lugar, luego él la arrancaría con sus sucias manos dejándolas por el suelo de la habitación.

Camino por el pasillo, veo a algunas chicas tomadas de las manos con otros idiotas que vienen a este lugar a apaciguar sus deseos. Algunas de ellas son afortunadas, sus clientes no son salvajes, otras no tienen tanta suerte y pueden terminar en la enfermería cuando sus clientes acaben con ellas. Yo había tenido esa mala suerte desde siempre, porque él paga grandes cantidades de dinero solo por mí.

Nadie me besa excepto él, nadie me toca excepto él, nadie me mira excepto él, nadie me golpea excepto él, nadie me penetra excepto él, nadie puede estar en mi presencia excepto él, nade más me posee... solo lo hace él.

Él, él, él, él, él.

Me detengo frente a la habitual puerta de madera, sabía que él estaba ahí, era la habitación de mis pesadillas, él siempre estaría ahí. Trato de alejar el temor, pero no puedo, solo debo pretender ser fuerte porque nunca lograré serlo. Abro la puerta y lo primero que veo son esos ojos azules, malévolos como el infierno, hoy no va a ser generoso, hoy va a ser malo, muy malo.

—Oh Berry, preciosa, ven con tu dueño.

Y debo avanzar hacia él, debo estar con él, porque si no va a ser mucho peor.

Este es un prólogo corto pero que continúa, no aquí, no en este libro, pero lo leerán en algún momento.

Le puse contenido para adultos por precaución, habrán algunas palabras malsonantes y si, creo que van haber descripciones de sexo, no muy bonitos. Este libro es oscuro, será corto pero oscuro, necesito que conozcan a Berry porque ella es importante en #EAA.

Espero que les guste este prólogo, no habrán días exactos de publicación, ni sé cuando voy a subir el primer capítulo, cuando sea el momento adecuado lo haré :)

Nos estamos leyendo.