Capitulo 8: Alguien ayudeme.

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Luego de pasar el día con Connor había terminado agotada. Primero decidimos ir a un restaurante pero lo llamaron del trabajo así que tuvimos que ir a su departamento por unos papeles, luego los fuimos a dejar y cuando decidimos ir a casa a descansar su teléfono volvió a sonar. Básicamente el paso el día de un lado al otro solo prestándole atención a su celular, y yo tuve que aguantar todo eso. Incluso tuve que fingir que todo estaba bien cuando me trajo a casa porque el tendría que ir a la oficina. Todo lo que le había importado hoy había sido su estúpido celular y su trabajo. ¿Que hay de mi? se supone que soy su novia, llevamos años siendo una pareja y ahora que todo estaba yendo bien se volvió un adicto al trabajo que no tenia tiempo para el amor.

-¿Ashley? -me voltee al ver al padre de Nick.

-Señor Evans -enseguida cerre la puerta de mi departamento y guarde las llaves.

-¿No vives con mi hijo? -pregunto confundido.

-Si, esta es...es el departamento de mi prima. -respondi rapido para que no notara mi mentira- Tengo una llave por emergencias.

-Oh, claro. -abrio hasta atras la puerta del piso de Nick y me dejo entrar.

-¿Donde esta Nick? -pregunte al no verlo adentro.

-Salio a dar una vuelta con su madre -me sonrio mientras se quitaba la corbata.

Luego de estar unos minutos en silencio decidi hablar, el padre de Nick me estaba poniendo muy incomoda.

-¿Cuanto tiempo se quedaran? -le pregunte con una sonrisa mientras abria la nevera y sacaba una botella de agua.

-Un par de dias mas. -respondio mirandome fijamente. Dios, que torpe.

-¿Quiere una? -le pregunte alzando un poco mi botella, el nego levemente y sonrio.

-No gracias querida, pero si hay algo que quiero.

-¿Que es eso? Hay bebidas -me voltee abriendo la nevera otra vez.- creo que hay unas cervezas al fondo, tambien hay jugo y...-me detube en seco al sentir unas manos en mi cintura.

No habia escuchado la puerta asi que las unicas manos que podrian estar tomandome por la cintura en este momento eran las del señor Evans. Enseguida me aleje de golpe dejando la botella de agua a un lado. El señor Evans dejo de mirarme y comenzó a ver dentro de la nevera como si nada hubiera pasado. Tal vez solo quería que me moviera de su camino, solo debió ser eso. No debo ser tan paranoica.

-¿Dejas que Nick beba? -Pregunto alzando una ceja mientras abría una botella de cerveza.

-Si ¿hay algún problema? -pregunte confundida viéndolo darle un trago a su cerveza.

-Con el alcohol se vuelve un poco...peligroso. -dijo mirándome serio- ¿no se ha puesto loco contigo? porque seria una pena que le hicieran daño a una chica tan guapa como tu.

-No, el no me ha hecho daño. Nunca lo haría. -lo dije con seguridad. Nick es molesto pero no seria capaz de lastimar a nadie.

-No es bueno que estés tan confiada, las personas pueden ser capaces de muchas cosas.

-Estamos hablando de su hijo, señor Evans. -Tome mi botella de agua y le di un trago- El es una buena persona, pero supongo que usted sabe eso.

-Claro que si.

En ese momento entro Nick mientras hablaba enérgicamente con su madre. No me imaginaba a ese chico haciéndole daño a alguien, el es demasiado bueno para eso. Al verme sonrió y se acerco abrazándome por la cintura y besándome en la frente. Al sentirlo junto a mi sentí como todo mi cuerpo se relajaba, no había notado que estaba tan tensa.

-Volviste temprano, bebe. -dijo mirándome confundido.- ¿todo bien en el trabajo?

-Si, la boda sigue según lo planeado. Fue solo un problema con el padre de la chica. -Demonios, cada vez se me estaba haciendo mas fácil mentir.

Solo asintió y beso mi mejilla con una sonrisa, me gustaba su sonrisa. El pareció notar que no dejaba de observarlo porque aparto la mirada de sus padres y me miro a los ojos divertido. Sus ojos estaban brillantes y me hacían sentir tranquila. Había pensado contarle lo incomoda que me sentí con su padre y lo de la nevera, pero preferí guardármelo, el estaba feliz ahora y no le arruinaría eso con un malentendido

-Nick hay algo que tu madre quiere hablar contigo. -dijo el señor Evans con una mirada preocupada.

Todo el cuerpo de Nick se tenso junto a mi así que acaricie su espalda y su brazo tratando de calmarlo un poco. ¿Que puedo ponerlo así? me pregunte viéndolo alejarse con su madre.

-¿Podemos dar una vuelta? -pregunto Diana con una sonrisa.

-Pero acabamos de...-estaba cuestionando Nick pero su padre lo interrumpió.

-Solo ve a pasear con tu madre. -dijo molesto el señor Evans.

-Ya vuelvo cariño -dijo Nick besando mi mejilla y luego miro a su padre- te dejo en buenas manos.

Le sonreí mientras se iba dejándome a solas con su padre otra vez, algo me dice que volverá la incomoda charla. Tome mi botella de agua y fui a la sala. Ambos nos sentamos en el sofá y nos quedamos en un incomodo silencio.

-¿Cuanto tiempo llevas con Nick? -pregunto de la nada volviendo a tomar de su cerveza.

-Alrededor de cuatro meses -le sonreí y le di otro trago a mi agua.

-¿Nunca le has sido infiel? -me miro fijamente como si el supiera algo, me descubrió.

-¡No! claro que no -conteste rápidamente.- No soy esa clase de chica.

-Me alegro mucho -dijo poniendo una de sus manos en mi pierna.

Un escalofrió me recorrió todo el cuerpo. No me sentía para nada cómoda con su mano en mi pierna pero no sabia que hacer para que la sacara de ahí, simplemente estaba en blanco. Mire su mano y cuando estaba levantando la mirada sentí como subía su mano por mi muslo y con la otra tomaba mi cuello. Una alarma se disparo en mi cabeza justo antes de sentir como me besaba. Comencé a empujarlo para que se alejara y a patear pero lo único que conseguí fue que me tapara la boca y me llevara a la habitación en la que se quedaba con su esposa.

-Sera divertido. Yo si soy un hombre de verdad, no como el idiota que tienes de novio. -me lanzo a la cama y se subió sobre mi impidiéndome mover las piernas y los brazos.

Volvió a besarme mientras yo me movía bajo el tratando de apretar los labios para que no pueda meter su asquerosa lengua. Sus manos estaban por todo mi cuerpo dándome nauseas y haciendo que mis mejillas se llenen de lágrimas. Lo único que podía hacer era llorar y rezar por que alguien viniera a salvarme. La vida no puede ser tan jodida.

-Shhh...tu me hiciste hacer esto, pequeña. -Dijo con su asquerosa voz mientras rompía mi vestido dejándome en ropa interior.

-¡Sueltame! -alcance a gritar cuando alejo su mano por mi mordida.

Luego de intentar morderlo otra vez sentí como alejaba su mano y la hacia chocar contra mi cara abofeteandome y haciéndome soltar un grito. Mi cara dolía, todo mi cuerpo dolía. Cada vez sentía que tenia menos aire y mi vista era borrosa por las lágrimas que no dejaban de cubrir mis mejillas.

-Si te quedas tranquila esto sera mas fácil para ambos. -susurro en mi oído y luego bajo a mi cuello, lamiendo todo su camino.

En cuanto sentí su asquerosa lengua en mi cuello todo mi cuerpo se lleno de energía haciéndome mover y patear, pero otra vez no obtuve resultados. Solo sentí como mordía y desabrochaba mi ropa interior. Volví a moverme con desesperación, agotando mis ultimas fuerzas. Por favor dios. No me hagas esto, no soy una mala persona. ¡No quiero que me haga esto!. ¿Por que a mi? ¡No quiero ser violada! Por favor. Alguien ayúdeme...

You Don't Know MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora