OurWorld (Cap 1): El réquiem de las almas parte 3

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—¿Dónde estoy...? ¿Por qué todo esta tan oscuro...?

«A la final todos somos animales salvajes que se matan los unos a los otros»

—Este calor... Esta sensación de aislamiento... ¿Qué significa esto?

—¡Están por todas partes!

—¡Limítenles el paso desde esta zona! ¡Y protejan a los civiles!

«Eres el santo cazador, más no la indefensa presa... Por tus venas fluye el odio encarnado en sangre, misma que proviene de tu corazón, corazón atado en cadenas a aquel recipiente el cual crees que es la fuente de tu alma y vida»

—¿Qué? ¿Quién eres?

—¡Eh! ¡Alan! ¿Puedes oírme?

—¿...?

—¿Qué sucede? ¿Quién me llama?

—¡Vamos niño...! ¡Alguien como tú no podría haber muerto así de fácil! ¡Levántate y pelea!

«El valor solo cuenta para quienes temen a la muerte, pero por aquel recipiente, tú serias capas de confrontarla. Sin embargo, aunque lo hagas, ninguno de los dos podrá cambiar lo que son...»

—¿De qué estás hablando? ¿De quién estás hablando...?

—¡Lo siento Alan...! ¡Pero no estoy en condiciones de poder ir a por ti, tengo a varios espectros rodeándome!

«Ahora ponte de pie y ve... Ve hacia el arroyo de sangre y regocíjate en sus aguas...»

—¿...?

—No comprendo... ¿Qué...?

—¡...!

Entre una misteriosa oscuridad, donde escasos pero notorios vestigios de luz amarilla se mostraban penetrando por orificios alborotados, Alan abrió los ojos de manera sumamente exagerada

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Entre una misteriosa oscuridad, donde escasos pero notorios vestigios de luz amarilla se mostraban penetrando por orificios alborotados, Alan abrió los ojos de manera sumamente exagerada. Desconcertado comenzó a mirar en todas direcciones, pero únicamente alcazaba a divisar las tenues luces. Un intento de mover el cuerpo resultó en vano, puesto que algo le impedía hacerlo, fue entonces cuando el Humano supo que se encontraba rodeado y tras un par de toqueteos hechos con ambas manos, sintió la contextura de madera, tabiques y ladrillos destrozados. Afortunadamente ninguno de ellos alcanzó a lastimarlo, lo notó cuando sus sentidos no le advirtieron de ningún dolor. Una sensación de calor abrazó su cuerpo, en un principio era algo carente de importancia, pero a medida que permanecía inmóvil esta aumentaba. Miró a las luces amarillas que se alzaban sobre él y las fijó como un objetivo al cual dirigirse, se abrió paso apartando los escombros, la sensación era distinta pero la forma en la que ascendía se asemejaba al estar nadando hacia la superficie de un lago. Escombros en lugar de agua, pero una misma luz amarilla a la cual dirigirse. Gritos de dolor y armas chocando sus filos unas con otras eran los sonidos que más prominencia generaban. La luz cada vez más se reflejaba en sus mejillas y ojos, pero a la vez el estruendo también aumentaba. Su mano tocó la superficie, y apartando el último de los cimientos destrozados. En medio de una pila de escombros abultados sobre la cúspide del desastre generado a causa del desbordamiento de la casa, Alan avistó una caótica ola de llamas acercándose hacia él.

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