Ennland es un misterioso continente habitado por: Humanos, Wyverns(Hombres dragón) y Durs(Una subespecie élfica) Tres especies que se ven obligadas a unir fuerzas para enfrentar a un enemigo proveniente de otro mundo, el cual ha arrasado dejando al...
Finalmente, su metamorfosis se había completado. Humanos y espectros aún se mantenían perplejitos ante lo que sus ojos les mostraban, aquel ente de extraños y temerosos rasgos, pese a ser un espectro poseía la habilidad de pronunciar palabras en un idioma entendible para Humanos.
Alan con un fuerte asombro y un claro pánico marcado en su rostro, podía entender claramente las palabras del espectro. El enorme ser miró en diferentes direcciones sin alterar su expresión, pero la manera en la que lo hacía, era como la de alguien que analizaba su alrededor percatándose de lo que lo componía, llamas extendiéndose cada vez más entre los tejados de las casas y una masacre entre seres de diferentes especies donde no resultaba nada difícil notar quienes llevaban la delantera, fue lo que entendió.
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—Entiendo... —dijo con una voz áspera—. No es nada realmente importante, solamente se trata de un simple ataque... Que repugnante que me utilicen para cosas insignificantes como estas, sin embargo, supongo que lo tengo merecido... Me asegurare de encontrar a ese Humano y esta vez matarlo... Pero antes... Creo que podré divertirme un poco —concluyó con una ligera facción de regocijo, al ver a un grupo de Humanos.
Su macabra expresión se marcó más y dio un paso comenzando a descender de la cúspide de escombros.
—¿¡...!?
Un misterioso y repentino impulso nervioso, provocó que antes de poder colocar su otro pie para descender, lo detenga. Su expresión se borró por completo y su cabeza se mantuvo agachada.
—¿Qué dices...? —Susurró con incertidumbre para sí mismo—. ¿Un obsequio?
De pronto, volteó de prisa la mirada hacia lo que quedaba del extraño cascarón del que salió.
—¿Quieres que revise eso...? —dijo. Comenzando a dar pasos en su dirección—, de acuerdo...
Tras su metamorfosis, con una altura de tres metros, aquel recipiente, lucia pequeño en comparación a su proporción, era imposible para alguien que no haya presenciado su trasformación, el que este espectro haya salido de aquel lugar. Su forma ovalada destrozada por la presión, todavía dejaba entre ver pequeñas lagunas de sangre. En uno de sus costados, algo adherido al recipiente con un tamaño que abarcaba el borde superior destrozado del recipiente, se encontraba intacto. El espectro lo miró por unos cuantos segundos analizando su diseño asemejado al del recipiente, y nuevamente como si algo en su cabeza le ordenara que hacer, condujo su mano a cierta velocidad lo suficientemente fuerte como para atravesar desgarrando el exterior de aquello adherido.
Dentro, no había vestigios de sangre, no obstante, su mirada denotó un interés envuelto en asombro al contemplar lo que allí yacía. Se trataba de una serie de tentáculos negros muy delgados, los cuales se retorcían desesperados al sentir su mano cerca. Era tanto el enardecimiento, que mirar más allá de los viscosos tentáculos le era imposible. El espectro comenzó a acercar su mano y al instante, fue envuelta por los tentáculos. Adhiriéndose desesperadamente, estos rodearon aumentando sus proporciones hasta cubrir su codo. Poco después, los tentáculos se adhirieron tanto que dejaron de moverse, y repentinamente, el espectro escuchó como los huesos de su mano y brazo se estrujaban despedazándose. Pese al sonido escandaloso, el espectro no mostraba dolor.
