Ennland es un misterioso continente habitado por: Humanos, Wyverns(Hombres dragón) y Durs(Una subespecie élfica) Tres especies que se ven obligadas a unir fuerzas para enfrentar a un enemigo proveniente de otro mundo, el cual ha arrasado dejando al...
—¿Qué...? ¿¡Qué significa esto!? ¿¡Por qué el pueblo está en llamas...!?
Alan desde el exterior de su casa, no pudo creer lo que sus ojos le estaban mostrando. Pues luego de la repentina riña que tuvo que enfrentar con aquellos cuatro espectros. El Humano se dirigió apresuradamente a la superficie de la casa en busca de una respuesta que explique el porqué de tan inesperado ataque. Pero en cuanto abrió la puerta, de repente se encontró con un escenario completamente distinto a aquel tranquilo y pacifico que hasta hace unos pocos instantes había observado. Y dado que tan solo había transcurrido una hora desde que Tom y el resto de sus compañeros se marcharon con rumbo a la entrada de Swordtlant, sus dudas e intrigas solamente aumentaron más.
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—¿¡Cómo es esto posible...!? —dijo mirando el caos que se estaba armando por los alrededores.
«¿Acaso, esos espectros que entraron hasta el sótano...? ¿Tienen algo que ver con todo esto...?»
—¿...?
«Pero si ese fuese el caso...»
—¡...!
—Entonces, eso quiere decir... ¡Que se trata de un ataque provocado por ellos...!
—No puede ser... Se supone que aún estamos dentro del territorio de la nación Humana ¿Cómo fue que cruzaron?
Alan continuaba generándose más y más preguntas así mismo, y fuera de llegar a una conclusión sólida que le permitiese atar los cabos. La incertidumbre en su mente únicamente aumentaba conforme la intriga y asombro lo asechaban. Pese a esto, en los alrededores del pueblo, el caos seguía vigente. Los gritos desesperados de la gente comenzando a huir y el cruce de armas entre espectros y las pocas personas que se disponían a enfrentarlos, aun resonaban por sus oídos.
—Maldición... Debo hacer algo —dijo mirando hacia adelante.
Tras esto, Alan empuño en cada mano sus dagas y al paso de no terminar de comprender la situación, comenzó a correr hacia el caos que se mostraba ante él.
Mientras tanto, en el camino ubicado al suroeste del pueblo, por donde se ingresaba al mercado. De igual manera que en el puente, varios espectros aparecieron de la nada y estos de inmediato iniciaron un ataque a todos los habitantes que vivían por esa zona. En respuesta, los pobladores tomaron armas o cualquier otra cosa que poseyera el filo necesario para atravesar la piel de estos monstruos y comenzaron un enfrentamiento en su contra, todo para garantizar la seguridad de quienes no estaban en condición de luchar.
No obstante el número de espectros sobrepasaba por mucho al de las pocas personas que luchaban, y mientras que un grupo peleaba en el camino principal del mercado tratando de que toda la atención de sus enemigos se centrase en ellos, por cada costado los espectros irrumpían en las casas y sin tener piedad alguna de que incluso se trate de niños los que se encontraban dentro, todos eran asesinados brutalmente en el interior de sus residencias. El sonido de las lanzas siendo zarpadas en el cuerpo de aquellos que no podían defenderse, acompañado de los gritos desesperados, era el estruendo el cual únicamente aumentaba su intensidad, el que resonaban por todos los alrededores.
