❁ Capítulo 04: Estéril

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Jung Kook

— Y se enojó cuando le dije que no estaba listo para ser padre... y, y que tal vez no deberíamos adoptar. — Deje de hablar para cuando YugYeom terminó con su segunda hamburguesa y no es por nada, pero mi mejor amigo solo se concentraba en comer y comer e ignorarme cada vez que le hablaba de mi relación con Na Eun. — ¿Si quiera me estás prestando atención? — golpeé con ambas manos la mesa y él solo se encogió de hombros, sin importarle ni sorprenderle mi acción.

— Yo te dije que estar con una mujer cinco años mayor que tú iba a traer consecuencias. Ahí las tienes. — me contestó con ese tono tan relajado que antes yo usaba para hablar con todos mis amigos, incluso con él. En cambio, ahora tenía que ser el chico de voz firme y de palabras formales que se dirigía a todos con respeto, y todo para estar al nivel de Na Eun, mi novia y futura esposa.

— ¿Y solo dirás eso? — contesté, reuniendo todo el control de mi sistema para no lanzarme encima suyo y soltar todo lo que tenía guardado.

— Jung Kook, por si no lo sabes, soy un año menor que tú. No estoy con una mujer cinco años mayor que yo que ya quiere formar una familia, pero que no puede por ser estéril, así que no tengo nada más que decir. — sus palabras pudieron sonar muy crueles para todos, incluso para mí, pero en gran parte tenía razón. Él solo era el chico que siempre invitaba a un establecimiento de comida rápida para desahogarme y liberarme de todo el peso que cargaba en mi espalda al estar "madurando" con tan solo veinte cinco años

YugYeom siguió comiendo y cuando terminó su bebida, se colocó de pie, dejó el dinero de todo lo que comió y posteriormente salió del lugar, sin siquiera despedirse o algo parecido, y siendo sincero, ya estaba acostumbrado. Él comenzó a comportarse de esa manera tan distante desde que inicié mi relación con Na Eun, al principio creí que eran los típicos celos que todos los mejores amigos experimentan cuando los abandonan por una pareja, pero ya había pasado cinco años y seguía igual. Temía perder a mi único confidente y...

— ¡Amor! — y ese gritó muy cerca a mi oreja junto a los brazos que rodearon mis brazos, detuvieron mis pensamientos y me obligaron a volver en sí.

Era Na Eun. Ella se alejó después de dejar un beso en mi mejilla y posteriormente se sentó delante mío. Me extendió una serie de archivos, en los que ya podía imaginar la cantidad de fotos de niños e información que habría.

— Hola, bebé. — susurré, rascando mi nuca, no por desesperación, sino por ser un completo tonto al no saber cómo hablar con mi novia.

— No sabes la cantidad de orfanatos que visité hoy. Fueron realmente muchos. — se contestó a sí misma y ya no pude decir nada más. — Mi padre está influyendo mucho en esto de obtener la información de cada niño y estoy segura que también nos ayudará para recibir al bebé en menos tiempo. — su sonrisa y el brillo que emanaba su mirada me impedía actuar como un idiota y arruinarle aquella ilusión de ser madre. Lo había hecho antes, pero creo que ya era tiempo de sentar cabeza y aceptar a un niño en la casa que compartíamos, a pesar de que todavía no me sentía completamente seguro de hacerlo. — Me dijeron que los niños del extranjero son mucho más lindos que los de acá, así que estuve pensando en viajar. Hay muchos lugares que visitar y... y debes ver a todos esos bebés. Chequea los archivos, ahí está todo...

Tomé alguno de los archivos, como ella me dijo y tragué grueso, para luego comenzar a ver todo lo que se necesitaba para adoptar a un bebé. Incluso el ver me causaba dolor de estómago y ya no quería imaginar cómo sería cargar a uno. Vi de reojo como Na Eun sonreía y también chequeaba alguno que otro archivo, pero yo no podía seguir fingiendo que quería ser padre, cuando en realidad mi único sueño era viajar por todo el mundo y seguir trabajando. Sin embargo, Na Eun no gustaba de otros lugares que no fueran París o países que tuvieran la mejor moda.

Cuando conocí a Na Eun, apenas tenía veinte años. Ella estaba haciendo un curso empresarial en la misma universidad que yo me encontraba y solo por casualidad coincidimos en algunos lugares más. Le pedí alguna citas y de pronto me vi reemplazando mis tardes de videojuegos junto a mi vecino y mejor amigo, YugYeom, para estar de cenas elegantes y citas formales en restaurantes muy caros junto a Na Eun. Sin embargo y a pesar de la gran diferencia de edad, nuestra relación siempre fue muy divertida o así fue hasta que acabé mis estudios superiores y ella llegó con la idea de ser padres. No sé lo negué, pues estaba totalmente enamorado, pero luego de varios intentos fallidos, tuvimos que ir al doctor, descubriendo que ella era estéril. Pensé que estaría triste, que no tendríamos sexo nunca, pero al contrario de lo que imaginé, ella no se detuvo con su sueño de ser madre, teniéndonos en este punto.

— ¿Y qué te parece? — sonreí, sin saber qué es lo que realmente estaba diciendo mi novia, pero contra todo pronóstico, asentí. Ella por poco y grita, levantándose de su sitio para abrazarme. No sabía el porqué de su reacción, hasta que comenzó a agradecerme.

— ¿Por qué? — me atreví a preguntar. Ella se separó y comenzó a hacer llamadas. Estuvo así por unos largos minutos y a pesar de todo eso, no le presté la más mínima atención. — ¿Qué sucede? — pregunté para cuando dejó su móvil a un lado.

Ella sonrió y tomó mis manos.

— Mi padre dice que podemos viajar e ir por nuestro bebé. — y no supe en qué momento fue que yo le dije exactamente qué tipo de bebé quería o algo parecido, ni siquiera sabía cuándo fue que ella decidió de qué país vendría nuestro hijo.

No es que no me encontrara feliz, al contrario, era muy feliz al tenerla a ella y sabía que adoptar no era malo, pero lo que sí no sabía era porque no me sentía tan alegre como Na Eun.

— Oh, por cierto. Leí un artículo la semana pasada sobre tu primo y ese tipo que le sobrepasa unos veinte años, ¿Cierto? — rodé los ojos, pues a Na Eun no le agradaba del todo mi más íntimo primo, Seok Jin. — Bueno, la cuestión es que no me dijiste que estaba en espera. — susurró lo último y entonces me acordé el porqué no se lo mencioné. Ella siempre se colocaba triste al ver hombres o mujeres en espera cada vez que teníamos una cita o en todo caso, dentro de alguno de nuestros familiares. No era algo personal, pero decirle a Na Eun que su persona no tan favorita en todo el mundo estaba en espera y ella no, sería como restregar dinero en la cara de un pobre.

— ¿Enserio? No lo sabía. — dije más que sorprendido o fingiendo estarlo.

Na Eun se separó y se cruzó de brazos. Ya me había descubierto.

— Jung Kook, sé que soy estéril, pero no soy tonta. Sé que mantienes contacto con él al ser tu primo favorito, pero no me escondas cosas como esas. Me alegro por él, es... bonito saber que será padre.

Pude sentir algo parecido a envidia detrás de esas palabras, pero no dije nada. Amaba a Na Eun mucho como para darle la contra o incluso insultarle.

— Sin embargo, ¡Vamos a ser papás! — gritó, lanzándose a mis brazos y yo teniendo que sujetarme fuerte para que no caiga.

Sonreí a medias y miré el dinero de YugYeom en el suelo. Él no me había ayudado, mucho menos aconsejado, pero me encontraba feliz al saber que seguía siendo mi mejor amigo.


 Él no me había ayudado, mucho menos aconsejado, pero me encontraba feliz al saber que seguía siendo mi mejor amigo

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↪Nota del autor:

Hola bebés. Sé que me tardé demasiado, pero ya estoy aquí. Espero que les guste este capítulo. ♥

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