❁ Capítulo 08: Está bien

2.5K 309 20
                                    

Ji Min

Nunca en mi vida había visto a Yoon Gi correr, ni siquiera cuando él me dijo que saliéramos a correr como parte de un cita; sin embargo, el día en el que la producción le habló sobre mi percance en la casa de MinHo, fui testigo de como sus delgadas piernas se movilizaban hasta llegar a mí.

Basta con decir que YoonGi estuvo a punto de llenarme de baba todo el rostro por tantos besos que me dio y aunque me gustaría decir que no babeó mi vientre, tengo que decirlo. Él babeó mi barriga por tantos besos que le dio a esta zona de mi cuerpo.

Desde ese día, que fue hace como una semana, él no ha dejado de ser atento y de "obedecerme" en prácticamente todo, aunque claro, también se volvió algo severo y paranoico conmigo. No me deja hacer muchas cosas, además de que estuvo a punto de anular el contrato que firmé con el canal. En ese momento tuve que obligarle, casi rogarle que no lo hiciera y prometerle que estaría en absoluto reposo hasta por lo menos los ocho meses. Y puedo decir que lo logré, logré controlar a YoonGi...

- ¡Ji Min! - el grito de Yoon Gi resonó y entonces mis creencias se fueron por un caño. Había calmado a mi esposo, mas no lo había controlado por completo.- ¿Cómo rayos es que todo el chocolate que compré ayer se haya terminado hoy?

Rápidamente comencé a tirar todas las envolturas y esconder las debajo de la cama, pero Yoon Gi no fue ninguna idiota, pues al entrar a la habitación me encontró arrodillado y escondiendo la última envoltura de chocolate.

- Ji Min, no puedes comer más de diez chocolates en un día.- me dijo en un tono severo y con sus brazos cruzados.

- En realidad los comencé a comer ayer por la noche.- sonreí y Yoon Gi solo negó con la cabeza, dejando caer la caja vacía de chocolates, para luego acercarse y ayudarme a colocarme de pie.

- Cariño, el doctor nos recomendó absoluto reposo y una buena dieta. - Yoon Gi se veía muy preocupado y aunque yo también lo estaba, no podía evitar sucumbir ante mis antojos y tragar todo lo que encontraba en el departamento que mi lindo esposo estaba rentando por lo que quedaba de mi embarazo, pues el doctor recomendó que lo mejor era quedarnos en Seúl hasta que el bebé naciera. Nada de viajes y tampoco, movimientos bruscos.

- Está bien, lo siento, Yoon Gi y también lo siento, mi amor.- miré mi vientre y lo acaricié, tratando de transmitirle mis disculpas al bebé.

- Kumamon dice que te disculpa.

- Si no te insulto es porque nuestro hijo ya nos puede escuchar.- susurré antes de alejarme de Yoon Gi y caminar hacia el baño, pues tenía que darme una ducha y preparme para la cita que tenía dentro de dos horas. Actualmente las citas y chequeos eran más seguidas, todo por orden de YoonGi, y aunque antes no me gustaba entrar mucho a una clínica/hospital, ahora me sentía un poco más cómodo y menos asustado de ir al doctor.

- Te espero en la sala, cariño... y a ti también, Kumamon. - rápidamente agarré mi pantufla y se la lancé, pero para mi mala suerte, Yoon Gi ya había salido de la habitación y por tanto, mi calzado golpeó la puerta.

- Tu papi es un tonto, mi amor, pero hoy descubriremos si tendremos que utilizar el nombre de tu padre o buscar un nombre de nena.- comencé a brindarle leves caricias a mi vientre a medida que le hablaba sobre lo tonto que era YoonGi o sobre su futuro nombre. Me gustaba hablar mucho con mi hijo o hija.

Para cuando terminé de vestirme y de arreglar mi cabello, solo faltaba media hora, por lo que Yoon Gi me apresuró y se estuvo quejando durante todo el trayecto a la clínica sobre mi extensa ducha y mi outfit, que siempre era la razón por la que más me tardaba.

El doctor que nos atendió hace una semana atrás era el mismo que estaba llevando mi embarazo y tras comentarme sobre todos los cambios y preguntarme por alguna incomodidad, me invitó a pasar a la camilla para saber si el bebé era una nena o un nene.

Yoon Gi estaba tan emocionado como yo, pues con solo ver el historial de su teléfono te podías de lo buen padre que sería. Había estado buscando nombres para bebés desde los tres meses y también, comprado mucha ropa de distintas marcas muy famosas e incluso, había visto una de las últimas conversaciones que había tenido con un diseñador muy famoso, a quien le estaba pidiendo que confeccionara algún conjunto de ropa para él, el bebé y para mí. Era tan tierno.

La mano de YoonGi sostenía la mía con mucha fuerza y aunque me sentía igual de nervioso, me vi en la obligación de apartarlo al sentir demasiada presión e incluso dolor.

- Lo siento, cariño.- susurró al percartarse del daño que me había ocasionado, tomando esta vez mi mano para besarla.

Yo solo reí y miré la pantalla en 3D cuando el doctor nos indicó que el bebé se estaba comenzando a mover de un lado a otro y qué tal vez, muy pronto, estaría posicionándose para salir.

Me estremecí de tan solo pensar en el parto y en todo lo que me contó mi madre cuando le di la noticia de mi embarazo. Ella fue demasiado explícita al momento de narrarme el parto de JiHyun, mi hermano, y aunque quise detenerla, me vi en la obligación de escucharla cuando papá inició una conversación muy amena con Yoon Gi, algo que definitivamente nunca tuvieron, pero que ese día sí.

- ¡Aquí está! - gritó el doctor, llamando la atención de Yoon Gi y sacándome de mis pensamientos.

- ¿Es un niño? - pregunta mi esposo, señalándome algo parecido a un pequeño pene.

- Señor Min, en realidad, eso es el cordón umbilical. - el doctor ríe y Yoon Gi rápidamente se sonroja. - ¿Están listos para saber el sexo de su primer bebé? - pregunta el doctor. Yo asiento, mientras que un Yoon Gi sonrojado también lo hace. - Pues felicidades, ¡Es una niña!

YoonGi y yo nos miramos por un momento y por primera vez lo veo llorar, veo derrumbarse esa fachada de chico frío y desinteresado. Lo veo a él como realmente es.

Nos damos muchos besos, chocamos frentes y nos quedamos abrazados en nuestra burbuja de amor, hasta que el doctor nos felicita de nuevo y le pide a mi esposo un autógrafo.

No dejamos de sonreír hasta llegar al auto y cuando entro al lado del copiloto, comienzo a llorar. YoonGi rápidamente se preocupa, pero le digo, entre hipidos, que todo está bien, que lo amo y que también amo a nuestra nena, y por sobre todo, que no haré nada que la dañe a ella.

YoonGi solo toma mi mano y no la suelta, no cuando enciende el auto, tampoco cuando lo pone en marcha y mucho menos cuando entramos a la estación de nuestro edificio. Él no me suelta hasta que es la hora de bajar del auto y aún así, cuando estamos caminando, él me toma nuevamente de la mano y me dice que soy lo mejor que le ha pasado... y le creo firmemente.

↪Datos:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


↪Datos:

• Ji Min ya cumplió cinco meses.
• Jin y Tae Hyung tienen la misma cantidad de meses.

↪Nota del autor:

Maratón 2/2

Yo tenía escrito este capítulo y sé que no trataba de esto, pero se me borró al formatear mi celular (hace como un mes atrás) y pues, tuve que volver a escribir otro capítulo.

Espero que les esté gustando la historia. ♥

¿Qué esperar cuando estás esperando? ❁ [Bangtan boys]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora