Lynn I

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Creo que no se puede describir lo que vi al abrir los ojos. Lo primero que noté fue que el suelo estaba demasiado cerca, como si estuviera a cuatro patas. Y lo estaba, pero me costó unos cuantos segundos en darme cuenta.

Sentía todo: los olores, las... esencias, los colores, veía la distancia, el clima, veía el calor y veía a Aiden.

—Tranquila, Lynn, despacio —decía una voz familiar. Se escuchaba tan distinto, tan clara como nunca.

Y ahora todo lo que Aiden había dicho alguna vez tenía sentido. Sobre todo la parte de las esencias, y si antes Aiden olía de maravilla, y me quedaba atontada, no olvidemos esa parte, ahora su olor me golpeaba con tanta fuerza que me creía capaz de reconocerlo a kilómetros de distancia.

—Lynn, ¿sabes quién soy?

Aiden preguntándome eso. ¿Qué si sabía quién era? Pero, ¿cómo no iba saber quién era?

Quería contestarle y le hubiera dicho algo así como ¿pero, tú estás tonto? Sin embargo, en el momento en el que intenté pronunciar esas palabras, de mi garganta salió un gruñido. Y nada amistoso. Me asusté y di unos pasos hacía atrás. ¿Era... era un lobo? Claro que era un lobo, ¿qué iba a ser sino? ¿Una avestruz?

Todo estalló en mi cabeza. El dolor insoportable provocó que otro gruñido más saliera de mi boca. Aunque ya no dolía, recordaba eso en cada célula de mi cuerpo.

—Lynn, necesitas calmarte. Tenemos que salir de aquí antes de que venga la policía. Tienes que cambiar de forma, Lynn —Aiden no paraba de hablar intento calmarme y yo lo único que hacía era recordar una y otra vez todo lo que había pasado.

Dani, los Randers intentando acabar conmigo, Clara malherida... todo. 

Le gruñí otra vez.

"Sé lo que estás pensando, Lynn" —escuché a alguien decir dentro de mi cabeza. Me asusté mucho más que antes.

Pero veía los ojos de Aiden brillar y sentía una presión sobre mí. Muy difícil de explicar. Como si no pudiera resistir a cualquier cosa que Aiden me pidiese que haga. Pero eso solo aumentó mi rabia. Nunca me había gustado hacer lo que Aiden me mandase y ahora mucho menos.

Lo único en lo que pensaba era en nuestra pelea. En Dani y en las palabras de "jamás te hubiera elegido si pudiera elegir" y casi sin querer le salté al cuello.

Me caí al suelo y me di un fuerte golpe. Sentí mis huesos; mis huesos humanos golpear el suelo. Estaba completamente desnuda derivada en el suelo por la manada de Aiden. Que había saltado encima de mí en el momento en el que vieron mis intenciones de atacarle. Me gruñeron.

—Tranquilos, es normal —dijo Aiden calmado—, gracias, chicos, pero la tocáis una vez más y os corto la cabeza.

Se inclinó sobre mí y me cogió la cara. El Aiden jodidamente sexy y sobreprotector seguía como siempre.

—¿Estas bien? Sabes que no lo pienso, ¿verdad? Dime que lo sabes, Lynn.

Le abracé. Tiré mis brazos alrededor de su cuello y sentí como si nunca me quisiera ir de allí.


Chicos y chicas, lo he conseguido, después de meses. ¡Ojalá no os haya defraudado mucho y todos aquellos que os enganchasteis sigáis por aquí! 

Espero que disfrutéis de esta segunda parte aunque llegue con algo de retraso! 

Os amo <3

-Leli. 

A B R U M A D A (IMPRIMADA SEGUNDA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora