Vale, Aiden me cuenta todo eso y después me dice que no puedo ir a ver a Clara porque "tengi qui aprender controlarmi"... pensé imitándole como una niña pequeña. Apreté mi mandíbula con fuerza.
Aiden estaba sentado en el sofá fingiendo que veía la tele, pero capté como levantaba las cejas. Estaba en mi cabeza.
"¿Acaso no hay más cabezas en esta sala en las que puedas meterte, Aiden?" Le dije mentalmente. Me refería a todos los demás miembros de su manada, ahora mi manada.
Aiden se volvió hacia mí e hizo que sus ojos brillaran un intenso dorado.
WOW, la presión que sentía no era normal. Le sostuve la mirada, aguantando la presión que parecía que iba a aplastarme. No iba a agachar la cabeza. No lo iba a hacer. Pero, por más que me resistía peor era.
—¡Chicos! —gritó Lucy—. ¿Se puede saber qué estáis haciendo?
Nos miraba con cara de pocos amigos. Como cuando mi madre me echaba la bronca de pequeña.
La miré una vez que Aiden me había dejado libre de ese control y le sonreí.
—Oh, nada, Lucy, solo estábamos manteniendo una conversación tranquila... —dije con sarcasmo.
Aiden puso los ojos en blanco. Me levanté y me dirigí a la puerta. Aiden se levantó y, como no, se colocó delante de mí.
—No puedes ir, Lynn —dijo calmado.
Miré a Aiden a los ojos.
—No vuelvas a hacer eso conmigo, Aiden —dije. Y lo dije en serio. Quería ser libre de tomar mis propias decisiones, me daba igual que Aiden fuese el Alpha. Clara era mi mejor amiga y quería ir a verla.
—Tienes que aprender a controlarte antes —dijo—. Lo digo en serio, Lynn, las emociones son muy intensas para nosotros, ver a Clara así podría enfadarte tanto que podrías llegar a matarla...
—Entonces ven conmigo—sugerí.
Aiden cruzó los brazos delante del pecho.
Pero este chico quién se cree, vamos a ver. ¿Tan difícil era controlarse? Porque yo me sentía exactamente igual que antes, podría ver en 16K pero, aparte de eso, me sentía completamente yo misma.
— Está bien, entonces transfórmate —dijo Aiden—, ahora. Y si eres capaz de controlarte, vamos.
Se me olvidada que Aiden escuchaba cualquier cosas que se pasaba por mi cabeza. Sinceramente era un poco molesto.
—Vale —dije yo digna.
Me planté en mitad de la sala y cerré los ojos. A ver, ¿cómo de complicado podría ser esto? Vale. No. No estaba pasando nada. Venga, Lynn, piensa en lobitos, en perritos, mmm.....
Aiden empezó a reír a carcajadas. Abrí un ojo y le miré. Parecía muy divertido.
—Está pensando en perritos... —le dijo entre risas a los demás.
—Oye, basta ya, ¿no? —dije indignada.
Aiden levantó las manos en alto. Volví a cerrar los ojos. Perritos... perritos... A Aiden se le volvió a escapar una carcajada. Pero en ese momento, tal enfado hizo que reventara, literalmente, me puse tan furiosa que sentí como se me calentaba la sangre. Como mi cuerpo entraba en un estado de tanta tensión que la única manera de aliviarla era dejándome llevar. Y me transformé. Porque cuando salté encima de Aiden era con mis cuatro patas.
Aiden cayó al suelo y yo me acerqué a su cara con mi hocico. Le gruñí y le enseñé los dientes. ¿Y me decía que no me podría controlar? En fin.
Los demás se habían incorporado ya que se pensaban que iba a matar a Aiden o algo.
—Chicos, está bien —les dijo.
"¿Lo ves, Lynn? Son las emociones las que nos mueven." —dijo Aiden dentro de mi cabeza. Sus ojos brillaron un intenso dorado. Me estaba manteniendo a raya. Volví a sentir esa maldita presión encima de mí.
Le gruñí más fuerte y le apreté el pecho con mi dos patas delanteras.
"No hagas eso conmigo" —pensé.
"Tienes que calmarte" —me ordenó Aiden.
Respiré profundamente. Una vez. Dos veces. Tres veces.
"Por favor, Aiden, no hagas eso conmigo" —le pedí ahora mucho más calmada. Aiden me liberó de su control. Y básicamente caía sobre él. Noté mi cuerpo cambiar. Era humana. Aun seguía encima de Aiden, desnuda, así como dato, en el suelo. Aiden levantó una mano y me acarició la mejilla.
—A decir, verdad no lo has hecho nada mal —me dijo.
Sonreí. Si es que estaba echa para ser perrito.
Aiden rió. Lo había escuchado. Estábamos tan a gusto en el suelo que se me había olvidado por completo que no estábamos solos. Y también de la parte que esta desnuda, encima de Aiden, en el suelo, todo muy normal, claro.
—Chicos, ¿creo que podrías iros a otra habitación? —preguntó Aiden.
Los demás dijeron algo como "sí, claro..." y se fueron dispersando. Pero Aiden y yo no nos movimos. De echo, Aiden me agarró la cara y me beso. Me besó intensamente. Y cuando nos separamos sus ojos se encendieron de ese dorado ya tan familiar. Pero ahora era diferente, no intentaba apoderarse de mí, sino se mostraba lo más vulnerable que podría ser. Se incorporó solo unos centímetros y se quitó la camiseta.
Me volvió a besar al tiempo que me agarraba el cuerpo con fuerza. Me dio media vuelta y se colocó encima de mí. Se quitó el resto de ropa y yo abrí mis piernas para envolver su torso con ellas. Me besó el cuello, me agarró ambas muñecas y me las puso encima de la cabeza. Sin soltarme siguió besando todo mi cuerpo y yo me deje hacer. Dejé escapar un gemido. Entró lentamente en mí, pero la delicadeza no le duró mucho. Porque aceleró el ritmo dejando escapar un gruñido. Me soltó y yo llevé mis manos a su cuello, le acerqué a mí con fuerza.
Dimos otra media vuelta y ahora estaba yo encima de él. Sus manos se pegaron a mi culo y me apretó con fuerza. Y cuando acabamos me dejé caer encima suyo. Jadeando.
Ojalá saber lo que se le pasaba a Aiden por la cabeza.
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Hola!! He leído muchísimos comentarios pidiéndome que siga con la historia. A decir verdad la había abandonado porque no sabía cómo continuarla. No me odiessss no soy maligna!!!
Muchas gracias por seguir leyendo y por leer estas notas que dejo por aquí, voy a intentar acabar la historia pero creo que necesito un poco de ayuda, así que os parece si me decís que os gustaría que pase? Sé que los que estáis aquí es porque de verdad os ha gustado la historia y seguro que me puedo inspirar con vuestros comentarios (porque cierto sois lo mejor, no sabéis las risas que me echo leyendo comentarios jajajajaja)
Os amo <3
-Leli.
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A B R U M A D A (IMPRIMADA SEGUNDA PARTE)
Loup-garouCreo que no se puede describir lo que vi al abrir los ojos. Lo primero que noté fue que el suelo estaba demasiado cerca, como si estuviera a cuatro patas. Y lo estaba, pero me costó unos cuantos segundos en darme cuenta. Sentía todo: los olores, la...