"La fantasía es la única arma en la guerra contra la realidad."
Ella era mágica y no había mentira en su fuego, era una chica triste, pero con un espíritu indomable, opacado por un pasado oscuro que debía superar.
Estaba dispuesta a empezar de cero...
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*Morraine en multimedia*
Una mañana más dentro de un palacio, absorta en un lugar que nos es su hogar, pero por primera vez, Grace no se sentía atrapada, ni sola, ni afligida por su pasado. Los últimos días había estado tratando de levantarse de mejor humor, entrenaba diario con Morraine, practicaba espada con Lorian y Dylan, platicaba con algunas hadas del recinto y le contaba historias a los niños cerca del jardín para mantenerlos ocupados. Las cosas habían cambiado desde su llegada a Liustria, aun sin terminar de asimilar que no estaba en su hogar, ni en su mundo, muy a pesar de eso seguía fascinada con todo el entorno mágico que la rodeaba, tratando de guardar los mejores recuerdos del lugar en su memoria, para recordarlos siempre.
En cuanto la rutina del desayuno terminó, Grace salió del recinto dispuesta a practicar sus hechizos sola por un rato, tomó su libro y comenzó a leer con detenimiento en busca de algún nuevo hechizo que practicar. Desde la previa explicación de Morraine hace un par de días, ahora podía leer con mayor amplitud el antiguo lenguaje en que el libro estaba escrito, con uno que otro apoyo de algunas veelas y ninfas que también ayudaron a que entendiera mejor las palabras. Estudio por bastante tiempo hasta que sintió su vista cansada, logró mejorar con varios hechizos, pero ahora debía descansar para evitar sobresaturar su mente de tanta información.
Trato de despejarse antes de proseguir con su entrenamiento, camino por varias secciones del palacio, tarareo canciones que llegaron a gustarle en su pasado y termino por llegar a uno de los muchos jardines que poseía el recinto. Noto la presencia de Adexe y Nevaeh por lo que decidió alargar su descanso, tomo asiento junto a ellos y aun adentrada en sus pensamientos saludo a los niños que veían atentos la pelea de espadas entre Dylan y Lorian.
—¿Estas bien Grace pareces algo distraída? — preguntó el pequeño Adexe quien miraba a la mayor con preocupación.
La fémina no quería mentir, trato de despertar de buen humor y tener pensamientos positivos para tratar de ignorarlo, pero ya no podía soportarlo. Las pesadillas habían vuelto más pronto de lo que hubiese querido, destrucción, sangre y vidas perdidas, era lo que pudo ver en su sueño. No deseaba preocupar a nadie, no era un presagio, a fin de cuentas, se abstendría de decirlo hasta que fuera oportuno.
—Estoy bien, no pude dormir bien anoche es todo—se excusó la ojiazul.
—Trata con un té de manzanilla, como los que solías hacerme en casa— sugirió la menor de las Evans.
—Buena idea— dijo Grace tratando de sonreír y volver su vista hacia sus amigos en su enfrentamiento.
Por experiencia termino ganando Lorian, quien aprovechó un descuido de Dylan y consiguió hacerle perder el equilibrio a la vez que le quitaba la espada. Al finalizar el encuentro, Grace se levantó y decidió entrenar un poco con Lorian mientras Dylan iba al comedor por algo de beber. El chico de cabellos azabaches estaba exhausto, se llevó a los niños consigo y se adentraron en el palacio, dejando a Lorian y Grace enfrentándose entre sí. Tal vez una pequeña batalla haría que la chica se despejara de sus miedos internos.
