Levana era una niña muy tranquila, casi nunca lloraba, simplemente se la pasaba viendo hacia la playa a través de la ventana que estaba a un lado de su cuna. Podía quedarse ahí horas y horas sin hacer un solo ruido.
O al menos así era hasta que cumplió 7 años, cuando sus padres accedieron a dejarla salir a dar pequeños paseos por la playa. Cada que Levana salia, buscaba el mejor lugar para ver la playa. Hasta que un día descubrió un camino hasta la sima de un acantilado y al parecer le gusto porque después de eso iba cada tarde hacia ese acantilado y pasaba horas viendo el cielo.
Una tarde tranquila en la que ella estaba ahí sentada viendo el cielo, sintió que alguien toco su hombro, lo que hizo que se sobre saltara ya que en la playa donde ella vivía no había mucha gente.
-¿Me puedo sentar?-Pregunto un chico moreno.
-Claro-Dijo ella con su seriedad habitual.
-Lamento haberte asustado. -Dijo el con una sonrisa en su rostro -Soy Cameron.
-Levana- Ella no era mucho de sonreír pero algo en ese chico la inspiro a hacerlo.
-Wow, que extraño nombre.
-Significa Blanca como la luna, mis padres me lo pusieron porque el día que nací hubo un eclipse.
-Me gusta, le haces justicia.-Dijo sonriendo.
-Gracias- dijo ella para voltear a ver de nuevo hacia la playa.
-¿Que haces aquí Levana? ¿No es un poco peligroso?
-Descubrí que este es el mejor lugar para observar la playa y sobre tu otra pregunta, se que mis padres siempre están cerca por si cualquier cosa pasa.-Dijo ella sin quitar la vista de la playa.
-Oh, eso es genial.
-No eres de por aquí ¿verdad?-Hablo Levana.
-No, estoy de vacaciones con mi mamá y mi hermana.
-Oh, espero estés teniendo unas bonitas vacaciones.- Dijo Levana viéndolo a los ojos- Esa de ahí es mi casa por si algún día necesitas algo.- Apunto hacia su casa que podía verse desde ahí
-Gracias.-Cameron se puso de pie y sonrió de nuevo- Debo irme Levana, adiós.
-Adiós.
Esa fue la ultima vez que ella vio a Cameron, de vez en cuando se preguntaba que paso con el, lo mas seguro era que haya regresado a su casa.
Cada día de cada año desde que tenia 7 años, ella iba hacia ese acantilado a ver los atardeceres.
Aquí es cuando regresamos a la actualidad, el 2018, Levana tiene 20 años y es aquí donde comienza la verdadera historia de esta chica pues la mañana del 30 de julio del 2018, estaba por cambiarle la vida por completo.
Bajo hacia la cocina donde la espera su plato servido y sus padres quienes ya estaban desayunando.
-Buenos días.- Dijo con una pequeña sonrisa.
-Buenos días hija- Hablaron sus dos padres al mismo tiempo.
-Oye Levana, tenemos que hablarte de algo muy importante.- Dijo el padre de Levana.
-Adelante.-Dijo ella dándole una mordida a su tostada con mermelada y fruta.
-Escucha, me ofrecieron un empleo mejor en California y debemos mudarnos allá.
-¿Qué?- Casi se atraganta con la tostada al escuchar eso.
-Tranquila cariño, No queríamos tener que hacerte esto porque sabemos lo mucho que amas este lugar, pero ademas estuvimos investigando y allá esta la universidad a la que querías ir ¿no?
-Si, pero me gusta esta casa.- Dijo Levana
-Lo sabemos pero deberías darle una oportunidad a nuestra nueva casa.-Dijo su padre poniendo su mano en el hombro de Levana para animarla un poco.
-Tu padre tiene razón, tal vez te guste más que esta.
-Si, tal vez tienen razón- En realidad no le gustaba nada esa idea de mudarse, pero esa universidad era la mejor en astronomía del mundo.
Esa misma noche Levana decidió que era tiempo de un nuevo comienzo, así que para demostrarlo se tiño el cabello de gris, siempre había querido hacerlo pero nunca se había atrevido hasta ahora, claro.
Después de empacar toda su ropa y cosas importantes partieron hacia california, donde comenzaría la nueva vida de Levana, No habían vendido la casa ya que acordaron que regresarían todas las vacaciones y por esto tampoco empacaron muchas cosas, mas que lo importante.
Al llegar a su nueva casa en California, Levana se quedo sin palabras pues era realmente grande, mucho mas de lo necesario para 3 personas. En esa casa cabían al menos 10 personas y estaba bastante cerca de la playa, lo que la emociono demasiado.
Al final de cuentas no fue tan malo mudarse al otro lado del mundo.
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LEVANA.
RandomTodos queremos ser extraordinarios, y todos nosotros queremos encajar. Desafortunadamente, las personas extraordinarias raramente encajan.