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Jodidamente fantástico. Un humano lo vio cambiar.

Lay suspiro, dándose control para tolerar a un humano y peor aún, como testigo. Los ojos oscuros seguían mirándolo con extraño asombro pero no detecto una pizca de miedo en ellos, cosa que solo lo hizo volver a suspirar, humanos que no temían lo que veían eran los difíciles.

- ¿Quién te crees que eres? ¿Por qué me seguiste? -al diablo el control, le enfermaba estar tan cerca de un humano.

El tipo alto de cabello plata salió de su impresión y se aferró a su chaqueta. -Había escuchado de ustedes pero creí que eran mentiras para que no saliéramos muy noche o nos acercáramos al bosque. -dijo caminando hacia Lay, paseando sus ojos por todo su cuerpo. - ¿Te duele cuando cambias? Escuche que tus huesos crujían. Ese tipo era malo ¿verdad? Lucia tenebroso.

- ¿Por qué no estas orinándote del miedo o llorando?

Los ojos oscuros brillaron. -Ah, se supone que eso haga la mayoría ¿no? Pero yo no soy como el resto, no me metas en el mismo saco.

El lobo se puso a la defensiva, ladeando la cabeza. -Esas historias que te contaron tienen verdad, no debes acercarte a nosotros.

-Pero te encargaste de ese tipo, parecía loco y sus ojos creo que eran de sangre o algo así. -el humano intento acercarse pero un gruñido de Lay lo hizo respingar. -Wow, ¿Eso fue un gruñido? ¿Puedes hacerlo de nuevo?

Lay lo miro incrédulo. -Vete, humano. No cuentes nada de lo que viste o vendré a romperte el cuello. -esperaba que mostrándole los dientes y el brillo antinatural de sus ojos, se asustara pero le sorprendió con una carcajada de emoción.

- ¡Son increíbles! -señalo sus ojos, usando sus índices sobre el borde de los suyos. -Jamás había visto unos ojos de color amatista, ¿eres el único con ellos o hay más lobos?

El cambiaforma se desestabilizo un momento, mirándolo como si el humano tuviera dos cabezas. - ¿Qué sucede contigo? Vete a tu casa, humano.

-Hay más como ustedes ¿verdad? -el humano de cabello plata no se acercó pero lucio más serio. -Me refiero a que no hay solo hombres lobo, sino también vampiros. Uno de mis clientes pasados intento ofrecerme mucho dinero por dejarlo morder mi muñeca.

Lay volvió a fruncir el ceño. Así que el humano vendía su cuerpo. -No hables de esto, ya te advertí. -se subió a su bicicleta y se marchó lo más rápido que podía por el pasaje secreto del bosque. Si el humano era listo, lo borraría de su memoria.

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- ¿Estás loco o qué? -HoSeok golpeo la madera de su escritorio, mirándolo con reproche. -Saliste de casería sin compañía hasta la ciudad, ¡solo!

Lay suspiro, agotado. -Me fue bien solo y regrese bien.

-No creas que no vi el rasguño de tu cuello, Lay. -su hermano, como segundo al mando, a veces lo seguía tratando como un cachorro.

-Tengo 20, sabes.

-Un cachorro a mis ojos y al de la mayoría de aquí.

Aquello le saco un gemido lastimero al de ojos amatistas, lo hacía sentir muy inferior y humillado. -Ya no soy un cachorro.

-Lay, intento mantenerte a salvo hasta que encuentres estabilidad. -empezó HoSeok, relajando su postura. -Aun tienes demasiado odio hacia los humanos.

-Se lo merecen, siempre voy a odiarlos. -gruño, convencido.

Black & Silver *[SeXing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora