V. Budadharma

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El camino del ser del nivel inicial se refiere a aquel cuya capacidad para cultivar un entendimiento y realizaciones espirituales está en la primera etapa de su desarrollo. Gueshe nos anima a comprender y extraer el verdadero objetivo de nuestra existencia humana garantizando que encierra un gran valor y significado. Ya que hemos conseguido llegar de vidas pasadas al reino humano, tenemos la oportunidad de alcanzar la felicidad suprema mediante la práctica del Dharma. Dice que cuando alcancemos la iluminación, habremos colmado todos nuestros deseos y podremos satisfacer el del resto de los seres sintientes; nos habremos liberado de manera permanente de los sufrimientos de esta vida y de las futuras. Por lo tanto, el logro de la iluminación es el verdadero significado de la vida humana.

La iluminación según la describe el maestro, es la luz interior de la sabiduría que está libre para siempre de las apariencias equívocas y cuya función es proporcionar cada día paz mental a todos los seres sintientes. Buda lo ilustra con la siguiente analogía en uno de los Sutras: «Imaginad que hay un inmenso y profundo océano, tan grande como este mundo, sobre el que flota una argolla de oro, y que en el fondo vive una tortuga ciega que sube a la superficie una vez cada cien mil años. ¿Cuántas posibilidades habría de que introdujera la cabeza dentro de la argolla?». El océano se refiere al samsara, el ciclo de vidas impuras que hemos experimentado sin cesar desde tiempo sin principio, vida tras vida de manera continua; la argolla de oro se refiere al Budadharma; y la tortuga ciega, a uno mismo.

¿Qué significa encontrar el Budadharma? Significa entrar en el budismo al refugiarnos con sinceridad en Buda, el Dharma y la Sangha para tener así la oportunidad de entrar en el camino hacia la iluminación y recorrerlo. Si practicamos el Dharma en esta vida humana, podemos alcanzar la paz mental suprema e imperecedera, conocida como nirvana, y la iluminación. Sin embargo, debido a que nuestro deseo de disfrutar de los placeres mundanos es tan intenso, tenemos muy poco o ningún interés en practicar el Dharma. Desde el punto de vista espiritual, esta falta de interés se denomina pereza del apego. Mientras tengamos esta clase de pereza, la puerta de la liberación permanecerá cerrada para nosotros y, por lo tanto, experimentaremos desgracias y sufrimientos tanto en esta vida como en las innumerables futuras.

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