Capítulo 1: El agua

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🌸Dylan O'Brien como: Fernando Bonachera

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🌸Dylan O'Brien como: Fernando Bonachera

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🌸Nina Dobrev como: Emma Oquiñena

Agua. Aire. Brazada. Viraje y vuelta. Agua. Aire. Brazada. Pared. Final. Aplausos.

Mis acelerados latidos ensordecían las muestras de alegría de los espectadores. Salí de la piscina, me quité el gorro y me quedé contemplando las gradas. Había una inmensa cantidad de personas en ellas. De éste mismo lugar provenían diversos vítores, aplausos, silbidos, gritos...

Ver a tantas personas unidas me hizo reflexionar. Vivimos en un mundo pequeño, aunque no vasta para que a veces, no lo veamos. Parece mentira que la gran mayoría no lo entienda. Cada persona es diferente a los demás. Todos somos especiales. En el buen sentido, por supuesto. Es un concepto que se suele entender como algo ofensivo, cosa que no tengo planeado para hacer en ningún futuro cercano. A pesar de mis múltiples y atormentados fracasos. La vida es demasiado corta como para no disfrutarla. Desde hace varios meses ésa es mi filosofía vital. Exactamente desde que conocí a Fernando. Cuando toda mi vida volcó por completo. Desde que todo cambió. A peor.

Salí de mis ensoñaciones después de unos segundos ( lo que a mi parecer, resultaron horas) para dirigirme a la tabla de clasificaciones, en la cual se reflejaba mi segundo puesto. En mi mente no se encontraba la decepción, aunque debo admitir que no es la recompensa que esperaba por todo el esfuerzo. No estaba mal, pero como decía mi entrenadora, el segundo lugar es de perdedores, es decir, el sitio para los que no eran tan buenos como para ganar.

Al llegar junto a mi equipo, me percaté de que estaban entablando una conversación. Mejor dicho, mi entrenadora había decidido darse el lujo de dar un monólogo. A lo que mis compañeros de equipo asentían con aire aburrido y pensativo. Aunque todo cambió cuando divisaron mi figura de pie, delante de ellos. Se les iluminó el rostro. Todos me recibieron abalanzándose sobre mí y felicitándome por el resultado. Mi entrenadora me sonrió, aunque no dijo nada. Me bastó ver su mala cara para saber su repuesta de decepción. A pesar de todo, era la única del equipo que había sido seleccionada para representar a Castilla y León, mi comunidad autónoma, en el campeonato nacional de España. Ya estaba un poco harta de que todos tuviesen las expectativas tan altas en mí. Aunque nunca lo había demostrado. Y no tenía que ser hoy el día en que las cosas cambiasen. Por lo que le devolví la sonrisa, bastante forzada . Después me ofreció una toalla al ver que estaba tiritando de frío, la cual agradecí tremendamente.

Atormentados FracasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora